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Radiografía de la tragedia de Surfside: víctimas, héroes y un edificio que se caía

Radiografía de la tragedia de Surfside

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Por más grandes que sean las diferencias políticas, sociales o culturales, la solidaridad humana en situaciones límite suele relucir en el momento más necesario. Un desastre natural, un accidente industrial o un derrumbe, como el suscitado en Surfside, son perfectos ejemplos de cómo las autoridades, los rescatistas, los filántropos (conocidos o anónimos) y los ciudadanos se unen para apoyar a las víctimas y sus familias.

También están las excepciones. Hay quienes aprovechan la crisis para sacar provecho. Eso es indudable. Pero hay cierta resiliencia en el ser humano. A partir de las grandes tragedias se hace más fuerte.

Las víctimas de la tragedia

La madrugada 24 de junio fue un punto de inflexión en la vida de decenas de familias. El edificio Champlain Towers South en Miami, Florida, se derrumbó llevándose consigo la vida de hasta ahora 46 personas. Todavía hay decenas de desaparecidos y las posibilidades de que sobrevivan son prácticamente nulas, salvo algún milagro.

Este miércoles 7 de junio, las autoridades dieron la noticia que se temía: los rescatistas pasaron de la fase de buscar sobrevivientes, a la recuperación de los cuerpos; esto luego de dos semanas de intensos e incansables esfuerzos por salvar vidas.

El jefe de bomberos de Miami-Dade, Raide Jadallah, dijo a las familias que después de buscar en todas las áreas de escombros, las autoridades han llegado a la conclusión de que ahora será casi imposible encontrar personas vivas.

En el edificio no solo había americanos originarios de Miami, sino también residentes de toda Latinoamérica y de muchas partes de Estados Unidos. Una muestra pequeña de la gran diversidad que tiene el gran estado de la Florida.

De acuerdo con un reportaje de la BBC, el derrumbe afectó mucho a la comunidad judía de Miami, pues esta pequeña localidad dentro de Miami-Dade «es el hogar de una numerosa y pujante comunidad hebrea».

Algunas de las víctimas de origen judío también fueron latinos. Es el caso de León Oliwkowicz y Cristina Beatriz Elvira, una pareja venezolana que tan solo llevaban algunos días en Estados Unidos tras huir de la crisis económica, política y social desatada por el chavismo en el país sudamericano.

De acuerdo con USA Today, «En Surfside, la pareja formaba parte de una gran comunidad judía, y se encontraba entre más de una docena de miembros de la Shul de Bar Harbour que vivían en la parte derrumbada de las Torres Champlain». León tenía 80 años y Cristina 74 y, además, tenían cuatro hijos y 11 nietos.

Este 09 de julio también se confirmó la muerta de varios ciudadanos paraguayos. La prensa local de Paraguay reseñó que hasta seis ciudadanos estaban en el edifico.

El diario Última Hora informó que los nombres son Luis Pettengill, Sophia López Moreira, Lady Luna Villalba y tres menores de edad. Según cancillería, tanto Luis como Sophia fueron hallados sin vida junto a una de sus hijos. Sophia es esposa del empresario Pettengill y también es hermana de la primera dama de Paraguay, Silvana López Moreira, que viajó a Miami luego del derrumbe.

El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, viajará este viernes a Miami junto a la primera dama, Silvana López-Moreira, después de que se confirmara el hallazgo de los cadáveres de tres de sus familiares desaparecidos en el derrumbe del edificio Champlain Towers South.

Lady Luna, también es un caso doloroso, pues fue niñera de la primera dama paraguaya durante las últimas semanas. Ella se encontraba en Estados Unidos realizando su primer viaje fuera de Paraguay porque le ofrecieron cuidar a los tres niños de Sophia para que conociera el mar y, además ayudarse a costear sus estudios de enfermería.

Otros países sudamericanos con desaparecidos son los prácticamente hermanos Argentina y Uruguay, naciones que comparten muchas costumbres y están apenas separadas por el majestuoso Río de la Plata.

Hay al menos tres ciudadanos uruguayos desaparecidos: un matrimonio y una mujer de 82 años. Argentinos sí hay un poco más, 9 en total, según el diario El País están «en paradero desconocido», algunos son «Andrés Galfrascoli, un cirujano plástico de 44 años; su pareja, Fabián Nuñez, de 55; y Sofía Galfrascoli Nuñez, de cinco años, hija de ambos».

Radiografía de la tragedia de Surfside
Hombre visita el monumento improvisado para las víctimas y desaparecidos del edificio. (EFE)

Dentro del edificio habían también personas que huyeron de la tiranía castrista. Elena Chávez, de 88 años, y su hija, Elena Blasser, de 64, son dos de las desaparecidas. El periódico Miami Herald dedicó un artículo para estas mujeres cubanas que estoicamente huyeron de la temible tiranía castrista cuando la hija apenas era una niña.

«La pareja madre/hija huyó de Cuba durante la revolución de Castro cuando Elena Blasser era sólo una niña. Pasaron varios años en Nueva York y luego se mudaron a Puerto Rico, donde Blasser pasó la mayor parte de su educación. La familia llegó a Miami a finales de los años 70 y se han quedado desde entonces», reza la pieza.

Según el Miami Herald, tanto Elena como su madre «tenían planes el jueves 24 de junio». Ambas estaban planificando, durante un buen tiempo, «regalarle una nueva bicicleta a su nieto de seis años (bisnieto de Chávez), un regalo de cumpleaños tardío que habían estado prometiendo desde abril. Iban a recogerlo, llevarlo a almorzar y luego a recoger sus nuevas ruedas».

Pablo Rodríguez, el hijo de Elena Blasser y nieto de la señora Chávez, describió a su madre como «una fuerza de la naturaleza, de voluntad muy fuerte y apasionada (…) Ella era mi mejor amiga, hablábamos todos los días».

También destacó a su abuela como una persona llena de vitalidad y familiar: «Todavía trabajaba, tenía amigos, iban al teatro, salían a cenar, viajaban a Europa, iban en cruceros».

No fueron las únicas víctimas originarias de Cuba. Antonyo y Gladys Lozano, de 83 y 79 años respectivamente, iban a celebrar su aniversario número 59 en julio. Los cuerpos de la pareja fueron unos de los primeros encontrados luego del derrumbe.

Está el caso de Claudio Bonnefoy, de 85 años y quien se confirmó como una de las víctimas del derrumbe. Claudio era primo de Alberto Bachelet, quien es el padre de la expresidenta chilena Michelle Bachelet.

Otro de los difuntos fue Luis Bermúdez, un hombre puertorriqueño de 26 años que sufría de distrofia muscular y estaba en una silla de rueda. Sus familiares y allegados lo describieron como una persona de gran corazón.

Hilda Noriega, de 92 años, fue otra de las encontradas sin vida entre los escombros del edificio. Según USA Today, «Ella era la madre de Carlos Noriega, el jefe de policía de North Bay Village, una comunidad de la isla a unas 4 millas al sureste de Surfside». Estaba en plena planificación para vender su condominio en las Torres Champlain y mudarse con su hijo y su nuera.

Los colombianos Luis Fernando Barth, de 51 años, su esposa Catalina Gómez, de 44, y su hija de 14 años, Valeria, también estaban en el edificio y se encuentran desaparecidos. Ellos, como tantas otras familias que viajaron desde Latinoamérica, estaban de visita en Miami para vacunarse contra el COVID-19; ya tenían suministradas sus dos dosis y estaban listos para regresar a Colombia.

Dos hermanos americanos, que eran padres ejemplares y médicos, también fueron encontrados sin vida entre los escombros. «La oportunidad de visitar a su enfermo y anciano padre en Boynton Beach atrajo a Gary Cohen al sur de Florida el miércoles pasado desde su casa en Alabama. El hombre de 59 años se quedó con su hermano menor, Brad Cohen, de 51, esa noche en su condominio en el piso 11 del edificio Champlain Towers South en Surfside», explicó el Herald.

Hay una historia particularmente triste. Uno de los equipos de rescatistas encontró el cuerpo de una niña de 7 años: era hija de uno de los bomberos que estaba en el sitio. Según la historia del medio local.10, «el padre de la niña puso su chaqueta sobre su cuerpo y colocó una pequeña bandera americana en la camilla».

Miembros del equipo de rescate de bomberos de Coral Gables visitando el monumento improvisado cerca del edificio de condominios Champlain Towers South derrumbado, el día después de la demolición de los restos del edificio en Surfside, Florida, el 5 de julio de 2021. (EFE)

También hubo gente que, milagrosamente, pudo sobrevivir al desastre. Susana Álvarez, de 62 años, que vivía en la 10ª planta del edificio Champlain Towers South, dio una entrevista emocionante a la NPR explicando como logró sobrevivir dejando un durísimo testimonio:

«Había dos hombres y un joven con nosotros que nos ayudaron. Había una señora mayor y nos ayudaron a sortear los escombros. Y cuando salimos, solo podía oír a personas gritando. Gritaban “ayuda, ayuda, ¡que alguien nos ayude!”. Gritaban. Había personas vivas ahí», dijo Susana luego de explicar cómo vivió el derrumbe y logró, por obra de algún milagro, salir viva de la terrorífica escena.

Susana, en esa misma entrevista realizada por Lulu García Navarro, explicó que era una comunidad muy unida y que ahora perdió todo, incluyendo a su gata Mía, quien era su compañía hasta el derrumbe. Por fortuna, ella aún tiene trabajo y la gente de toda la zona está siendo muy amable, gentil y servicial.

«Estaré bien. Tengo un buen trabajo, no estoy desamparada. Pero ahora mismo estoy sin casa. Sé que puedo recuperarme. Lo sé. La amabilidad de la gente ha sido extraordinaria. Desde el hombre que me abrazó cuando salí a esa playa, estaba totalmente sola ahí y no tengo ni idea de quién era, hasta el guardia de seguridad del edificio vecino, el edificio de lujo, que salió, me agarró y me dijo “te vienes conmigo”. Todos mis amigos me han estado dando maletas y ropa y cosas».

Desacuerdos, finanzas y deterioro inminente: las huellas del derrumbe en Surfside

Surfside es un caso complejísimo, no solo por la tragedia, sino por la búsqueda de respuestas. Luego del derrumbe, los sobrevivientes emprendieron al menos cuatro demandas contra la asociación de propietarios del condominio. La acusación se basa en conducta temeraria y negligente por presuntamente no haber atendido los daños estructurales que mantenía el edificio.

Luego del desplome de las torres en el condominio Champlain Towers South, salieron a la luz documentos, cartas, minutas de reuniones, correos electrónicos y testimonios de los residentes que revelan que el deterioro del edificio se hizo evidente desde hace más de tres años y según las denuncias no se atendieron a tiempo las reparaciones necesarias.

Pese a que no se conocen las razones del desplome y se desconoce si existieron fallas de construcción desde el inicio, lo cierto es que hubo serias advertencias de daños que había que atender y que ponían en peligro la estabilidad de la estructura.

«Toqué las puertas de varios vecinos, no hubo respuesta. Corrí hacia la salida, abrí las puertas que conducen a la escalera exterior y vi la devastación», escribió Pablo Rodríguez en una demanda presentada en la corte del condado de Miami-Dade a la que tuvo acceso la BBC; su madre y abuela continúan desaparecidas.

El documento señala que la asociación del condominio, «a través de su propia conducta temeraria y negligente, causó un catastrófico colapso mortal».

Foto del 25 de junio del edificio derrumbado. La otra parte ya fue demolida. (EFE)

De hecho, una carta en abril de 2020 de la asociación del condominio dirigida a propietarios de los departamentos, alertaba que el deterioro del concreto se estaba acelerando y que el daño «comenzaría a multiplicarse exponencialmente».

Las advertencias empezaron a surgir dado que las normativas vigentes establecen que las construcciones de 40 años de haber sido construidas deben pasar una inspección para garantizar su habitabilidad.

La misiva estaba firmada por la presidenta de la asociación de Champlain Towers South, Jean Wodnicki, quien intentaba explicar a los residentes por qué una renovación que en 2018 costaba unos US$ 9 millones había aumentado a casi US$ 16 millones tres años después.

«El daño observable, como en el garaje, ha empeorado significativamente desde la inspección inicial (en 2018)», señala la misiva, y agrega que hay estructuras de concreto agrietadas.

La carta hace referencia a una inspección realizada en 2018, por el consultor de ingeniería, Frank Morabito, quien indicó que había “abundantes grietas” y desprendimientos en el estacionamiento subterráneo del edificio.

Incongruencias sin respuesta

Steve Rosenthal, otro de los sobrevivientes que habitaba el apartamento 705, señala en su demanda que los residentes «no recibieron advertencias de una catástrofe inminente».

Asimismo, Susana Álvarez, le dijo a la radio pública americana que en 2018 participó en una reunión entre propietarios y representantes de la alcaldía de Surfside y que en esa oportunidad nadie les dijo que el edificio estaba en malas condiciones.

«Ellos nos dijeron que el edificio no estaba mal. Eso es lo que dijeron», señaló Álvarez. «Nadie nos dijo jamás, jamás, que el edificio estaba tan mal. Nadie, nadie», enfatizó.

Según el diario Miami Herald, un mes después de publicarse el informe técnico de 2018, un funcionario de la alcaldía que estaba a cargo de los temas relacionados con edificaciones, identificado como Rosendo Prieto, les dijo a los vecinos de Champlain Towers que el edificio estaba «en muy buen estado».

¿Costos y desacuerdos retrasaron las reparaciones?

Un reportaje de The Washington Post revela que la asociación del condominio vivía en constante conflicto debido a las renuncias por parte de sus miembros cansados de la falta de acuerdos entre ellos y los propietarios.

El diario señala que Anette Goldstein renunció como presidenta de la asociación del condominio en 2019, aparentemente por su frustración ante lo que ella consideraba una respuesta lenta frente al informe técnico publicado el año anterior que identificaba un «daño estructural» en el edificio.

«Trabajamos durante meses para ir en una dirección y, en el último minuto, se plantean objeciones que deberían haberse discutido y resuelto desde el principio», escribió Goldstein en una carta de renuncia de septiembre de 2019.

Expertos alertan que es muy pronto para sacar conclusiones sobre las causas del derrumbe, pero recuerdan que, aunque las inspecciones determinaron «daños estructurales mayores», no alertaron sobre la posibilidad de un colapso inminente.

El edificio “se hundía”

Un estudio realizado por la Universidad Internacional de Florida y encabezado por el geólogo Shimon Wdowinski en 2020 detectó un hundimiento de hasta 2 milímetros por año en el área donde se encuentra el condominio Champlain Towers South. El fenómeno se registró entre 1993 y 1999.

Según explica Wdowinski, el edificio fue el único lugar en la zona donde se detectó el hundimiento; sin embargo, el experto recientemente aclaró que esto por sí solo no explica la tragedia.

«Notamos que en la zona donde estaba ubicado el edificio había un hundimiento considerado (…) los datos que analizamos eran de los 90, entonces era imposible saber qué bloque de la edificación se iba a hundir», explicó el especialista a W Radio.

«Es difícil saber la causa y si ocurrió por el hundimiento o si pasó algo en la estructura del edificio. El ingeniero que está haciendo la investigación debe establecer la verdadera razón», sentenció.

«La conclusión es que no es un edificio antiguo, y con una inspección de 40 años o no, ese tipo de cosas no deberían estar sucediendo», dijo a los periodistas el alcalde Charles Burkett de Surfside a raíz del colapso, informó el Miami Herald.

Joseph Philip Colaco, ingeniero estructural en Florida, dijo a la agencia EFE que maneja la hipótesis de “colapso progresivo” y que todo pudo haber iniciado desde el techo; aunque advirtió que es prematuro aventurarse a dar conclusiones.

Según el alcalde Burkett el techo de la estructura estaba enfrentando reparaciones por lo que será necesario determinar si los materiales o el peso de las herramientas usadas fueron un factor determinante.

“Si los contratistas colocaron maquinaria pesada o hicieron huecos cerca a columnas, por poner algunos ejemplos, el tejado pudo haberse venido abajo (…) lo que termina produciendo el llamado colapso progresivo”, dijo Colaco a la agencia de noticias luego de ver en reiteradas ocasiones el video del derrumbe.

La súbita caída de un edificio residencial no es algo que pasa a menudo, y el porqué la estructura se derrumbó es una incógnita gigante; sin embargo, las imágenes y los estudios realizados al edificio dejan ciertas pistas.

La ingeniero Lucia Valbuena, graduada en la Universidad del Sur de la Florida, explicó a El American algunos de los posibles motivos que pueden explicar el colapso:

«Aunque no hay una respuesta confirmada de por qué se derrumbó el edificio de Surfside, hay múltiples razones posibles para ello. La zona que se derrumbó primero fue la losa justo encima del aparcamiento subterráneo. Se puede observar en múltiples imágenes que la losa está completamente desprendida de las columnas verticales de soporte del edificio. Esto reveló que no había suficiente refuerzo de acero en las conexiones entre la losa y los pilares y esto podría haberse repetido en cada piso. El equipo de investigación tendría que examinar detenidamente los planos de diseño y construcción para determinar si el número, el tamaño y la ubicación de las barras de refuerzo de acero mostradas fueron realmente las que se construyeron», dijo Valbuena.

«Otra posible razón o contribución a este catastrófico colapso es la corrosión de las barras de refuerzo. Después del colapso, había múltiples lugares donde las barras de refuerzo colgaban de partes de la estructura restante», dijo Valbuena, «según investigaciones recientes, este acero parece estar oxidado, lo que sugiere que la barra de refuerzo no se adhirió al hormigón correctamente durante el vertido en el momento de la construcción o que por alguna razón este acero quedó expuesto y no se protegió adecuadamente. La falta de mantenimiento e inspecciones en el edificio podría haber acelerado el deterioro de la estructura aún más, aparte de la humedad y la sal en el aire al estar tan cerca del Mar Caribe».

Según la ingeniero, «el derrumbe del edificio de Surfside no es definitivamente un acontecimiento común sino más bien raro».

Las inspecciones requeridas se realizan con frecuencia en edificios antiguos como éste. Es necesario realizar el mantenimiento adecuado en cada estructura para garantizar su seguridad. Esto, sin duda, abrirá los ojos a los responsables de las inspecciones y del mantenimiento y, con suerte, evitará que se repitan sucesos como éste. Tampoco podemos olvidarnos del propio diseño y construcción del edificio. Si fue un error humano de diseño/construcción o si fue una negligencia humana, podemos aprender que esto no se puede tomar a la ligera.

Lucia Valbuena, ingeniero.

Surfside: una lucha contra el tiempo

El derrumbe del conjunto residencial en Surfside presenta un desafío colosal para el aparataje estatal del condado de Miami-Dade, el estado de Florida y el gobierno federal. A pesar de que Florida es un estado que está acostumbrado a la gestión de emergencias (una de las consecuencias de estar en el “Hurricane Alley”), el colapso en Surfside presenta un reto de otra magnitud. 

A diferencia de un huracán, que puede ser anticipado con varios días de por medio, el edificio de 48 metros de alto se desvaneció en cuestión de segundos, dejando enterradas a cientos de personas dentro de los escombros. No solo está la tarea de intentar rescatar a las decenas de residentes de Surfside que quedaron atrapados, sino que hay cientos de damnificados que, ahora mismo, están sin hogar y posesiones en un abrir y cerrar de ojos. 

Los cuerpos de rescate están realizando un esfuerzo encomiable tratando de salvar vidas. (EFE)

No se necesita ser un experto en gestión de emergencias humanitarias para entender que la cooperación entre cada una de las ramas del Estado (local, estatal y federal) es de vital importancia. Cada minuto cuenta.

En efecto, a pesar de las diferencias partidistas entre cada una de las autoridades (alcalde demócrata, gobernador republicano y presidente demócrata), la reacción del Estado está a la altura del difícil momento. La alcaldía de Miami-Dade declaró el estado de emergencia la misma mañana del 24 de junio, acto seguido el estado de Florida hizo lo propio dando acceso a las agencias encargadas de los operativos de rescate, respuesta y mitigación, un mayor acceso a los recursos que necesitasen. 

El gobierno federal siguió rápidamente la pauta marcada por las autoridades locales, con Biden firmando una declaración de emergencia para Surfside el 25 de junio, autorizando a FEMA (Federal Emergency Management Agency) a coordinar todos los esfuerzos de mitigación de la catástrofe, con el propósito de paliar las terribles consecuencias del desastre.  

La actuación de los organismos estatales fue ágil y coordinada, con FEMA movilizando todos los cuerpos de respuesta rápida para la búsqueda y rescate urbano del estado hacia Surfside. Miami-Dade envió equipos de primera respuesta al área, con la finalidad de rescatar posibles supervivientes o recuperar los cuerpos de las víctimas. 

En un comentario para El American, Christina Pushaw, portavoz del gobernador Ron DeSantis, dijo: “Tras una tragedia como el derrumbe del edificio de Surfside, no hay lugar para la política partidista”.

«Este es un esfuerzo de equipo, y el gobernador DeSantis ha estado cooperando con las autoridades locales y federales durante todo el proceso. Los equipos de Policía y Bomberos y Rescate de Miami-Dade lideraron la primera respuesta, y la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, ha estado trabajando incansablemente sobre el terreno en Surfside para apoyar este esfuerzo de búsqueda de clase mundial y estar allí para la comunidad de Surfside», explicó Pushaw.

«El gobernador DeSantis y la alcaldesa Cava han estado cooperando bien porque comparten la misma prioridad: ayudar a las familias de Surfside durante este momento devastador (…) El mismo día que se derrumbó el edificio, el gobernador DeSantis voló a Surfside, se reunió con la alcalde Cava y otros funcionarios locales, y les preguntó qué podía hacer el estado para ayudarles. Se aseguró de que tuvieran todo lo que necesitaban de él».

En una época de polarización política es raro ver a políticos de diferentes partidos unirse por un objetivo común, pero tras la tragedia de Surfside, los líderes han dejado de lado sus diferencias y están trabajando juntos para ayudar a la comunidad en todos los sentidos.

Christina Pushaw, portavoz del gobernador Ron DeSantis.


El gobierno de Florida hizo lo mismo, movilizando mediante la Florida Division of Emergency Management la capacidad entera del estado para abordar la emergencia. Se respondieron 147 peticiones de recursos adicionales para Surfside, se establecieron labores para la salud mental de los afectados, se crearon mecanismos para proveer vivienda inmediata a los residentes, se autorizó ayuda económica para negocios afectados por la catástrofe, entre otras medidas. 

En total, hay más de 500 rescatistas del estado y del condado en el área del desastre y aproximadamente nueve departamentos de la burocracia estatal dieron respuesta a la tragedia. Inclusive, hubo asistencia internacional en las labores de rescate, con Israel enviando un equipo de expertos para ayudar a las autoridades locales en su labor. 

Sin embargo, a pesar del notable esfuerzo mancomunado entre todas las ramas del gobierno, las labores de rescate no han tenido el éxito deseado. Luego de más de una semana de peligrosas y complicadas operaciones de rescate, todavía hay 94 desaparecidos y se ha descartado encontrar nuevos sobrevivientes.

Radiografía de la tragedia de Surfside
Rescatistas trabajando entre los escombros. (EFE).

Las labores de rescate se vieron con numerosos obstáculos, desde la fragilidad estructural de lo que quedaba del edificio hasta la inminente llegada de una tormenta tropical a la Florida. 

Primero, los rescatistas tuvieron que enfrentarse a perennes incendios en la ruina del edificio que llenaron de humo lo que quedaba de la estructura, evidentemente complicando las labores de rescate de las autoridades. El clima tampoco ayudó los primeros días después del desastre, ya que la ciudad ha sido castigada con constantes lluvias estas últimas semanas (algo de esperar en el húmedo verano de Florida). 

El clima no fue la única amenaza

El clima local no fue la única amenaza natural que entorpeció las labores de rescate. Al mismo tiempo que la atención del Estado ha estado puesta en el desplome de Surfside, se empezaba a formar en el Mar Caribe la tormenta tropical “Elsa” que ha llegado a las costas de Florida.

Aunque los habitantes del estado soleado están más que acostumbrados a este tipo de fenómenos, la inminente llegada de Elsa a Florida entorpeció las labores de rescate.

Añadido a esto, los operativos de rescate tuvieron que enfrentarse a la constante amenaza de la parte del edificio que sobrevivió el desplome, el cual podía colapsar en cualquier momento, poniendo en peligro no solo el éxito de cualquier operación de rescate, sino también la vida de los rescatistas. 

Buscar sobrevivientes en un edificio colapsado es difícil de por sí, pero añadirle la espada de Damocles de un segundo desplome y la llegada de Elsa, convirtieron a Surfside en una labor verdaderamente titánica llena de difíciles decisiones; una de ellas fue la demolición controlada del resto del edificio residencial pocos días antes de la llegada de la tormenta tropical.

Aunque suene contraintuitivo, la demolición de la segunda mitad de las Champlain Towers fue un paso crucial para las operaciones de rescate. Los funcionarios estaban preocupados por la amenaza de que un nuevo derrumbe pudiese traer aún más escombros al terreno, enterrando a cualquier sobreviviente y poniendo en peligro la vida de rescatistas.

Aunque inicialmente se tenía pensado que esta demolición iba a ocurrir en un par de semanas, la inminente llegada de Elsa apresuró los planes y el resto del conjunto residencial fue demolido el domingo 4 de julio.

Finalmente y a dos semanas de haber iniciado la tragedia, las autoridades anunciaron el 5 de julio el fin de la búsqueda de sobrevivientes.

“Tomamos la decisión extremadamente difícil de hacer la transición, de la operación de búsqueda y rescate, a la de recuperación de cuerpos”, dijo Levine Cava en una rueda de prensa que se llenó de lágrimas y de mucho silencio.

Edith Shiro, psicóloga especialista en trauma, quien ha estado presente en la zona cero como voluntaria de la ONG Cadena, dijo a El American que apenas dos semanas después del derrumbe, es cuando iniciará la verdadera etapa de duelo para los afectados.

“Ahora es que empieza el duelo, esperamos que los familiares de las víctimas puedan cerrar su ciclo, hallar los cuerpos de sus seres queridos e iniciar el proceso de sanación que tanto van a necesitar”, dijo.

Emmanuel Alejandro Rondón is a journalist at El American specializing in the areas of American politics and media analysis // Emmanuel Alejandro Rondón es periodista de El American especializado en las áreas de política americana y análisis de medios de comunicación.

Contacto: [email protected]

Daniel is a Political Science and Economics student from the University of South Florida. He worked as a congressional intern to Rep. Gus Bilirakis (FL-12) from January to May 2020. He also is the head of international analysis at Politiks // Daniel es un estudiante de Cs Políticas y Economía en la Universidad del Sur de la Florida. Trabajo como pasante legislativo para el Representate Gus Bilirakis (FL-12) desde enero hasta mayo del 2020. Daniel también es el jefe de análisis internacional de Politiks.

Sabrina Martín Rondon is a Venezuelan journalist. Her source is politics and economics. She is a specialist in corporate communications and is committed to the task of dismantling the supposed benefits of socialism // Sabrina Martín Rondon es periodista venezolana. Su fuente es la política y economía. Es especialista en comunicaciones corporativas y se ha comprometido con la tarea de desmontar las supuestas bondades del socialismo

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