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Para Biden no hay enmienda absoluta, no hay constitución absoluta: lo único absoluto es la revolución que encabeza.
Recientemente, Biden anunció nuevos controles de armas. Decretó nuevas regulaciones contra la Segunda Enmienda y propuso otras, como la prohibición de rifles de asalto.
También apoyó la eliminación de la “inmunidad legal” de los fabricantes de armas y la priorizó como su legislación más importante.
El presidente dijo que «la violencia armada en este país es una epidemia». En realidad, las bandas criminales, los gánsteres y el hampa lo son. Pero no… decir eso sería racista de nuestra parte.
El crimen organizado internacional como el MS-13, los cárteles mexicanos que controlan la frontera, esos no son una epidemia. ¡Las armas sí! Excelente lógica.
Biden también dijo que la, entre comillas, “violencia armada” es una vergüenza internacional para Estados Unidos.
¿En serio? ¿Eso es una vergüenza y no que China le esté escupiendo la cara a la diplomacia americana? ¿La “violencia armada”, que es un concepto artístico de los globalistas, y no que estén pagándole mutilación genital a sus propios soldados?
Lo que es una vergüenza es cómo mienten al público americano. El control de armas no lo están imponiendo porque quieren proteger al pueblo; lo quieren imponer para que no se puedan defender de los políticos y del crimen organizado que estos fomentan.
Quitarle el derecho a los ciudadanos de poseer y portar armas es quitarles el derecho de defender su vida, su familia y su nación.
Lo que define a una nación, realmente, es su capacidad de defenderse. Eso es soberanía. Y Biden, al querer quitarle las armas a los americanos, busca destruir la soberanía americana.
No solo eso, sino que miente en medio del camino. Las armas no son culpables de la violencia que está creciendo en las mayores ciudades de Estados Unidos, son los criminales.
Estos criminales son perseguidos por los mismos policías que Black Lives Matter (BLM) quiere dejar sin fondos y abolir.
El año pasado, durante las revueltas de BLM, un matrimonio defendió su casa con armas. Ninguna de las hordas de manifestantes tocó un solo pelo de la pareja ni tumbó un solo ladrillo de su casa. Pregúntese por qué.
Pero ¿por qué quieren quitarle las armas a los ciudadanos y no a los criminales? esa violencia es ejercida solamente por los hombres malos.
Los padres de familia no van disparándole a la gente como dementes. No. Es el criminal el que mata, quien roba, que es miembro de una pandilla, el que comete el crimen.
Repito: quieren quitarle las armas a la gente porque así los americanos no podrán defenderse de la oligarquía que está ocupando la Casa Blanca.
Como venezolano puedo confirmarlo: sin armas, el totalitarismo te pateará la cara a ti y a tus hijos y no podrás hacer nada al respecto.
Para los globalistas, el derecho a la legítima defensa no es absoluto, porque el orden no es absoluto, porque la soberanía no es absoluta. Para ellos, la nación no es un absoluto, de hecho, es un obstáculo que hay que eliminar, una mancha que hay que quitar. La única forma de quitar ese obstáculo es desarmando a todos los que piensen lo contrario.
Sin armas, su vida, su familia y su país son presas de oligarquías como la instalada en Washington. En el caso del Imperio Globalista Americano, las armas con las que las familias se defienden están prohibidas, pero las armas con las que bombardean países del Medio Oriente son medallas de honor.
Defenderse de criminales, oligarcas y dictadores es crimen, pero crear guerras eternas es democracia.
“¿Proteger su casa? ¡No! ¿Bombardear casas sirias? ¡Sí!”
Esa lógica es demasiado peligrosa. Biden encabeza una de las revoluciones más terribles en la historia contemporánea porque lo hace con el menor conflicto posible.
Podemos decir que se ha establecido una anarcotiranía, como la llamó Sam Francis, en donde los autócratas persiguen a los ciudadanos y dejan libres a los criminales.
Quitarle las armas a la población es declarar una persecución política contra todo el país. Las peores revoluciones han hecho exactamente eso, pero en Estados Unidos quieren arrebatarles las armas a los ciudadanos mientras su ejército woke monopoliza el poder de fuego, los criminales matan más inocentes y China educa a los niños americanos.
Otro día en la Woke America.
Rafael Valera, Venezuelan, student of Political Science, political exile in São Paulo, Brazil since 2017 // Rafael Valera, venezolano, es estudiante de Ciencias Políticas y exiliado político en São Paulo, Brasil desde 2017