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Auge y caída del Premio Nobel de la Paz

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El Premio Nobel de la Paz, como mucho en este mundo, ha perdido la legitimidad porque intercambió la objetividad por el consenso de las élites y las narrativas de los grandes medios. Reconocer grandes logros en el marco de la paz, lejos de ser el objeto de esta institución, ha sido reducido a un recuerdo de tiempos pretéritos del Premio.

El origen de este galardón se remonta a Alfred Nobel, quien fue un químico, ingeniero e inventor sueco conocido por haber creado la dinamita. Además de esta, poseyó otras trescientas cincuenta y cinco patentes. Sin embargo, al enterarse que su hermano Ludvig murió, un diario francés lo confundió con el propio Alfred y en el obituario condenó al inventor por el uso de la dinamita para fines bélicos.

El obituario fue titulado «El mercader de la muerte ha muerto» y lanzó contra el inventor: «El Dr. Alfred Nobel, que se hizo rico al encontrar formas de matar a más personas más rápido que nunca, murió ayer». El químico temió ser recordado de esta forma y por lo tanto inició su cruzada contra la reputación que estaría construyendo sin darse cuenta.

Cedió, entonces, el 94 % de su patrimonio para crear los cinco primeros Premios Nobel. Tres de los cinco serían otorgados a prominencias en ciencias naturales como Física, Química y en ciencias médicas. El cuarto sería otorgado idealmente a la obra literaria y el quinto sería entregado a la persona u organización que haya prestado un gran servicio a la humanidad, en la reducción de los ejércitos o la promoción de la paz.

Auge del Nobel

Los primeros galardonados con el premio fueron el francés Frédéric Passy y el suizo Jean Henri Dunant; uno por ser uno de los fundadores de la Unión Interparlamentaria y también el más prominente organizador del primer Congreso Universal por la Paz; el otro por su trabajo en la conformación del Comité Internacional de la Cruz Roja.

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Lech Walesa, activista polaco fundador del movimiento “Solidaridad” que encabezó el proceso de descomunización de su país. (Foto)

En décadas posteriores otros merecedores del galardón serían el presidente Teddy Roosevelt, quien ayudó a finalizar la Guerra Ruso-Japonesa; George Marshall, presidente General de la Cruz Roja americana y creador del Plan Marshall; la Madre Teresa de Calcuta, quien aportó con su liderazgo de las “Misioneras de la Caridad”, y Lech Walesa, por la fundación del movimiento “Solidaridad” y su lucha por los derechos humanos y en contra del comunismo.

Caída del Nobel

Sin embargo, los nombres fueron volviéndose más polémicos y de dudoso mérito para recibir un premio inicialmente destinado a personajes u organizaciones que contribuyeran a la paz del mundo —y que sus obras la mantuvieran en el tiempo—.

El expresidente Jimmy Carter recibió su Nobel en 2002 «por sus décadas de esfuerzo incansable para encontrar soluciones pacíficas a los conflictos internacionales», sin embargo, Carter fue quien inició la guerra en Afganistán que al día de hoy persiste, habiéndose llevado consigo cientos de miles de vidas americanas. Además, con la “Operación Ciclón”, su gobierno se encargó de darle poderes inimaginables a los fundamentalistas islámicos —fundamentalismo que aún azota bélicamente al Medio Oriente—.

Por otro lado, apoyó al “Frente Sandinista” compuesto por guerrilleros comunistas, que hasta hoy ejercen una dictadura en Nicaragua con fuertes lazos con los regímenes de Cuba y el de Venezuela.

Al Gore, fue el siguiente americano en recibir el Nobel en 2007 «por sus esfuerzos para construir y difundir un mayor conocimiento sobre el cambio climático». Pero la paz del mundo no se vio beneficiada por el gobierno que lideró junto a Bill Clinton. A finales de la década de los 90, su gobierno ordenó varios bombardeos a instalaciones iraquíes provocando una escalada del conflicto. Por si no fuera suficiente, Gore fue copartícipe de la política de cambio de régimen en el Medio Oriente, esta vez contra Hussein, provocando la radicalización de las facciones y gobiernos regionales.

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El Nobel de la Paz Barack Obama lanzó en 2016 26,171 bombas generando un promedio de tres bombas lanzadas a cada hora, las veinticuatro horas del día, durante todo el año. (Foto)

El gobierno que encabezó el Nobel de la Paz también bombardeó Yugoslavia por tres meses durante la Guerra de Kosovo.

Barack Obama para muchos es un referente de paz, y por ello recibió el Nobel en 2009, extrañamente a tan solo un año de que iniciara su administración. Obama, para contradicción de los ideales del premio, encabezó uno de los gobiernos más violentos en la historia americana.

Luego de decir que acabaría con las intervenciones en Iraq y Afganistán, las tropas en realidad aumentaron. Su intervención en Libia causó uno de las peores etapas de inestabilidad política en el país y también a los rebeldes sirios que utilizaban niños como soldados. En 2016, por ejemplo, The Guardian y el Consejo de Relaciones Exteriores informaron que tan solo en ese año, el gobierno de Obama y Biden lanzó 26,171 bombas generando un promedio de tres bombas lanzadas a cada hora, las veinticuatro horas del día, durante todo el año.

Juan Manuel Santos, por su parte, recibió en 2016 el Nobel «por sus grandes esfuerzos por tratar de finalizar la guerra civil de más de 50 años en Colombia». El acuerdo de paz firmado junto a Fidel Castro prometió un cese al conflicto que las FARC había encabezado y que costó tantas vidas colombianas. Pero lo único que obtuvo como resultado fue que la narcoguerrilla colombiana permaneciera activa y más fuerte que nunca —pues ahora tenía curules en el Congreso colombiano— y se financia del crimen organizado institucionalizado por el régimen comunista de Venezuela.

Ahora, organizaciones como “Black Lives Matter” son nominadas al Nobel la Paz; movimientos que se han dedicado a estrechar lazos con genocidas como Nicolás Maduro, a destruir cientos de negocios y a matar inocentes como el capitán David Dorn.

Rafael Valera, Venezuelan, student of Political Science, political exile in São Paulo, Brazil since 2017 // Rafael Valera, venezolano, es estudiante de Ciencias Políticas y exiliado político en São Paulo, Brasil desde 2017

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