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Texas es ahora un estado de “portación abierta” de armas

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Por Hannah Cox

A partir del 1 de septiembre, ya no hay que pagarle al gobierno para llevar un arma en Texas.

La mayoría de la gente piensa que Texas es el Salvaje Oeste y puede sorprenderse de que esto haya sido alguna vez así en el estado de la Estrella Solitaria. Sin embargo, Texas exigía antes una licencia para llevar un arma, una restricción de los derechos de los ciudadanos que todavía se encuentra en otros 31 estados. En la mayoría de los casos, eso significa que los ciudadanos pueden tener armas en sus casas o carros, pero para llevarlas encima deben completar una clase y luego pagarle al gobierno una cuota recurrente para obtener su permiso. Esto puede costar cientos de dólares.

Para hacer frente a esta situación, los legisladores del estado de Texas aprobaron un proyecto de ley de “portación constitucional” durante su última sesión y el gobernador Gregg Abbott lo convirtió en ley en junio. El proyecto de ley no cambia realmente los requisitos para comprar o poseer un arma. El estado sigue impidiendo la posesión de armas a los menores de 21 años, así como a muchas personas con antecedentes penales. Y aquellos que deseen comprar un arma deben, por supuesto, pasar también por un control de antecedentes.

La portación constitucional sólo significa que los ciudadanos ya no tienen que pagarle al gobierno, o pasar por algún filtro, para ejercer legalmente su derecho a portar armas.

Pero sea como sea, esto no ha impedido que muchos progresistas, instructores de armas de fuego (que se benefician enormemente de los mandatos de licencia) y la policía se lamenten de la nueva ley, y todos ellos están dedicando un tiempo considerable a advertirle al público de que esto conducirá a un aumento de la delincuencia y la violencia con armas de fuego.

“Las nuevas leyes de armas en Texas seguramente conducirán a más violencia con armas”, decía un titular del San Antonio Report.

“La nueva ley de Texas que le permite a la gente llevar armas de mano sin permiso suscita una mezcla de miedo y preocupación entre las fuerzas del orden”, decía el Texas Tribune.

Y Moms Demand Action, un grupo progresista antiarmas, se ofrece a ayudar a las empresas a bloquear a los consumidores que lleven armas.

Sinceramente, estos temas están agotados y no resisten la realidad.

En primer lugar, siempre ha sido antitético al espíritu de la Constitución exigir una licencia para ejercer un derecho claramente definido en la Segunda Enmienda de la Carta de Derechos. Para ningún otro derecho exigimos que los ciudadanos pasen por filtros o que paguen al gobierno para utilizarlo. Imagínese si se aplicaran requisitos similares para la libertad de expresión o la libertad de religión. Sería una gran injusticia, al igual que los permisos de armas.

Además, hacer que la gente pague por tomar una clase y luego pague para obtener una licencia del gobierno no hace más que bloquearle a los pobres el ejercicio de sus derechos. Algunos de estos requisitos se establecieron para bloquear intencionalmente el acceso de las personas de color a las armas en el pasado, leyes que siguen repercutiendo hoy en día, por lo que estas medidas son aún más injustas.

No hay nada en los pagos al gobierno que haga que una persona sea menos o más propensa a ser violenta. De hecho, aquellos que tienen la intención de cometer actos violentos ya tienen la intención de infringir la ley, y no se molestarán con un proceso de permisos en primer lugar. Los argumentos en contra están totalmente alejados de la razón, de la naturaleza del crimen y de todo lo que sabemos sobre la violencia.

Por último, y sin entrar demasiado en la maleza, es importante señalar que la forma en que la gran mayoría de la violencia y las muertes por armas de fuego son rastreadas y reportadas es… profundamente problemática, por decir lo menos, si no francamente falsa.

Los tiroteos masivos incluyen cualquier incidente en el que cuatro o más personas son asesinadas en un área general. Esto significa que incluso cuando el tirador es conocido por las víctimas, están en su propia casa, o un crimen está relacionado con las pandillas, todos se agrupan en esta categoría arbitraria que hace que la violencia con armas de fuego por parte de extraños parezca más frecuente de lo que es. Los suicidios se agrupan con los homicidios, lo que también lleva al público a pensar que hay más delitos con armas de fuego de los que hay. Y el número de veces al año que las armas salvan vidas suele pasarse por alto. Para que conste, las estimaciones muestran que al menos 162,000 vidas se salvan gracias a la posesión de armas al año y que se evitan millones de delitos.

Además, tenemos datos sólidos que demuestran que la posesión de armas está relacionada con menos violencia, no con más. Las estadísticas del Departamento de Justicia de Estados Unidos muestran que “los homicidios relacionados con armas de fuego en Estados Unidos se redujeron en un 39 % en el transcurso de 18 años, de 18,253 —en 1993— a 11,101 —en 2011—. Durante el mismo período, los delitos no mortales con armas de fuego disminuyeron aún más, un enorme 69 por ciento.” Durante ese mismo periodo de tiempo, la posesión de armas aumentó significativamente, incluso batiendo récords en 2012.

Por otro lado, seguimos viendo que los estados con las leyes de armas más estrictas lideran la nación en crímenes y homicidios reales con armas de fuego. California e Illinois, que prácticamente impiden a los residentes poseer armas, lideran el país en tiroteos masivos. Y Nueva York, que tiene leyes similares en la ciudad, experimentó recientemente un aumento del 166 % en la violencia con armas de fuego durante la pandemia.

La ley de Texas no significa necesariamente que más personas vayan a portar armas; sólo significa que no tienen que pagarle al gobierno antes de hacerlo. Pero si la nueva ley hace que más personas ejerzan sus derechos, sería una historia positiva en cualquier caso.

Foundation for Economic Education (FEE)

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