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Era un gran domingo para Edinson Cavani —histórico futbolista uruguayo con más de 400 goles como profesional—, su equipo, el Manchester United, había remontado un 2-0 en condición visitante gracias a un doblete y una asistencia de “El Matador” de Salto.
El 2-1 para los Red Devils lo convirtió el portugués Bruno Fernandes, un mediocampista exquisito, previo centro de Cavani. El 2-2 y el 2-3 fueron obras de Edinson; ambos de cabeza, el primero con una zambullida en el área encontrándose un remate desviado —gol de goleador, dicta la jerga futbolera— y el tercero anticipándose a un envío in extremis para darle un vital triunfo a su equipo.
Básicamente, una jornada redonda para el delantero proveniente de Salto, Uruguay. Quien, desde que había arribado a Manchester, no gozaba de gran protagonismo y aún se encontraba en pleno periodo de adaptación al fútbol inglés.
Pero llegaría el “racismo” del futbolista
La cosa iba bien hasta que llegó un post en Instagram, esa red social donde el egocentrismo enardecido refleja fielmente en millones de usuarios lo que es el progresismo actual: fachada e hipocresía.
“Así te quiero Matador!!!”; escribió un usuario amigo de Cavani felicitando al futbolista por su gran actuación. Edinson, agradecido, respondió la historia con un “gracias negrito”. ¡Y arda troya, señores!
Llegó, primero, la indignación. Varios usuarios señalaron a Cavani como racista, pues su mensaje tenía una “clara connotación racial”, argumentaron.
Pero bueno, eso es común, hoy en día las redes sirven como caldo de cultivo para descontextualizar cualquier expresión sin tener en cuenta el origen, la cultura o la idiosincrasia del procedente. Les ha tocado a artistas, particulares y también futbolistas. Nada nuevo.
Lo insólito fue lo que ocurrió después, The Football Association (FA), es decir, el órgano rector de la asociación de fútbol de Inglaterra, abrió un expediente por racismo contra el futbolista uruguayo por ese posteo. Sí, por ponerle “gracias negrito” a un amigo suyo.
Si bien esto fue ridiculizado por periodistas, usuarios y seguidores del futbol en Sudamérica —por ejemplo, Juan Pablo Varsy, uno de los periodistas deportivos más importantes de América Latina se hizo eco de la noticia con un “You can not be serious”—, la prensa inglesa, muy al contrario del enfoque sudamericano, se tomó muy en serio el post de Cavani y la investigación de la FA al uruguayo.
El Daily Mail publicó la noticia de la siguiente forma: “Edinson Cavani se enfrenta a la investigación de la FA tras provocar una tormenta de racismo por llamar ‘negrito’ a un fanático en una publicación de Instagram”.
El Daily tildó al usuario de fanático, pero en la nota se contradijo al llamarlo “supuesto amigo”. Lo cual es irrisorio porque un futbolista, de millones de seguidores, no va a agradecerle a un particular si no tiene una mínima relación amistosa. Sentido común.
La nota, además, tiene partes como: “su heroísmo en el St Mary’s (estadio donde Cavani tuvo un gran desempeño) se vio ensombrecido cuando publicó un término español con connotaciones raciales en los medios sociales”.
Esto demuestra dos cosas: I. La prensa se tomó muy en serio “la polémica racial” y II. Que no les importa en absoluto averiguar sobre el contexto, solo la controversia.
Edinson Cavani es un futbolista que, además de ser un delantero de época, se ha caracterizado por su humildad, constancia y trabajo alejado de las polémicas. Nunca antes estuvo involucrado en problemas de tinte social, políticos o de escándalos; de hecho, es la primera.
El “gracias negrito”, no solo en Uruguay, sino en varias partes de Sudamérica, es utilizado de forma coloquial y con ánimos de cariño hacia amigos, hijos o nietos. Abuelos le dicen “negritos” a sus nietos así estos no sean de tez oscura.
Cavani proviene de Salto, una ciudad de Uruguay donde el término es muy común, incluso más que en otras partes de la región sudamericana. De hecho, haciendo un paréntesis, cuando Luis Suárez —otro gran delantero uruguayo compañero de Cavani en la última década en la Selección— mordió al italiano Chiellini en el Mundial Brasil 2014, su abuela, Lila Píriz, declaró: “No sé qué le pasó a mi ‘negrito”. Suárez de piel blanca, al igual que Cavani, es de Salto.
Lo peor es que Cavani podría enfrentarse a una sanción de varios partidos. Una injusta porque, de más está decir, sus palabras no fueron en absoluto racistas.
De hecho, la investigación de la FA demuestra fidedignamente la ignorancia de las instituciones y el sesgo característico de la época para apuntar a problemáticas donde no las hay. Dicen luchar contra el racismo, pero en realidad son solo una fachada.
Que miles de personas se hayan indignado con Cavani por su “racismo” es algo absurdo, pero más lamentable es el expediente abierto, pues es una mancha para un jugador que se ha comportado de forma ejemplar fuera de la cancha.
Lastimosamente, esta situación también nos tira en la cara un hecho lamentable: la estupidez progresista ha llegado al fútbol.
Emmanuel Alejandro Rondón is a journalist at El American specializing in the areas of American politics and media analysis // Emmanuel Alejandro Rondón es periodista de El American especializado en las áreas de política americana y análisis de medios de comunicación.
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