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¿Qué es realmente “el gran reinicio” del que tanto se habla?

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Empecemos por el principio, COVID-19: El gran reinicio, es un libro de Klaus Schwab y Thierry Malleret. Muy comentado en redes y medios, pero no por las virtudes del texto —brillan por su ausencia— sino porque Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, habla ahí de la gran oportunidad que sería la pandemia para una profunda revolución de la economía y la política global. Siendo quien es y diciendo lo que dice, la polémica incluye desde alabanzas ilimitadas y críticas feroces hasta mal llamadas “teorías de la conspiración”.

 “Teorías de la conspiración”

Teoría de la conspiración sería, si hablásemos seriamente, el aparato teórico capaz de explicar los procesos de las conspiraciones reales. Conspiraciones hay. Van de la simple conspiración criminal para delinquir, a la política del golpe de Estado —y un sinfín de posibilidades intermedias— pero absurdamente adquirió “carta de ciudadanía” en medios —e incluso academia— llamar “teoría de la conspiración” a toda aparente o realmente falsa —y absurda— conspiración imaginaria. Y no hay forma de deshacer el entuerto, teoría de la conspiración es sinónimo de falsa conspiración imaginaria.

Lo del “gran reinicio” como tema de “teoría de la conspiración” de “ultraderecha”, según medios de ultraizquierda, era de esperar ¿De qué acusa la ultraizquierda real a la supuesta ultraderecha? Pues de usar el libro como evidencia indirecta de una imaginaria conspiración para crear y/o lanzar el virus. Pruebas de eso escasean. Lo que no impide a algunos creerlo. Pero si a “teorías de la conspiración” vamos, altos burócratas y agencias del totalitarismo de Beijing difundieron que “fue creado por los EE. UU. e introducido en China por espías” sin que fact-checkers “independientes” de redes sociales occidentales les etiquetaran. Lo real es la agenda globalista, intentando aprovechar el miedo y la emergencia para imponerse. Ni más, ni menos.

La agenda globalista
gran reinicio,
“Teoría de la conspiración sería, si hablásemos seriamente, el aparato teórico capaz de explicar los procesos de las conspiraciones reales. Conspiraciones hay”. (Flickr)

Globalismo es un término infeliz, pero descriptivo. La agenda globalista es un esfuerzo de ideólogos, políticos, burócratas y grupos de intereses —a la captura de rentas— para deshacer la globalización de los mercados e ir hacia un sistema socialista global. Son herederos del “Club de Roma” y “Los limites de crecimiento“, que proponía, más o menos lo mismo, anunciando un inminente fin del mundo, entonces por sobrepoblación. Hoy por crisis climática. Y puestos a aprovechar oportunidades. Por pandemia. O lo que sea.

En tanto atemorice a la población y permita imponer medidas de control social y destrucción económica draconiana. Les funciona. Habían apelado a amenazas que —al menos como ellos las anuncian— resultaron total o casi totalmente falsas. Una real y seria —con potencial de exacerbar el miedo al infinito— sobre la que manipular causas, consecuencias y capacidad de respuesta, les funciona mejor.

El “argumento” y sus contradicciones

El gran reinicio es fácil de resumir —el libro es tan malo como simple— pues empiezan señalando que el mundo en general y el occidente desarrollado en particular habrían sufrido una larga e intensa desestatización, abandono de lo público, primacía del mercado, desregulación y bajos impuestos. Mentira. El peso de los Estados desarrollados en sus economías —en la mayoría de los casos es  cercano al 50 %, en algunos es más. Y en pocos es menor al 40 %— demuestra que es falso. Parten de aquella mentira y nos anuncian que la respuesta a la pandemia habría probado la enorme importancia de “lo público”.

Especialmente de servicios médicos universales estatizados y forzosos de Estados del bienestar. Ya una cosa contradijo la otra. Pero la nueva mentira es esa “gran respuesta” de los servicios de salud de Estados del bienestar. Ni la intensa campaña de desinformación y propaganda de medios de izquierda alcanzó a ocultar el fracaso. La  respuesta a la pandemia ha sido mediocre, dejando a la vista la limitadísima capacidad de esos sistemas para responder a una emergencia. Y sobre todo para adaptarse. Quien no lo ha visto es porque voluntariosamente se niega a verlo.

De ahí saltan al que la respuesta de los estados nacionales, hace pocas páginas prueba de la importancia del Estado y “lo público” fue un fracaso y debe pasarse a la coordinación global mediante multilaterales para “la gobernanza” global de pandemias. Y ya puestos a eso. De la economía, regulaciones, impuestos, política monetaria, etc. etc. etc. La contradicción es obvia. Y más la hipocresía de la propuesta.

Si algo demostró su fracaso e incapacidad ante una crisis real fueron los organismos internacionales, empezando por una OMS que durante los primeros meses críticos de inicio de la epidemia fue el mayor altoparlante de la desinformación difundida desde Beijing. Siguen con una larga y conocida serie de medidas ferozmente intervencionistas que desarticularían la economía global, afectarían más a los más pobres, destruirían la globalización como fenómeno económico y dejarían al mundo a un paso del socialismo global. Bajo control de multilaterales a punto de conformar un gobierno mundial. No de Estados nacionales que en libro van de víctima a héroe y  villano, a capricho de los autores.

Y, por supuesto, el financiamiento lo esperan de impuestos muy altos y globalmente armonizados “a los ricos” dicen, pero en realidad es a todos. Y más a los pobres y clases medias. Saben que “a los ricos” no alcanza. Y si fuera en serio, los incluiría. Saben y les complace que lo que proponen implicaría una caída masiva y rápida de la producción y productividad global. Y proponen financiarlo creando dinero. Con inflación, que tampoco es novedad. La relativa novedad es que se escudan en la contradictoria y absurda Teoría Monetaria Moderna. Nueva expresión de la vieja falsa magia monetaria a la que siempre han apelado.

Y eso es todo. Nada nuevo bajo el sol. Es lo que tienen más de medio siglo impulsando por todos los medios a su alcance. Amenaza es. Y muy peligrosa. Siempre lo ha sido. Pero no es conspiración secreta ni de lejos. Es una agenda de destrucción, despoblación y totalitarismo socialista, completamente pública.

Guillermo Rodríguez is a professor of Political Economy in the extension area of the Faculty of Economic and Administrative Sciences at Universidad Monteávila, in Caracas. A researcher at the Juan de Mariana Center and author of several books // Guillermo es profesor de Economía Política en el área de extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Monteávila, en Caracas, investigador en el Centro Juan de Mariana y autor de varios libros

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