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¿Pone la computación cuántica en peligro de extinción a las criptomonedas?

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Por enésima vez, recordaremos y reconoceremos el auge que, para bien, están teniendo las criptomonedas, cuyo interés para quienes redactamos estas líneas no radica tanto en su carácter digital, sino por cuanto estén basadas en una infraestructura distribuida y descentralizada apoyada en cadenas de bloques (blockchain).

De hecho, como podemos observar, no solo vemos que empresarios como Elon Musk pujan alto por las mismas, sino cómo algunas son admitidas por la créme de la créme de esas entidades más favorables al crony capitalism y el vigente y fraudulento sistema de reserva fraccionaria, habiendo llegado incluso a entrar en bolsa.

Al mismo tiempo, de manera pareja a su auge, por casualidad evidente, los muy problemáticos y demoníacos Estados modernos, con la cooperación del Big Bank y el aliento del Foro Económico Mundial (cuyas pretensiones político-económicas son conocidas), se desestabilizan ya que su represión monetaria puede desvanecerse.

No obstante, existen otras preocupaciones a este respecto, que no necesariamente tienen que venir de sus más convencidos escépticos. Más bien, hay quienes temen que podría darse un proceso de “destrucción creativa” de la misma tecnología en tanto se vaya desarrollando lo que se conoce como computación cuántica.

Ahora bien, habiendo de conocer antes en qué consiste este concepto relacionado con la Informática, se explicará, a lo largo del presente artículo, si en realidad supone este avance computacional un riesgo de extinción para las criptomonedas tal cual las conocemos a día de hoy.

La velocidad de procesamiento de la computación cuántica puede “anular” los mecanismos de encriptado actuales

Computación Cuántica, El American
“Hay quienes sostienen que la computación cuántica puede sustituir a los ordenadores y dispositivos móviles tal y como los conocemos”. (Flickr)

La computación cuántica, un paradigma más avanzado, cuya característica diferencial es el empleo de cúbits como unidades de información. Estos son combinaciones especiales de ceros y unos (valores binarios) que permiten que haya simultaneidad par de estados, en base a una estructura geométrica de espacio simétrico que sería la esfera de Bloch.

Prueba de su mayor rendimiento es el uso del algoritmo de búsqueda Grover, cuyo orden de complejidad es de raíz cuadrada, de modo que para buscar un elemento solo podría bastar con comprobar la potencia del total elevada a un medio (lo cual equivale a calcular la raíz cuadrada). 

Con base a ello, si por ejemplo, siguiendo con el ejemplo que da IBM en su sección Quantum, se quiere hacer una búsqueda de un elemento en una lista trillonaria, y la comprobación de cada elemento duró 1 microsegundo, entonces lo que a un computador convencional le llevaba 1 semana, a estos podría llevarles unidades de segundo.

A la vista de este ejemplo, quizá tenga sentido que salten las alarmas sobre la integridad de la criptografía tal y como la conocemos. El Observatorio de Protección de Datos Europeo advierte de que la criptografía simétrica y la de clave pública podrían verse en peligro, extendiéndose este riesgo «a los protocolos nucleares de seguridad en Internet

El conocimiento previo de las claves privadas podría ser innecesario para desencriptar sistemas por medio de mecanismos cuánticos, ocurriendo más de lo mismo con los mecanismos de intercambio de claves vinculados a la criptografía simétrica. Esto afectaría, por cierto, al protocolo HTTPS, pasado en el binomio SSL/TLS.

Así pues, del mismo modo que esas soluciones que brindan seguridad a mecanismos cada vez más cotidianos como la solicitud de una cita médica o la realización de una serie de compras (aparte de la gestión del correo electrónico desde el navegador, inter alia), las cadenas de bloques podrían verse afectadas.

¿Merece la pena hablar de la computación cuántica?

Hay quienes sostienen que la computación cuántica puede sustituir a los ordenadores y dispositivos móviles tal y como los conocemos. Personalmente, no descarto nada taxativamente, siendo simplemente consciente de la progresiva evolución innovadora de la tecnología. Pero, solo voy a enunciar hechos y otras cuestiones similares.

Hace un par de meses, Jay Gambetta, vicepresidente del área de Computación Cuántica de IBM, señaló que el mismo IBM Q System One – Montreal había visto duplicada su velocidad cuántica (resultante en 128). Al mismo tiempo, anunciaron el entorno de ejecución llamado Qisqit, que permitirá ejecutar más circuitos a mayor velocidad.

De hecho, estiman que a partir de 2023 se puedan poner en marcha modelos de servicio orientados a las ciencias naturales, las finanzas y la optimización, trabajando nuevas habilidades así como la integración del flujo de trabajo y el desarrollo de aplicaciones (como tareas para los desarrolladores).

Es más, no solo cabe apuntar que uno de los supercomputadores más rápidos del planeta es un ordenador cuántico de Google cuyos cálculos le llevarían 10,000 años a un computador y estaría destinado a fines de astronomía, medicina y potenciamiento de la inteligencia artificial. Alibaba también ha hecho lo suyo, con el I+D, en China.

La geopolítica también ha entrado de lleno. Los servicios de inteligencia del Reino Unido ya han advertido de que es necesario «el desarrollo de capacidades soberanas en áreas como la computación cuántica tanto para prosperar como para sentirnos seguros», apuntando a una especie de alianza entre China, Rusia y Arabia Saudí.

Al mismo tiempo, la administración Biden-Harris incorporaría, en su plan de infraestructuras (pendiente de aprobación cameral y nuevo factor de causa de “endeudicidio” estatal) un presupuesto de 180 mil millones de dólares que potenciarían la computación cuántica y los chips de la inteligencia artificial. El blockchain puede resistir, aunque esté sujeto a cambios

Las soluciones tecnológicas están en constante desarrollo y evolución (lo mismo puede ocurrir, por ejemplo, como se ha visto a lo largo de la historia, con la telefonía móvil, la ofimática y los lenguajes de programación), siendo evidente que muchos conceptos, aún existentes, no son lo mismo hoy que hace veinte años. 

Así pues, ante el “peligro” que acecha a las claves públicas y privadas que dan sentido técnico al funcionamiento de las cadenas de bloques, dos investigadores de la Universidad de Nueva Zelanda, Del Rajan y Matt Viser, propusieron convertir el blockchain en un sistema de qubits entrelazados tanto espacial como temporalmente.

Al mismo tiempo, como apuntan Wei Cui, Tong Dou y Shilu Yan, de la Universidad de Tecnología del Sur de China (Guangzhou) se aben oportunidades para una criptografía cuántica no solo basada en la complejidad matemática, sino en las leyes cuánticas: «el proceso de medición de un sistema cuántico distorsiona el sistema en general».

Estos continúan hablando del “acuerdo bizantino detectable” (una evolución en la cual se desemboca a raíz del problema de generación de listas correlativas seguras), cuya solución cuántica podría basarse en el estado de Aharonov de los tres qutrits entrelazados,  el estado singlete de los cuatro qubits o el protocolo del qudit único.

Asimismo, cabe indicar 11 entes académicos e industriales como NXP y la Universidad de Técnica de Eindhoven están trabajando en un protocolo criptográfico que se denomina PqCrypto ICT-645622 y está inspirado en una era postcuántica que tratará de mejorar la velocidad de los sistemas de clave pública postcuánticos.

En un proyecto similar está trabajando el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de Estados Unidos, que pretende tener listos en 2022 unos nuevos estándares criptográficos. Pretenden así solucionar problemas relacionados con RSA y los esquemas basados en la curva elíptica.

Ese mismo proyecto contempla también dos tipos de algoritmos a distinguirse entre aquellos de establecimiento de clave que habilitan el consenso en un secreto compartido entre dos partes desconocidas y los algoritmos de firma digital. Pero para ello habrá que medir los equilibrios de seguridad y rendimiento, e implementarlos con técnicas seguras.

Con todo ello, ya finalizando, podríamos decir que siempre habrá desafíos a la seguridad informática, siendo la clave trabajar para marcar la diferencia y permitir que ciertas áreas evolucionan también para nuestro bien, entendido como garantía de subsidiariedad (descentralización), propiedad privada y libertad monetaria.

Ángel Manuel García Carmona es ingeniero de software, máster en Big Data Analyst, columnista y tradicionalista libertario // Ángel Manuel García Carmona is a software engineer, master in Big Data Analyst, columnist and libertarian traditionalist.

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