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¿Debería ser Tesla el fabricante de autos más valioso del mundo?

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El día miércoles la fortuna del fundador de Pay Pal, y principal accionista, fundador, y CEO de la compañía de tecnología Tesla, Elon Musk, superó a la del fundador y gerente de Amazon, Jeff Bezos, ubicando a Musk en el prestigioso o infame puesto, (según quien lo vea), de ser el hombre más rico del mundo.

La fortuna de Elon Musk venció a la de Jeff Bezos cuando la acción de Tesla superó el precio de los $ 800, marcando un récord en la capitalización de mercado de la compañía, de la que Musk es el propietario del 21 %. En estos momentos Tesla es el fabricante de automóviles más valioso del mundo.

El crecimiento del precio de la acción de Tesla ha sido meteórico, aumentando un 731 % en el 2020, comportamiento sorprendente, considerando que es un fabricante de autos relativamente nuevo en el mercado, solo cuenta con cuatro modelos para ofrecer hasta el momento, y la compañía solo comenzó a dar utilidades el año pasado, mientras que durante el 2018 y 2019 dio pérdidas cercanas a $ 1,000 millones.

Sorprende entonces, que hoy la valoración de Tesla —a pesar de solo tener un cuarto de las ventas de sus competidores como GM, Ford y Toyota— supere el valor de los nueve principales fabricantes de autos combinados.

El crecimiento de la acción de Tesla ha llevado a Elon Musk, principal accionista y CEO de la compañía a ser el hombre más rico del mundo. (EFE)
¿Qué le ve el mercado a Tesla que la hace tan valiosa?

Muchos ven a Tesla como una compañía automotriz, que manufactura carros eléctricos, y aunque esto es cierto hasta un punto, Tesla es más que una simple compañía automotriz. Es una compañía de tecnología que tiene una línea de negocios que manufactura carros.

Pero no nos engañemos, en estos momentos la manufactura de vehículos es la línea de negocios que financia su operación y tiene que destacarse en el mercado de alguna forma. La estrategia que ha buscado Tesla es disminuir sustancialmente tanto los costos de manufactura, como los costos futuros al usuario, la clave: su simplicidad.

La diferencia entre Tesla y los fabricantes de autos tradicionales, es que ésta innova al ritmo de Amazon o Google, no al ritmo de la industria automotriz.

A pesar de sólo contar con 4 modelos en su portafolio Tesla ha superado la capitalización de mercado de los otro 9 fabricantes de autos juntos
A pesar de solo contar con 4 modelos en su portafolio Tesla ha superado la capitalización de mercado de los otro 9 fabricantes de autos juntos. (EFE)

Para comenzar, Tesla no solo vende un auto, vende un producto de software tal y como Apple vende un Iphone; es decir, la funcionalidad del auto depende de un software, que con una actualización de unas cuantas horas puede mejorar la experiencia del usuario. Un auto corriente permanece igual a lo largo de su existencia, y para mejorar su funcionalidad requiere una costosa visita al taller.

Aunque costoso, la compra de un Tesla a largo plazo resulta más barata si se tiene en cuenta el ahorro en repuestos, pues un Tesla tiene muchas menos partes, comenzando por su motor —menos de 20 partes con relación a las más de 2,000 de un motor corriente— ahorrando miles de dólares en repuestos de mofles, cambios de aceites y otras revisiones.

Tesla también ha simplificado considerablemente la adquisición de un automóvil, pues se puede comprar y customizar en Internet, programar la fecha y el lugar donde se recogerá el vehículo, ahorrando al cliente el proceso de ir a un concesionario y esperar días para recibir el carro.

Por lo demás, Tesla ha hecho una investigación intensiva en la búsqueda de nuevas baterías de litio, que permitan almacenar una mayor cantidad de energía eléctrica durante más tiempo. Esta tecnología se vuelve sumamente valiosa en una época donde la lucha contra el calentamiento climático se ha vuelto una prioridad de la política pública, favoreciendo a las empresas automotrices que prioricen la manufactura de autos eléctricos sobre los autos corrientes.

Solar Panels | Tesla
Tesla aparte del sector automotriz ha incursionado fuertemente en la fabricación de paneles solares y baterías de litio. (Tesla)

La búsqueda de baterías más eficientes no solo es una necesidad en el sector automotriz, sino en general en todo el sector energético con la intención de sustituir la dependencia de energías fósiles. Esta búsqueda hace de Tesla un jugador clave, que también está incursionando en la generación eléctrica volviéndose un proveedor mayor de paneles solares, con bastante experiencia en el desarrollo de baterías.

Además, con el nombramiento de Joe Biden como presidente, los fabricantes de autos eléctricos, así como las industrias de energías limpias esperan un posible estímulo del Gobierno federal como parte del Green New Deal, que Biden se ha comprometido a seguir en su campaña, haciendo que los inversores dirijan su atención a compañías precisamente como Tesla.

Finalmente, está el factor monetario, la Reserva Federal (FED) ha inyectado billones de dólares al mercado para estimular a una economía afectada por los cierres para contener la COVID-19. Buena parte de este dinero inyectado por la FED —a tasa de interés cero— ha sido captado por el mercado de valores e inversionistas que apuntan a una rápida recuperación de la economía, ven las compañías tecnológicas como sumamente valiosas. Tesla, naturalmente, ha sido parte de este auge de las tecnológicas.

El lado no tan brillante de Tesla

A pesar del rendimiento de Tesla, sus ganancias todavía son menores con relación al ingreso de las compañías automotrices internacionales, y algunos inversionistas piensan que la valorización de su acción responde más a la euforia del mercado por dinero fácil, que al momento económico en que se encuentra el mundo.

Entre estos inversionistas está Michael Burry, quien se anticipó a la burbuja hipotecaria de 2008, y que en la película “The Big Short” fue interpretado por el actor por Christian Bale. El film cuenta cómo un grupo de inversionistas se hicieron ricos anticipándose a la crisis.

Burry mencionó a Tesla como su mayor posición “en corto”. Una posición o venta en corto es una estrategia de inversión o negociación que especula sobre la disminución del precio de una acción u otros valores.

Richardson Wealth | MacBeth MacLeod Partners - Dr. Michael Burry predicts a  crash in passive investments
El Dr. Michael Burry hace parte del grupo de inversores que creen que el precio de la acción de Tesla está sobrevalorado. (Pinterest)

En una venta en corto, se abre una posición pidiendo prestado acciones de una compañía u otro activo, (en este caso Tesla), que el inversor cree que disminuirá su valor en una fecha futura establecida: la fecha de vencimiento. El inversionista luego vende estas acciones prestadas a compradores dispuestos a pagar el precio de mercado. Antes de que se devuelvan las acciones prestadas, el comerciante apuesta a que el precio continuará disminuyendo y puede comprarlas a un costo menor. El riesgo de pérdida en una venta corta es teóricamente ilimitado ya que el precio de cualquier activo puede subir al infinito.

Burry también es escéptico del comportamiento excesivamente optimista de los índices financieros en general impulsados por las llamadas compañías FAANG, (Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google/Alphabet), y cree que el mercado está haciendo una apuesta más que una inversión segura.

¿Es Tesla una gran compañía innovadora, o una bomba de tiempo? Es difícil saberlo, por un lado es cierto que es una empresa innovadora y con tecnología de punta, por el otro, todavía está incursionando en un sector relativamente nuevo y cuyos alcances pueden estar siendo sobreestimados por el mercado. Solo el tiempo dirá.

Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica

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