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El plan de saqueo de dólares del régimen castrista

Cuba, Reforma

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La dictadura comunista cubana anunció el 10 de junio que suspendía “temporalmente” la aceptación de depósitos bancarios en dólares americanos, a partir del 21 de junio. Esencialmente, todas las personas y empresas, cubanas y extranjeras, no podrán realizar transacciones, llevar o depositar en los bancos cubanos dólares americanos, hasta nuevo aviso ¿Por qué hace esto el Gobierno marxista? ¿Es una decisión económica estatal racionalmente justificada, o un plan de saqueo de dólares del régimen castrista?

La justificación expresada oficialmente por el Gobierno totalitario de la Isla sigue su patrón histórico de señalar a los Estados Unidos por sus males. La amplificación de las sanciones colocadas por la administración Trump y su dificultad para transar en billetes verdes fue la razón más citada. Es cierto que la focalización específica de las empresas estatales militares del castrocomunismo como el mega emporio comercial GAESA (Grupo de Administración Empresarial SA), por parte del expresidente republicano, ha frustrado los negocios y las entradas de divisas. Sin embargo, esto no explica en su totalidad este paso (o paso en falso) de La Habana.

Desde hace tiempo, el comunismo cubano realiza la mayor parte de sus transacciones comerciales internacionales en euros u otras monedas. El grueso del comercio exterior del régimen castrista, en otras palabras, se despliega en otras monedas. El único sector importante que se transaccionaba casi exclusivamente (hasta el 21 de junio) en dólares americanos han sido las remesas de los exiliados cubanos en Estados Unidos. Otros sectores menos importantes que también empleaban billetes verdes eran las compras en efectivo del gobierno comunista a los agricultores americanos, los operadores turísticos en Estados Unidos y las transacciones comerciales con base en Panamá. El dólar americano, en otras palabras, no tenía la hegemonía sobre las actividades comerciales de La Habana.

régimen castrista, El American
“La afluencia masiva de dólares americanos que traerá esta nueva medida, al obligar a todos los poseedores de billetes verdes, cubanos y extranjeros, a entregar el dólar y “canjearlo”, engordará sin duda la colección del régimen comunista de la moneda preferida del mundo”. (EFE)

Hay explicaciones mucho más plausibles para este aparente divorcio entre el ansiado dólar americano y el régimen castrista. La guerra del comunismo cubano contra el billete verde es una gran oportunidad para que la dictadura marxista se haga con el dólar americano. Al convertirlo en moneda prácticamente ilegal, a efectos prácticos, después del 20 de junio, los cubanos se vieron obligados a correr a los bancos estatales y entregar la principal moneda de firma del mundo.

Dado el historial exquisito de la dictadura comunista en el saqueo de los bienes de sus ciudadanos (también de los extranjeros), la mayoría de los cubanos han mantenido los dólares americanos fuera del alcance del gobierno. Dicho de otro modo, los cubanos esconden sus dólares americanos para poder comprar o hacer trueques en el mercado negro, la economía no oficial pero más eficiente de Cuba.

El modelo económico socialista siempre ha consistido en la planificación bajo una dirección centralizada y políticamente enfocada. Nunca se trató de una economía de sentido común o de la racionalidad de la oferta y la demanda. Por lo tanto, con un mercado negro vibrante, la economía subterránea ha sido inherente al socialismo a nivel mundial. El dólar americano, en relación con el peso cubano, ha estado promediando (en el mercado negro) 70 pesos por cada dólar (y ha alcanzado hasta 75 a 1).

El comunismo cubano ha sobrevivido económicamente, en parte, gracias al exitoso saqueo de todos los aspectos de la vida de sus súbditos. El pillaje se ha logrado a partir del despojo de los salarios de los trabajadores, tanto de la fuerza de trabajo doméstica como de su neoesclavitud extranjera, comisiones que merodea de las remesas, los cambios de moneda, la venta de productos de las tiendas estatales, los privilegios, las licencias, los arrendamientos y prácticamente cualquier transacción comercial que supervise.

En un régimen totalitario, eso significa cualquier cosa menos el mercado negro, aunque esto se ha tolerado muchas veces para evitar la hambruna y hacer frente a la incapacidad sistémica de satisfacer las necesidades básicas de sus ciudadanos.

La afluencia masiva de dólares americanos que traerá esta nueva medida, al obligar a todos los poseedores de billetes verdes, cubanos y extranjeros, a entregar el dólar y “canjearlo”, engordará sin duda la colección del régimen comunista de la moneda preferida del mundo. Es muy previsible que el gobierno marxista se lleve una fuerte comisión por estos “cambios”. Las remesas de dinero del extranjero correrán la misma suerte. Además de la estampida de dólares americanos que entrará en el sistema bancario cubano, así como las comisiones que cobrará, esta última política de billetes verdes orquestada por el régimen les permitirá tomar medidas drásticas contra el negocio de cambio de divisas en el mercado negro.

El comunismo cubano ha tenido un problema de pagos desde que tomó el poder. La Unión Soviética lo aprendió por las malas. El Club de París, tras concluir que el Gobierno marxista de la isla nunca pagaría su enorme deuda, decidió en 2015 condonar 8,000 millones de dólares de la deuda del régimen castrista. Le dio a La Habana cinco años para pagar los 3,000 millones restantes, que se prorrogaron debido al coronavirus, pero que vencen en otoño de este año. Con alta probabilidad, se suplicará al Club de París más tiempo o tal vez otra condonación de la deuda. La aparente guerra contra el dólar americano, puede jugar a favor de la teatralidad castrocomunista. 

Los subsidios soviéticos a cambio de la subversión comunista internacional, las inversiones extranjeras y el turismo. El petróleo venezolano a cambio de la supervisión imperialista. El narcotráfico, las remesas, el tráfico de arrendamiento de mano de obra neoesclava, los negocios de fachada y las estrategias de manipulación de divisas han sido parte de las maniobras sistémicas de supervivencia del castrocomunismo. Una cosa es segura: el pueblo cubano pagará la factura como lo ha hecho durante más de 62 años.

Julio M Shiling, political scientist, writer, director of Patria de Martí and The Cuban American Voice, lecturer and media commentator. A native of Cuba, he currently lives in the United States. Twitter: @JulioMShiling // Julio es politólogo, escritor, director de Patria de Martí y The Cuban American Voice. Conferenciante y comentarista en los medios. Natural de Cuba, vive actualmente en EE UU.

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