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El Senado aprobó este martes el plan de infraestructura por $1 billón, tras semanas de discusiones entre republicanos y demócratas. Este plan bipartidista será una de las mayores inversiones en infraestructura vista en décadas en Estados Unidos.
La votación terminó 69 votos a favor y 30 en contra, con 19 republicanos que se sumaron a los 50 votos del Partido Demócrata a favor de la implementación del plan de infraestructura. Los estados tendrán autonomía para destinar los fondos federales de este plan a los proyectos que los gobiernos locales consideren prioritarios.
Este resultado es producto de semanas de negociación entre el equipo bipartidista de 10 senadores y la Casa Blanca. La actual legislación autorizará la reinversión en programas federales ya existentes de infraestructura pública, así como $550,000 millones para proyectos de acueducto y alcantarillado, renovación de la red eléctrica y mantenimiento de la infraestructura existente.
Durante años, tanto republicanos como demócratas han expresado sus intenciones de implementar un nuevo plan de infraestructura, sin embargo, las diferencias del enfoque de los recursos (los demócratas a favor de los ferrocarriles y los republicanos de las carreteras) había impedido que se llegara a un acuerdo.
A pesar de que los legisladores del Senado llegaron a un acuerdo sobre el plan de infraestructura, al proyecto todavía le espera un largo camino. La presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, afirmó que la Cámara no votaría el plan de infraestructura hasta que el Senado no aprobará el otro plan de $3.5 billones para atacar la pobreza y el cambio climático.
¿En qué se destinará el dinero del plan de infraestructura?
De $550,000 millones destinados en el plan de infraestructura 110,000 millones irán a parar a la construcción y renovación de carreteras y puentes, 66,000 millones a los ferrocarriles y 40 mil millones para financiar nuevos sistemas de transporte público.
65,000 millones serán para expansión de banda ancha en Estados Unidos, que incluirá un subsidio de 30 al mes para financiar el acceso de Internet a las familias de bajos ingresos.
El proyecto de ley también incluye presupuesto para mitigar las consecuencias del cambio climático. 65,000 millones se usarán para renovar la red eléctrica y que sea compatible con las nuevas fuentes de generación. 50,000 millones se destinarán a hacer la infraestructura de los Estados Unidos más resiliente ante los ciberataques y los efectos del cambio climático.
Cerca de 7,500 millones se destinarán a construir estaciones de carga para autos eléctricos e híbridos a lo largo del país. Otros 7,500 millones serán para reemplazar la antigua flota de buses escolares y ferries con vehículos de menores emisiones.
Los republicanos que se oponen al proyecto de ley argumentan que los costos de implementar el nuevo plan de infraestructura superan a los beneficios y que este plan verdaderamente no hace ninguna inversión sustancial, ni prioriza ningún tipo de infraestructura.
Algunos economistas sugieren que el impacto del plan de infraestructura, que se ejecutará a lo largo de los próximos 10 años, será limitado en el crecimiento de corto plazo. No obstante, la inversión en infraestructura que se haga durante la ejecución de este plan potenciará la productividad del país.
Uno de los mayores puntos de diferencia entre demócratas y republicanos es sobre cómo se recaudará el dinero para financiar el plan. Los primeros favorecían ampliamente el incremento del impuesto corporativo, mientras que los del GOP se oponen abiertamente a cualquier aumento en los impuestos.
Al final se decidió que los fondos para el plan de infraestructura se recolectarán redireccionando el dinero que todavía no se ha ejecutado de los anteriores planes de estímulo para contrarrestar los efectos de la pandemia, así como usar los reembolso del Medicare y el dinero recaudado por las subastas del espectro de banda ancha en Estados Unidos.
La Congressional Budget Office también determinó que los cálculos para el pago del plan de Infraestructura se quedaron cortos y en últimas el proyecto de ley que durante la próxima década podría añadirle al país hasta 256,000 millones de déficit.
Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica