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El pasado sábado volvió a celebrarse en Washington la tradicional cena de corresponsales de la Casa Blanca, tras el hiato de tres años por la pandemia. Es la primera celebración en contar con la presencia del presidente en ejercicio, Joe Biden, después de que Donald Trump rehusara acudir durante su mandato. El maestro de ceremonias fue el humorista y presentador del “Daily Show”, Trevor Noah, quien se mostró muy benigno con la actual administración.
El momento más comentado de la velada fue cuando Joe Biden se rio de forma muy animada de un chiste que hizo Trevor Noah sobre las dificultades económicas que están pasando las familias americanas. “Y creo que desde que usted llegó al cargo, las cosas están yendo hacia arriba [mejorando]. Ya sabes, la gasolina ha subido, el alquiler ha subido, la comida ha subido, todo”.
Muchos opositores han considerado las risas de Joe Biden como una burla y un desprecio a las personas afectadas por las consecuencias de las políticas económicas del actual gobierno, mientras que los demócratas ven en su actitud un gran sentido del humor y una loable capacidad para encajar las críticas. Al fin y al cabo, esta cena siempre ha sido un acto ligero, caracterizado por su ambiente jocoso y distendido, y en el que el humor sirve de catarsis para los problemas del momento.
Para mí, lo realmente llamativo —y preocupante— es justo la frase anterior al “punchline” de Trevor Noah: “Creo que todo el mundo estará de acuerdo en que es realmente agradable tener de nuevo un presidente que no tiene miedo de venir a la Cena de Corresponsales de la Casa Blanca, y escuchar chistes sobre sí mismo. Seré honesto, si ud. no hubiera venido, lo habría entendido totalmente porque esta gente ha sido muy dura con usted, lo cual no entiendo. Realmente no lo entiendo”.
¿En qué clase de mundo vive Trevor Noah para pensar que la prensa está siendo dura con Joe Biden? Máxime si lo comparamos con el trato que se le dio a su inmediato antecesor en el cargo.
Solo hay que observar el estruendo que se armó cuando Trump tuiteó por error “covfefe” —tildándolo poco menos que de enajenado e incapaz para el cargo— y compararlo con el absoluto silencio de la prensa cada vez —y no son pocas— que Joe Biden tiene un lapsus, pifia o se muestra claramente desorientado.
Trevor parece estar pidiendo perdón por hacer un chiste muy blandito. Quizás el más blandito que se podría haber hecho sobre el poco tiempo de gestión de Joe Biden. Recuerda un poco al caso de Chris Rock en los Oscar, a quien si se le puede acusar de algo, es de haber escogido la broma más benevolente de todas las disponibles sobre la mujer de Will Smith.
No parece que Trevor Noah se adhiera a esta unánime actitud magnánima de la prensa progresista con el mandatario demócrata por miedo a una reacción similar a la de Will Smith, sino que más bien lo hace porque verdaderamente se cree que no merece mayor crítica, ni la menor burla. De hecho, en el único chiste mínimamente crítico con el actual presidente, en realidad se muestra más duro con Donald Trump en su preámbulo que con el propio Biden en su remate.
La Cena de Corresponsales con Trevor Noah, otra oportunidad perdida para reírse de Joe Biden
La benevolencia con la izquierda es la tónica habitual de las élites culturales y del entretenimiento, mientras que contra los conservadores parece valer todo y nada nunca es suficiente. Y si se lo toman a mal, también se les critica por ello.
De hecho, para regocijo de todos los representantes del progreso presentes en la cena, los chistes más ácidos y corrosivos de Trevor Noah estuvieron dirigidos a republicanos como Kellyanne Conway, Madison Cawthorn, Donald Trump, presentadores de Fox News y Ron DeSantis.
Curiosamente, Trevor Noah mencionó a Ron DeSantis como si estuviera entre los asistentes, cuando en realidad no acudió a la cena —al igual que lo hizo Donald Trump durante su mandato— porque se temía que el acto sería una encerrona.
Tanto Trump como DeSantis han sido criticados por su falta de sentido del humor, e incluso quieren que se vea en esto una especie de confirmación de sus rasgos autoritarios, porque como todos deberíamos saber, en la cena de corresponsales ha de celebrarse el sano hábito de poder reírse de los gobernantes, y que también ellos puedan reírse de sí mismos.
Es señal de madurez política poder reírse de los republicanos cuando gobiernan los republicanos, así como cuando gobiernan los demócratas también poder reírse… de los republicanos.
Quizás, después de todo, no esté tan mal criticar a Joe Biden por su exceso de sentido del humor al reírse de las vicisitudes de los americanos.
Ignacio Manuel García Medina, Business Management teacher. Artist and lecturer specialized in Popular Culture for various platforms. Presenter of the program "Pop Libertario" for the Juan de Mariana Institute. Lives in the Canary Islands, Spain // Ignacio M. García Medina es profesor de Gestión de Empresas. Es miembro del Instituto Juan de Mariana y conferenciante especializado en Cultura Popular e ideas de la Libertad.
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