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United Airlines y la peligrosa destrucción de la meritocracia

United Airlines, El American

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United Airlines es tendencia en Twitter porque, en línea con la moda de ser “incluyentes”, ha anunciado que el 50 % de los pilotos que capacitarán en la próxima década serán mujeres o personas de color.

¿Creen en United que ser negro o mujer es una habilidad para desarrollar un trabajo en el que te haces responsable de la vida de miles pasajeros? 

Todo está mal en el anuncio de la aerolínea. Los requisitos para decidir quién entra a un trabajo deberían estar asociados a sus méritos, habilidades y actitud para desempeñar, de manera eficiente y adecuada el cargo, de ninguna manera las condiciones o el proceso de selección para un puesto de aviador debería tener que ver con la raza o el sexo. 

La obsesión por el 50 % ya pasó lo ridículo y se convirtió en un verdadero problema que pone en riesgo la vida de millones de personas ¿Qué sigue ahora? ¿Los médicos también van a ser elegidos según su color de piel o su sexo? 

Así como el enfermo quiere y necesita un buen médico, sin importar su color de piel o su sexo, el pasajero de un avión quiere un buen piloto. No importa si es blanco o negro, tampoco si es mujer u hombre, solo quiere alguien habilidoso que le ofrezca la mayor seguridad posible.

Una sociedad que prioriza ciertas características como el color de piel, en lugar de capacidades específicas para ejercer un cargo o desarrollar un trabajo, es una sociedad destinada a fracasar. 

Imagine un empresario que siente compasión por cierta raza que cree ha sido injustamente discriminada, ahora imagine que el empresario debe contratar al gerente de su compañía y tiene dos opciones: una persona de la raza por la que siente compasión y otra persona que es blanca, ¿cuál sería la elección correcta si lo que se quiere es el bienestar de la empresa?

Sin lugar a dudas, lo correcto es escoger al que sea más habilidoso y tenga mejores destrezas y capacidades para el puesto, no importa su raza. Muy mal haría el empresario si por compasión entregara su compañía al menos capaz. Correría el riesgo de que su empresa quiebre.

Ahora amplifique este ejemplo a todo un país. Imagine que en toda una nación se le imponga a las empresas tener una cuota o un determinado porcentaje de empleados de cierta raza y sexo. En muchos casos sucederá que se le quite el puesto a alguien que es realmente bueno, para dárselo a otro solo por ser negro o mujer. La desembocadura lógica de privilegiar el sexo o raza por encima del mérito es el desastre. Una sociedad no va a funcionar bien si se le asegura un puesto a alguien solo por tener vagina o ser negro.

Solo se puede tener una prioridad. Puedes organizar de mayor a menor capacidad o puedes organizar según tu prioridad de raza o sexo. Si el 50 % de tu elección se hace con base a la raza y el sexo, entonces le estarás quitando puestos a personas capaces que no cumplen con esas características físicas. United Airlines debe decidirse ¿quiere pilotos que luzcan de cierta manera o quiere los pilotos más habilidosos?

Del lado de quienes defienden la ocurrencia de United afirman que no se trata de bajar estándares sino de permitir el acceso a mujeres y negros que no pueden costear la capacitación. Falso. En cuanto se condicione la elección del 50 % del personal a un sexo y una raza se está poniendo en segundo lugar las habilidades. 

Si de lo que se trata es de dar ayudar a mujeres y negros que no puedan pagar el entrenamiento pero que necesariamente tengan las habilidades y entren en el grupo de los mejores aplicantes, entonces, no habría que poner una cuota, solo hacer un proceso de selección meritocrático y a aquellas mujeres o negros que pasen por sus habilidades pero que no tengan dinero para pagar, se les ofrece ayuda. 

Eso sería discriminar, se estaría privilegiando a un negro por sobre un blanco para dar una ayuda económica, pero es una elección de la empresa que no bajaría los estándares de calidad del personal, porque siempre se tuvo como prioridad la habilidad. Siendo así no habría cuota y el resultado final podría ser mujeres y negros en una cantidad menor -o incluso superior- al 50 %, algo que, en efecto, no debería importar porque convenimos en que queremos los mejores sin importar cómo luzcan.

Si United quiere ayudar a un grupo específico, está en su derecho de hacerlo, pero no es inteligente, ni ético, ni responsable, que decida dejar en segundo lugar las habilidades, para cumplir, como sea, con una cuota del 50 % de mujeres o negros.

Vanessa Vallejo. Co-editor-in-chief of El American. Economist. Podcaster. Political and economic analysis of America. Colombian exile in the United States // Vanessa Vallejo. Co-editora en jefe de El American. Economista. Podcaster. Análisis político y económico de América. Colombiana exiliada en EE. UU.

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