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Razzies y Oscars exponen hipocresía de Hollywood

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Los Golden Raspberry Awards —popularmente conocidos como Razzies— llevan desde 1981 premiando a lo peor del año en la industria cinematográfica. Lo que empezó como una parodia de los Oscar, se ha convertido en toda una referencia en el mundo del cine.

Estos premios cobran especial relevancia cuando se da la circunstancia de que una misma película consigue nominaciones para premios “serios” como los Oscars o los Golden Globes, pero también para la sátira de los Razzies, lo cual podría ser una señal de la creciente polarización ideológica en el plano cultural.

Los Razzies, aparte de la diversión que aportan, también nos sirven para destapar la hipocresía de la crítica especializada y del propio Hollywood, cada vez más ideologizados y desconectados del público, y más preocupados por ser agentes políticos que por entretener.

Este año, el más claro ejemplo de esta disonancia es Blonde, la falsa biografía de Marilyn Monroe, que es, con diferencia, la más nominada a los Razzies, pero también se encuentra en la lista de los Oscars gracias a la nominación de Ana de Armas como mejor actriz.

Que una película tan horrenda y falaz hasta lo insultante consiguiera hacerse un hueco entre las nominaciones a los Oscars y a los Golden Globes supone un premio de consolación que no merecía.

Aquí más | Razzies 2023: lista completa de nominaciones a lo peor del cine

Muchos dirán que la actuación de Ana de Armas sí merece elogio y no debería verse empañada por el resto de la película, pero bastante premio tiene con no haberse visto nominada a los Razzies como peor actriz por Blonde.

Que Netflix haya tenido el consuelo de ver a Blonde presente en los Oscars y los Golden Globes es una palmada en la espalda que solo puede explicarse por el mensaje político de apoyo al movimiento MeToo y la retórica feminista de la película.

Hollywood ha nominado a regañadientes a películas como Top Gun: Maverick por haber salvado a la industria tras el susto financiero de los cierres por la pandemia, pero los cineastas deberían aprender la lección y dejar de hacer política y dedicarse a entretener, no vaya a ser que la gente deje de ir al cine aunque no haya cierres ni confinamientos.

Ignacio Manuel García Medina, Business Management teacher. Artist and lecturer specialized in Popular Culture for various platforms. Presenter of the program "Pop Libertario" for the Juan de Mariana Institute. Lives in the Canary Islands, Spain // Ignacio M. García Medina es profesor de Gestión de Empresas. Es miembro del Instituto Juan de Mariana y conferenciante especializado en Cultura Popular e ideas de la Libertad.

Social Networks: @ignaciomgm

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