La cancelación woke vuelve a protagonizar La Idiotez de la Semana de El American. En esta ocasión, ha conseguido editar cientos de pasajes “ofensivos” de los libros de Roald Dahl, celebérrimo por cuentos infantiles como Charlie y la Fábrica de Chocolate, Las Brujas, Matilda y Fantastic Mr. Fox.
La editorial Puffin ha claudicado ante la presión del activismo woke y ha reeditado las obras de Roald Dahl con cientos de cambios para hacerlas “menos ofensivas”.
Millones de niños de varias generaciones han amado los libros de Roald Dahl por su rebosante fantasía, su atmósfera algo tenebrosa y sus pintorescas descripciones, con los niños siempre como protagonistas y héroes de sus historias. Sin embargo, tras los cambios forzados por los woke, los lectores que no dispongan de una edición antigua se quedarán sin las coloridas descripciones de sus personajes y sin buena parte de su característico humor.
A partir de ahora, Augustus Gloop, el niño glotón y avaricioso de Charlie y la Fábrica de Chocolate ya no es descrito como “gordo”, porque al parecer eso es incurrir en gordofobia. Los Oompa-Loompas, los enanitos que ayudaban a Willy Wonka, ya no son hombres “diminutos”, sino que son “personas pequeñas”, consiguiendo así no ofender a las personas oprimidas por una baja estatura y por el binarismo de género.
Palabras como “fémina” o “hembra” han sido sustituidas por “mujer” —aunque nos tememos que esto también ofenderá a los woke y tendrán que volver a editarlo—. También han sustituido toda referencia a “niños y niñas”, pasando a denominarlos “infantes”; la “atractiva señora de mediana edad” en Esio Trot ahora es una “amable señora de mediana edad”, y personajes que tenían una “fealdad temible” ahora solo tienen “fealdad”, a secas.
Tampoco se podrán leer referencias a personajes “locos” o “chalados” —¿quizás los woke se dan por aludidos?—, y ni siquiera se mencionan los colores “blanco” o “negro” aunque hagan referencias a objetos.
Otros cambios incluyen haber cambiado la profesión de tapadera de una de las “Las Brujas”, que pasa de trabajar de incógnito como “cajera en un supermercado” a ser “una científica de alto nivel”.
En nombre del feminismo más woke se han hecho otros cambios ridículos, como que Matilda ya no lee a Rudyard Kipling, sino a Jane Austen. En el colmo del esperpento, no solo se han hecho cientos de pequeñas ediciones, sino que también se han incluido pasajes enteros.
Así, en Las Brujas, donde se explica que debajo de sus pelucas son completamente calvas, ahora se incluye una línea aclaratoria que dice que “existen muchas razones por las que las mujeres pueden llevar pelucas, y ciertamente no hay nada de malo en ello”.
Desde la famosa bofetada de Will Smith en los Oscars, parece que los woke están intentando incluir la alopecia femenina como nuevo motivo de opresión machista y capitalista, pero por ahora no están teniendo tanto éxito con esto como la “gordofobia”, que se ha convertido en la nueva estrella del catálogo woke de este año.
Netflix, nueva propietaria de los derechos de Roald Dahl
En 2021 Netflix compró los derechos de las obras de Roald Dahl por unos $600 millones de dólares, justo un año después de que empezara el proceso de revisionismo de su obra con la contratación de un grupo de “lectores sensibles”, que debe ser un eufemismo para “activistas woke que ejercen como ofendidos profesionales”. Por supuesto, entre estos lectores encargados de mutilar la obra de Dahl no había ningún niño.
Ignacio Manuel García Medina, Business Management teacher. Artist and lecturer specialized in Popular Culture for various platforms. Presenter of the program "Pop Libertario" for the Juan de Mariana Institute. Lives in the Canary Islands, Spain // Ignacio M. García Medina es profesor de Gestión de Empresas. Es miembro del Instituto Juan de Mariana y conferenciante especializado en Cultura Popular e ideas de la Libertad.
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