fbpx
Saltar al contenido

Legisladores demócratas trabajan en plan oculto para instaurar un sistema de salud socialista en el país

salud

Read in English

[Read in English]

Por Brad Polumbo

Las conversaciones y negociaciones bipartidistas sobre la legislación de gastos están en curso en el Congreso, pero las perspectivas de que los dos partidos lleguen a un acuerdo no son precisamente prometedoras. Por ello, los legisladores progresistas de Washington DC ya están planeando una bonanza de gasto de $6 millones de dólares que tratarán de hacer aprobar en una votación lineal de partido, si las conversaciones bipartidistas llegan a un punto muerto. En este plan se incluye una gran expansión de la salud pública. 

“El paquete —que los demócratas podrían aprobar en una votación lineal de partido utilizando su escasa mayoría posible en el Senado— incluye otros objetivos demócratas, como la reducción de la edad de elegibilidad para el Medicare de 65 a 55 o a 60 años y la ampliación del programa para cubrir servicios dentales, de anteojos y cirugías oculares, así como audífonos”, informa Fox Business.

Esto parece un pequeño retoque a Medicare, el enorme programa gubernamental de asistencia sanitaria para personas mayores. Pero la reducción de la edad a 60 años es en realidad una medida con ramificaciones drásticas.

Por un lado, Medicare es ya uno de los mayores impulsores de crisis presupuestaria federal en los Estados Unidos. Se prevé que sus principales fondos fiduciarios lleguen a la insolvencia en los próximos 5 años. Ampliar aún más este programa, que ya está alimentando la crisis de la deuda, sólo acelerará esta inminente pesadilla fiscal. 

Pero lo más importante es que representa un paso significativo hacia el sueño socialista de una asistencia para la salud gestionada por el gobierno para todos. Según la Kaiser Family Foundation, la reducción de la edad de acceso al Medicare a los 60 años —por no hablar de los 55— podría hacer que hasta 14.1 millones de personas dejaran de tener un seguro médico privado y pasaran al plan del gobierno.

En resumen, es un gran paso hacia el “Medicare para todos”, el sueño progresista en el que los seguros médicos privados son casi erradicados y el gobierno controla la asistencia sanitaria. Los problemas de esto son infinitos.

Por muy defectuoso que sea el sistema de salud clientelar y altamente regulado, la preservación de cierto grado de fines de lucro, debido a que el sector privado sigue existiendo, es la razón por la que Estados Unidos tiene uno de los sistemas para la salud más innovadores del mundo. Como explica Tiana Lowe, del Washington Examiner, “Estados Unidos representa el 4.4 % de la población mundial y, sin embargo, produce el 44 % de la investigación y el desarrollo médico del mundo. Esto no es una coincidencia. De los $171,800 millones de dólares que gastamos en R&D, el gobierno federal sólo aporta una quinta parte, y la industria privada paga la inmensa mayoría de la factura”.

Mientras tanto, para que todo el mundo se beneficie de la asistencia de la salud del gobierno sería necesario duplicar los impuestos federales sobre la renta y sobre las empresas y eso es una estimación conservadora. E incluso entonces, la escasez de la atención médica y el racionamiento son seguros

Y lo que es más importante, si el gobierno se hace cargo por completo de la asistencia sanitaria, pronto nos encontraremos con que las decisiones que tomamos sobre nuestra salud ya no son nuestras.

En cualquier caso, si los legisladores quieren aprobar una expansión masiva de la salud pública, deberían proponerla abiertamente y exponerle sus argumentos al pueblo americano. Si son capaces de deslizarla discretamente dentro de un enorme proyecto de ley de gastos, podría producirse una gran pérdida de libertades, sin mucha lucha.

Foundation for Economic Education (FEE)

Deja una respuesta

Total
0
Share