fbpx
Saltar al contenido

The Rings of Power episodio 6: ¿cómo puede esto haber costado casi $500 millones?

Rings of power - el american

Read in English

El episodio 6 de The Rings of Power no hace más que confirmar los gravísimos problemas de guion que tiene la serie. A estas alturas, la serie se ha convertido en una comedia involuntaria que sólo merece la pena seguir viendo por la mera curiosidad de saber cuál será la próxima tontería.

Uno se pregunta a dónde ha ido a parar todo el dinero que Amazon se ha gastado en The Rings of Power. No parece que haya sido en los guionistas, aunque sea lo que sea que se les haya pagado, es demasiado. En los actores tampoco, porque no hay ninguno conocido y con caché. Tampoco parece que se hayan dejado mucho dinero en el diseño de interiores, y mucho menos en las armaduras, que parecen hechas con el foam sobrante de los envoltorios de los pedidos de Amazon.

Definitivamente Jeff Bezos debería auditar dónde han ido a parar los cientos de millones invertidos en The Rings of Power.

Los problemas de The Rings of Power episodio 6 (con spoilers)

Aunque The Rings of Power no está basada en ningún material totalmente desarrollado ya existente, es tan previsible como si siguiera al pie de la letra un libro ya escrito, porque sigue punto por punto el manual del wokeismo e incurre en todos los clichés habidos y por haber.

Evidentemente, este imaginario manual de estilo woke no se acerca ni por asomo a nada escrito por Tolkien, quien jamás hubiera usado metáforas tan absurdas e inadecuadas como la escuchada en este capítulo de que “uno no puede saciar la sed bebiendo agua de mar”. Para colmo, esto ni siquiera lo pronuncia un númenóreano, que al fin y al cabo son marineros.

También hace que levantemos una ceja el hecho de que Amazon haya dejado a Tolkien reducido a una copia barata de Game of Thrones, con lemas como “el mar siempre tiene razón” —que repiten tanto como hacían en Poniente con “el invierno se acerca” o “lo que está muerto no puede morir”—, e incluso se han atrevido a calcar la frase del “rey que fue prometido”.

La escritura de The Rings of Power tiene el nivel de una fan fiction cualquiera, pero con el agravante de que no está escrita por fans de Tolkien, sino por superfans de lo woke.

La única técnica narrativa que parecen saber manejar los guionistas de The Rings of Power, es la de su alma mater, Bad Robot, la fábrica de macguffins y mystery boxes en cadena de J.J. Abrams. Cada capítulo es una mera sucesión de pequeños misterios que se van resolviendo de la manera más previsible y estereotipada imaginable.

Los guionistas deben pensar que cuando al final de The Rings of Power se revele que Halbrand es Sauron, todos reaccionaremos como cuando nos enteramos de que Bruce Willis era un fantasma en El Sexto Sentido. Pero no, quedaremos igual de sorprendidos —es decir, nada en absoluto— como cuando al final de este episodio descubrimos que lo que estaba envuelto en la tela no era la espada de Sauron.

Los diálogos de las protagonistas femeninas parecen sacados de Sex and the City, y cada vez que coinciden dos mujeres empoderadas —y los guionistas se encargan de que sea a menudo—, estas siempre interactúan entre ellas para decirse lo espléndidas que son y demostrar grandes dosis de sororidad feminista. Lástima que luego no las muestren poniéndose a parir mutuamente a sus espaldas.

El feminismo woke de The Rings of Power es uno de los corsés que más lastran a la serie. En este episodio, Bronwyn, quien por alguna extraña razón se convirtió de repente en la líder de facto del grupo de humanos, vuelve a acabar con suma facilidad con un orco. Ya lleva más orcos matados que John Wick mafiosos rusos.

En este episodio, Bronwyn se enfrenta a un orco enorme que estaba dando una paliza a un elfo, y cuando estaba a punto de rematar a Arondir, ella lo mata sin despeinarse. De hecho, durante toda la serie, Bronwyn siempre está bellísima e impoluta, incluso a las pocas horas de casi haber muerto desangrada. Es el equivalente femenino a James Bond, a quien pasara lo que le pasara, nunca se le deshacía el nudo de la pajarita.

Aunque parecía imposible hacer a Galadriel aún más inconsistente con el personaje creado por Tolkien, los guionistas de The Rings of Power se han superado, y han sumado a su arrogancia, testarudez, beligerancia y constante mal humor, el hecho de que ahora también es una potencial genocida y torturadora de orcos. Si este es el modelo de mujer que quiere vender el feminismo, no es de extrañar que cada vez espanten a más gente.

rings of power episodio 6
La cara que se te va poniendo con cada nuevo capítulo de The Rings of Power. (EFE de Mario Guzmán)

Galadriel quiere acabar con todos los orcos, pero también con los uruk, porque el personaje de Adar, el elfo oscuro, se encarga de recordarle en todo momento que no es un orco, sino un uruk, mostrando la misma o mayor insistencia que los wokes reclamando que los llamen por sus pronombres de preferencia.

En este episodio de The Rings of Power, por fin, hay algo de acción, pero poca, no vaya a ser que nos despertemos sobresaltados de la somnolencia que provoca la serie. Más bien se trata de un conato de batalla de unos minutos, donde los orcos vuelven a luchar como si estuvieran adiestrados por el coreógrafo de peleas de los Power Rangers, con movimientos espasmódicos que resultan ridículos.

En el efímero ataque de los orcos a la pequeña fortaleza que está llena de trampas improvisadas como si de un episodio de The A-Team o de Home Alone se tratara, se puede observar que la incompetencia militar al planificar y ejecutar la defensa por parte de elfos y hombres, sólo es superada por la incompetencia de los orcos a la hora de llevar a cabo un ataque coherente… lo cual hace pensar que los incompetentes en cuestiones militares son los guionistas.

Los encargados de la edición y el montaje tampoco andan sobrados de coherencia, ya que se nos muestra a las tropas de Númenor cabalgando a plena luz del día acudiendo en ayuda de los asediados, mientras que en la fortaleza sitiada aún sigue siendo de noche. O bien el presupuesto de casi $500 millones no les dio para contratar a alguien que se diera cuenta de estos fallos, o bien el encargado de hacerlo quedó tan abrumado por los errores que atiborran la serie que prefirió decir que todo estaba bien, porque si no tenían que rehacerla entera.

Para terminar de reducir a cenizas el legado de Tolkien, sólo falta que en los próximos capítulos tengamos una escena de sexo entre Galadriel y Halbrand. Viendo la espiral de ridiculeces en la que se ha sumergido The Rings of Power, ni siquiera esto nos sorprendería.

Ignacio Manuel García Medina, Business Management teacher. Artist and lecturer specialized in Popular Culture for various platforms. Presenter of the program "Pop Libertario" for the Juan de Mariana Institute. Lives in the Canary Islands, Spain // Ignacio M. García Medina es profesor de Gestión de Empresas. Es miembro del Instituto Juan de Mariana y conferenciante especializado en Cultura Popular e ideas de la Libertad.

Social Networks: @ignaciomgm

Deja una respuesta

Total
0
Share