Inconvenientes para mantener a las empresas, reducción de puestos de trabajo, problemas estructurales en sus principales ciudades y autoridades empecinadas con meter mano a las libertades individuales y económicas. A los estados gobernados por demócratas, como New York y California, les está yendo mal. Y hay estados, como Florida, que sonríen. El último beneficiado está en Texas, específicamente su capital, Austin.
De acuerdo con un informe de Fox News, la capital texana «está atrayendo empleos corporativos y trabajadores remotos, atraídos por los bajos costos e impuestos». En ese sentido, hay algo que está quedando muy claro los últimos días: los fuertes regímenes fiscales en Estados Unidos están beneficiando a los estados con menores cargas impositivas. Básicamente, las empresas no quieren producir para mantener las costosas y populistas políticas demócratas.
El caso de Austin es el perfecto ejemplo. Pues, la reubicación de empresas en esta ciudad, anunciada este 2020, puede crear un aproximado de 10.000 puestos de trabajo. Este número, según la Cámara de Comercio de Austin, es la cifra más alta de la ciudad registrada en un solo año.
Esta buena generación de empleo estaría no solo ayudando a bajar el desempleo, sino a la estimulación de la economía local, ya que beneficiaría a los restaurantes, bares y locales de la ciudad que dependen del turismo y que se han visto afectados por la pandemia.
Pero, ¿cuáles son las razones que permiten a Austin captar estos puestos de trabajo corporativos y remotos? Según Fox News, hay muchos ítems que benefician a Texas.
El primero es que el estado no impone un impuesto estatal sobre la renta, otro factor es el clima capitalino —los inviernos de Austin son relativamente cortos y suaves—, además, con todo el tema de la pandemia y las medidas sanitarias, también ayuda que el distanciamiento social «sea más fácil en una ciudad donde las casas tienden a ser espaciosas y muchas tienen patios traseros».
Todos los factores influyen, pero hay algo importantísimo, y es que Austin ha logrado «mantenerse más barata que San Francisco, Brooklyn y Manhattan, construyendo decenas de miles de apartamentos en la última década».
Los beneficios son obvios: los que migran desde New York y California ven maravillados cómo pueden conseguir fácilmente una casa, cómo estas son más económicas y cómo el Estado no está interesado en disminuir los ingresos y las ganancias de los contribuyentes con impuestos altos.
También es conveniente dejar algo claro: la pandemia acelera el proceso de mudanzas y búsqueda de nuevas oportunidades, pero no es la razón de fondo.
Hay datos que lo ejemplifican. Por ejemplo, en el 2018, Texas fue el segundo estado del país —solo por detrás de Florida— que mayor migración interna recibió. ¿De donde provino la mayoría de esas personas que decidieron empacar sus maletas en busca de los beneficios texanos? Del estado de California.
Todo esto según un estudio de Yardi Systems reportado en el diario Dallas News. «Texas ocupa el segundo lugar en el podio de los estados a donde más gente se fue a vivir en 2018, con casi 564,000 nuevos habitantes», señala el informe. Arizona, por cierto, es otro de los estados que ha recibido decenas de miles de californianos.
El capital abraza a Austin
Fox lo explica muy bien: «Algunas empresas plantaron banderas en Austin después de recibir incentivos fiscales locales, como la empresa Tesla Inc. con sede en Palo Alto, California. El fabricante de coches eléctricos dijo en julio que planea construir una fábrica en las afueras de Austin que podría eventualmente emplear a más de 5.000 personas».
Pero Tesla no es la única, otras compañías, como el administrador de activos Pacific Investment Management Co. —mayormente conocido como Pimco—, abrió una oficina en Austin en 2018.
Según el informe de la cadena Fox, Patrick Feigley —jefe de ventas de gestión de patrimonio global de EE.UU. y director de la oficina de Pimco en Austin— dijo que: «La ciudad tiene una ubicación algo céntrica y cuenta con un gran número de graduados universitarios cualificados».
En ese sentido, la empresa está ampliando la oficina de Austin y trasladando puestos de trabajo en las áreas de comercialización y recursos humanos desde Nueva York.
Por otra parte, Greg Schwartz, director ejecutivo de la empresa inmobiliaria Tomo Newworks, mencionó que en Austin «es mucho más fácil de contratar. Es mucho más fácil conseguir una vivienda. Es mucho más fácil conseguir licencias de negocios que en otros lugares».
Dicha empresa, con sede en Stamford, Connecticut, se está preparando para abrir una sede conjunta en la capital de Texas.
Como muestra del desarrollo de la capital de Texas, en Austin no solo captan y están en búsqueda de puestos de trabajo y empresas, sino también de mejoras infraestructurales que benefician a la planificación de la ciudad. Según la Asociación Nacional de Apartamentos, «Austin añadió más apartamentos nuevos —en relación con el tamaño de su mercado inmobiliario— que cualquier otra ciudad importante de EE.UU. entre 2014 y 2018».
De igual forma, así como la ciudad está presentando muchos beneficios para los recién llegados, también vale acotar que las condiciones deben mejorar para los locales para seguir aumentando la competitividad. Pues en Austin, según Fox, existe una percepción de que la ciudad nunca había sido tan menos asequible. El dato clave es que en Dallas y Houston, siendo más cosmopolitas, el costo de la vida es más económico que en Austin.
Demócratas atentos, porque no solo Texas se beneficia
No solo Austin se beneficia de este «¡Sálvese quien pueda!». De acuerdo con un reporte de Blomberg, Goldman Sachs Group Inc. está evaluando seriamente mudar parte de sus operaciones de gestión de activos a Miami, Florida. Algo que pondría en jaque esa centralización financiera que yace en New York, tal y como se explicó en una nota anterior de El American.
Y aquí hay un dato clave, el trabajo remoto, durante todo el 2020, representó una vía de escape para salvar empleos, mantener la productividad de las empresas e, inclusive, generar puestos de trabajo. Esa “suerte” de producir desde el hogar ha sido exitosísimo para compañías como Goldman Sachs, pues pueden evitarse los costosos alquilares reduciendo gastos y, además, facilitar mudanzas operacionales.
Así que todo este coctel que está motivando a las empresas y a la clase media a mudarse de estados demócratas a republicanos, no es nada nuevo ni mucho menos sorpresivo. De hecho, es lo lógico.
Hay que ser enfáticos con algo: migrar es una de las cosas más difíciles del mundo. Irte de tu hogar en búsqueda de mejores oportunidades, calidad de vida, felicidad y libertad; no es para todo el mundo.
Que californianos y neoyorquinos se muden hacia Texas, Florida u otros estados donde los regímenes fiscales no son agobiantes son serios síntomas de las dañinas políticas estatales en New York y California.
Que Goldman Sachs, una empresa que debe gran parte de su fama a la «Ciudad que nunca duerme», esté evaluando irse a Miami, dice mucho del papel del Estado.
Que Elon Musk tome sus maletas y empresas, deje Silicon Valley y vaya derechito a Texas no es más que otra muestra del fracaso progresista californiano.
Y que Austin capte empleos y empresas provenientes de estados demócratas es la cereza del pastel, pues se demuestra que la gente está huyendo despavorida de las regulaciones, los impuestos altos, la involución de la calidad de vida y las restricciones a la libertad.
Emmanuel Alejandro Rondón is a journalist at El American specializing in the areas of American politics and media analysis // Emmanuel Alejandro Rondón es periodista de El American especializado en las áreas de política americana y análisis de medios de comunicación.
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