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Amazon parece estar en modo control de daños desde el estreno de The Rings of Power. Las artimañas a las que habría recurrido la empresa de Jeff Bezos para aparentar que la serie es un éxito —cuando cada vez más evidencias apuntan a que en realidad es un fracaso—, serían un síntoma del nerviosismo y las dudas existentes en la compañía con respecto a una de sus apuestas más arriesgadas.
Amazon se ha gastado alrededor de $450 millones en hacer realidad la primera temporada de The Rings of Power. Sumando los $250 millones de la compra de los derechos de parte de la obra de Tolkien, y lo que se gastará en las próximas temporadas, podría suponer una inversión total superior a los mil millones de dólares.
Sin embargo, lo que debería haber supuesto un éxito arrollador con un gran impacto cultural del que todo el mundo hablase, más bien parece estar pasando con más pena que gloria.
A pesar de las aparentes maniobras de Amazon para simular un gran éxito de The Rings of Power, cada vez son más las voces autorizadas que ponen en duda las cifras que aporta la compañía y la propia calidad de la serie.
Según Insider, Tom Forte, analista de la consultora D.A. Davidson y especialista en la compañía de Jeff Bezos, en una reciente nota a los inversores manifestó que «nos quedamos dormidos durante nuestros primeros visionados de los episodios uno, tres y cuatro y aún no hemos visto el quinto episodio debido a una combinación de no disfrutar de los cuatro primeros episodios y una agenda muy apretada».
El analista esperaba que durante los primeros capítulos de The Rings of Power la puntuación de la serie fuese baja, debido a que los primeros en verla y reseñarla serían los fans de Tolkien más puristas y críticos, pero que a medida que la serie avanzase y se fuesen involucrando los espectadores casuales, iría mejorando la valoración.
Sin embargo esto no ha ocurrido, según Forte, «casi un mes después de su lanzamiento el 1 de septiembre y cinco episodios de una temporada de ocho, la respuesta de la audiencia (medida por Rotten Tomatoes) es mucho peor de lo que esperábamos inicialmente (como sugiere la cálida recepción de los críticos) y no está mejorando (como habíamos previsto inicialmente)».
El análisis que hace Forte pone de manifiesto que existe una gran diferencia entre lo que opina la crítica especializada y el desempeño que está mostrando entre la audiencia, siendo esto último, al fin y a la postre, el verdadero indicador de éxito o fracaso de The Rings of Power.
Las reflexiones de Forte dejan entrever que la opinión de los críticos especializados podría estar adulterada, al coincidir sospechosamente con los deseos de Amazon, máxime cuando la compañía parece haber tomado una serie de cuestionables medidas para maquillar el desastre.
Durante los primeros días del estreno, Amazon puso un embargo a las opiniones y reseñas de The Rings of Power. Según Amazon, esta medida sería para, por un lado, proteger de los spoilers, y por otra parte para para evitar el “review bombing”, esto es, que gente que no la hubiese visto la valorase negativamente de forma orquestada para bajar su puntuación inicial.
Sin embargo, según múltiples testimonios de afectados, la propia Amazon y páginas de entretenimiento de su propiedad como IMDb, mantuvieron en pie esta medida mucho después del estreno para ocultar las reseñas y puntuaciones negativas.
Tampoco ayuda que, a diferencia del tradicional método de recuento de taquilla de los cines, los servicios de streaming apenas tengan transparencia en sus cifras de audiencia, y simplemente tengamos que confiar en las cifras que ofrecen haciendo un acto de fe.
Según Amazon, The Rings of Power «sigue siendo el programa más visto en todo el mundo en Prime Video, rompiendo todos los récords de visualización anteriores».
Sin embargo, según su nota a los inversores, Tom Forte asegura que «si partimos de las cifras comunicadas por Amazon de 25 millones de espectadores para el lanzamiento y de una audiencia de 200 millones de miembros Prime que se conectan a Prime Video, obtenemos lo siguiente: 12,5% de penetración (o 87,5% de falta de interés)».
«Si nos casamos con la puntuación de la audiencia, entonces obtenemos lo siguiente: A 9,5 millones de espectadores les gustó (38% de 25 millones) lo que sugiere una penetración del 4,75% (al 95,25% no le gustó y/o no le interesa)», puntualizó Tom Forte. «Así que hasta el 95,25% de los miembros de Prime pueden no estar contentos con pagar 20 dólares más al año por Prime debido al gasto de contenido de Amazon, incluyendo El Señor de los Anillos».
Las malas decisiones de Amazon con The Rings of Power
La frialdad de estos números contrasta con el mensaje de euforia que Amazon se empeña en transmitir, y cada vez parece más evidente que la apuesta de Jeff Bezos por adaptar a Tolkien ha sido una sucesión de malas decisiones, desde su gestación hasta ahora que está a punto de acabar la primera temporada.
La falta de calidad de The Rings of Power se sospechaba desde un principio. En primer lugar, que la producción de la serie se fuera retrasando hasta que murió Christopher Tolkien, hijo de J.R.R. Tolkien y custodio de su legado, se interpretó como que Amazon pensaba hacer cambios radicales que no iban a gustar a los amantes de la obra del profesor.
Estas sospechas empezaron a confirmarse cuando Amazon despidió a Tom Shippy, uno de los mayores expertos académicos en Tolkien, después de que advirtiera a los creadores de The Rings of Power que estaban «contaminado el lore» de la obra. A este despido se sumó el hecho de que Amazon ningunease a Peter Jackson, creador de la exitosa trilogía de El Señor de los Anillos a principios de siglo, y que pusiese la serie en manos de dos showrunners sin apenas experiencia previa.
A medida que se iba acercando el estreno de The Rings of Power, todo el marketing de Amazon se centró en enaltecer la diversidad y la inclusión de la serie, sin apenas mencionar nada sobre la trama o los personajes, más allá de insistir en que se trataba de “personajes racializados” interpretados por actores pertenecientes a minorías supuestamente oprimidas.
Otro maniobra de relaciones públicas que sembró grandes dudas entre los fans fue que Amazon decidiera contratar para publicitar la serie a lo que ellos denominaron “superfans”, que no eran otra cosa que influencers con muchísimos seguidores en redes sociales, pero que apenas demostraban conocimiento sobre Tolkien, aunque ahora se presentasen como los mayores expertos en su obra.
Para terminar de rematar esta sucesión de catastróficas decisiones de relaciones públicas, la única respuesta de Amazon ante las críticas informadas ha sido acusar a los detractores de racistas, misóginos y homófobos. Que Amazon no esté haciendo autocrítica ni escuchando a su público para intentar mejorar la serie es grave, pero que además haya tomado una actitud beligerante y se dedique a insultar a sus clientes debería preocupar seriamente a sus inversores.
La nota a los inversores de Tom Forte quizás suponga una llamada de atención a Amazon, que probablemente debería empezar a depurar responsabilidades y hacer un viraje en su estrategia para las próximas temporadas de The Rings of Power, tanto en su producción como en sus relaciones públicas.
Mientras esperamos a ver si eso sucede o no, lo cierto es que The Rings of Power se puede considerar un fracaso para Amazon, máxime si la comparamos con su gran competidora en este año, The House of the Dragon de HBO, que no hace más que crecer en audiencia y valoración.
Ignacio Manuel García Medina, Business Management teacher. Artist and lecturer specialized in Popular Culture for various platforms. Presenter of the program "Pop Libertario" for the Juan de Mariana Institute. Lives in the Canary Islands, Spain // Ignacio M. García Medina es profesor de Gestión de Empresas. Es miembro del Instituto Juan de Mariana y conferenciante especializado en Cultura Popular e ideas de la Libertad.
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