Los talibanes afianzan su poder en Afganistán a medida que comienzan las negociaciones para configurar el nuevo Gobierno que sustituirá a la difunta República Islámica de Afganistán. En Kabul, el Mullah Abdul Ghani Baradar, se encuentra en reuniones con antiguos jefes militares, líderes tribales, exfuncionarios del Gobierno y líderes religiosos para configurar la nueva teocracia afgana.
Aunque los talibanes intentan recuperar la confianza de los afganos y aseguran que no habrá persecuciones tras la toma de poder, hay desconfianza en el ambiente y quienes más temen por su seguridad son las mujeres.
Según los funcionarios talibanes se les permitirá a las mujeres tener libertad “según las leyes del Islam”. No obstante, los talibanes no cederían en la imposición de la burkha, como prenda obligatoria para las mujeres.
En ese sentido, en las regiones controladas por los talibanes a las mujeres también se les ha negado el acceso a la educación, al trabajo, y se han visto sometidas desde matrimonios forzosos, hasta castigos corporales, que pueden terminar incluso con la vida de la víctima.
En el plano internacional, China ya reconoce a los talibanes como la fuerza dominante, como así lo revelaron las charlas en Tianjin entre el ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, y el Mullah Baradar.
Rusia también ha aceptado a los talibanes como fuerza de facto en Afganistán, como así lo confirmó el embajador Dmitry Zhirnov que dijo “no hay alternativa a los talibanes”. Por su lado, el presidente de Rusia, Vladimir Putin rechazó la sugerencia de que Rusia apoyara en la evacuación de refugiados afganos afirmando que “no queremos militantes afganos disfrazados de refugiados”.
A pesar de que la ofensiva militar desarticuló en cuestión de días las Fuerzas Armadas afganas, los talibanes todavía deben enfrentarse a una acérrima resistencia en el Valle de Panjshir, liderada por el autoproclamado presidente, Amrullah Saleh.
Escala la tensión entre talibanes y Estados Unidos a causa de la evacuación en el aeropuerto de Kabul
Aunque la administración Biden ha asumido un tono de apaciguamiento, las tensiones entre talibanes y americanos parecen escalar nuevamente a medida que se acaba el tiempo para concluir la retirada de tropas americanas de Afganistán que estaba pactada para el 31 de agosto según las negociaciones de Doha.
Un representante de los talibanes afirmó ante un equipo de Sky News que habría consecuencias si Estados Unidos no concluía su retirada para el 31 de agosto. La operación Allies Refugee se encuentra evacuando a los ciudadanos americanos y colaboradores afganos.
En palabras de Suhail Shaheen “el presidente Biden anunció que para el 31 de agosto retirarían todas las fuerzas militares. Así que, si ellos se extienden, significa que están extendiendo la ocupación y no hay razón para ello”.
Shaheen aclaró que habría “consecuencias” si “Estados Unidos y el Reino Unido requirieran tiempo adicional para continuar con las evacuaciones”. El tiempo corre mientras que en Afganistán todavía permanecen entre 10,000 a 15,000 americanos. Durante la última semana la OTAN ha evacuado más de 28,000 personas de Afganistán.
El presidente Joe Biden dijo que entre 50,000 a 65,000 afganos esperan para tener asistencia de evacuación mientras que el primer ministro Británico, Boris Johnson, le solicitará formalmente a Biden que extienda la fecha de retirada.
Mientras tanto el caos se apodera en la afueras del aeropuerto de Kabul donde la Inteligencia alemana reporta tres muertos en un tiroteo en la entrada norte del aeropuerto.
Mientras que aseguran amnistía general, los talibanes acarrean brutales persecuciones puerta a puerta
Aunque los talibanes han anunciado una amnistía general para todos los colaboradores, otros de sus representantes como Mohammad Khalid han afirmado que “la historia y los afganos no perdonarán a aquellos que entrenaron en Estados Unidos y en Europa y volvieron para matar a su propia gente”.
Aunque ha habido numerosas deserciones de las fuerzas de seguridad afganas al bando Talibán, los talibanes también han fusilado soldados que se han rendido como ocurrió el mes pasado con 22 comandos que se rindieron en la ciudad de Dawlat Abad.
Las búsquedas puerta a puerta de colaboradores afganos con Estados Unidos o miembros del difunto Gobierno se han vuelto frecuentes en las provincias controladas por los talibanes. En Baghdadi, los talibanes arrastraron al jefe de policía de la ciudad y lo fusilaron a sangre fría mientras graban un vídeo de su escabrosa muerte.
También se han denunciado persecuciones contra grupos étnicos minoritarios, como ocurrió en la provincia de Ghazni, entre el 4 al 6 de julio, donde los talibanes fusilaron a nueve hombres de la etnia hazara. Los talibanes aunque agrupan personas de otras etnias, su composición es predominantemente pastún.
Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica