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ESTADOS UNIDOS tiene el sistema de defensa más moderno del planeta, el ejército mejor equipado y el mayor presupuesto para proteger la seguridad nacional y al mundo libre. Sin embargo, todos estos elementos sin un líder capaz de hacer respetar la política internacional americana sirven de poco.
La debacle de Afganistán fue la primera señal de una serie de tragedias que seguirían acumulándose a lo largo de la administración Biden. Luego de esa huida bochornosa decidida por el casi octogenario presidente que dejó miles de millones de dólares en equipamiento militar a un régimen terrorista, las fichas de dominó comenzaron a caer: Putin anunció su invasión a Ucrania, y no fue un bluff, la llevó adelante, no hubo amenaza o estrategia de disuasión que valiera, desde febrero las tropas rusas están asesinando ucranianos y la única respuesta de Biden ha sido enviar dinero al país de Europa del este sin ningún tipo de contabilidad.
El estrepitoso fracaso no se ha quedado allí. Ahora, incluso China e Irán se sienten envalentonados para enviar amenazas constantes, no solo al Gobierno de Estados Unidos, sino a cada uno de los americanos. Es tan así que el propio Xi Jinping le “advirtió” a Biden que no jugara con fuego, debido a la posible visita de Nancy Pelosi a Taiwán —algo que la prensa de la isla da por hecho—. Los portavoces del Ejército chino también amenazaron con represalias, y los funcionarios del Gobierno Biden no encuentran las palabras adecuadas para hacer valer la hegemonía de Estados Unidos.
Además de China, hasta el empobrecido régimen iraní se ha atrevido a levantar amenazas contra Estados Unidos. El portavoz de Irán declaró ayer que tenían las disposiciones técnicas para crear una bomba atómica, y horas después se dio a conocer que unos videos compartidos por canales ligados a la Guardia Revolucionaria, amenazaban con convertir a New York en “ruinas infernales”.
Desde que Biden llegó al poder el mundo entero ha perdido el respeto por Estados Unidos, todo son derrotas militares, diplomáticas y políticas. Lo único que consigue la administración demócrata es fortalecer las narrativas enemigas y hacer sentir al mundo entero que el orden mundial que ha encabezado Estados Unidos en el último siglo se ha perdido o está por perderse.
Por el bien de la humanidad, los americanos no deberían permitir que China, Rusia e Irán lleven la batuta en ese nuevo orden liderado por dictadores, y la única forma de que eso ocurra es llevar al Congreso y a la Casa Blanca a gente competente preocupada por la economía y las relaciones exteriores, y no por agendas woke que ridiculizan a Estados Unidos ante el mundo.
Emmanuel Rincón is a lawyer, writer, novelist and essayist. He has won several international literary awards. He is Editor-at-large at El American // Emmanuel Rincón es abogado, escritor, novelista y ensayista. Ganador de diversos premios literarios internacionales. Es editor-at-large en El American