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¿Usará Putin armas nucleares para evitar una derrota en Ucrania?

Suiza congela con efecto inmediato los activos de Putin y principales miembros de su gobierno

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La doctrina militar rusa sobre armas nucleares incluye dos conceptos que occidente no está considerando adecuadamente. La doctrina de “escalar para des-escalar” amenazando con emplear  armas nucleares al iniciar un conflicto convencional, también incluye su empleo táctico en el desarrollo del conflicto. La doctrina del ataque nuclear inicial ante lo que el Putin considere un “riesgo existencial” no se limita al riesgo de ataque nuclear enemigo, sino a cualquier evento que Moscú estime que ponga en riesgo su sistema de gobierno o su control territorial sobre espacios estratégicos.

Por eso Putin al iniciar la invasión amenazó a Occidente con “consecuencias peores que cualesquiera vistas en su historia” si intervenía en apoyo de Kiev. El 27 de febrero puso sus fuerzas nucleares en alerta máxima, desplegó submarinos con misiles balísticos y lanzamisiles móviles terrestres y el 4 de mayo, el Ministerio de Defensa ruso anunció lanzamientos electrónicos en Kaliningrado de un sistema balístico móvil con capacidad nuclear.

Recordemos que ya no hay medios opositores o independientes en Rusia. Con eso en mente veamos que el 28 de abril Aleksey Zhuravlyov, presidente de un partido de la coalición de Putin, llamaba en una televisora rusa a bombardear Gran Bretaña con el mayor misil nuclear ruso.

Dimitry Kiselyov, un periodista televisivo considerado “vocero” extraoficial del propio Putin, el 1º de mayo amenazaba al primer ministro británico con que Rusia podría atacar Gran Bretaña mediante un dron submarino Poseidón con una ojiva nuclear de 100 megatones. La explosión, amenazó Kiselyov, crearía un gigantesco tsunami que arrasaría Gran Bretaña transformando lo que quede en un desierto radiactivo.

Rusia, Putin
Russian President Vladimir Putin attends a plenary session during the REW 2021 Russian Energy Week international forum at the Manege Central Exhibition Hall in Moscow, Russia, 13 October 2021. The forum takes place from 13 to 14 October. (Rusia, Moscú) EFE/EPA/SERGEI ILNITSKY / POOL

Las amenazas nucleares del Kremlin buscan “coaccionar al enemigo a retirarse y no luchar” y pese a las sanciones y las armas enviadas a Ucrania, las marchas y contramarchas en sanciones a Moscú y envíos de aviones de combate a Kiev le indicaron a Moscú que sus amenazas funcionaron. El problema del Kremlin es que su ejército no logró una rápida y decisiva victoria en Ucrania. La ambiciosa reforma militar que inició en 2009 el ministro Serdyukov, tras los desastres de las dos guerras chechenas y la guerra en Georgia, se empantanaron en la corrupción. Las deficiencias militares quedaron nuevamente a la vista en Ucrania.

La primera guerra de Chechenia se peleó entre 1994 a 1996 bajo la presidencia de Yeltsin. Los rusos intentaron ocupar rápidamente las principales ciudades y colapsar a los islamistas chechenos, pero chocaron con una feroz resistencia y tras grandes pérdidas se retiraron. La segunda guerra de Chechenia se peleó entre 1999 y 2009. Con Putin Moscú recurrió al bombardeo masivo de artillería e impuso finalmente un gobierno satélite. Putin también invadió Georgia en 2008 y el ejército ruso sufrió otro caos logístico que elevó exponencialmente el costo material y humano de arrancar a Georgia Osetia del Sur y Abjasia. Pero el Kremlin asumió que la administración Obama le había dado “luz verde” para intervenir en antiguas áreas de influencia de la URSS.

Tras esos desastres el ministro de Defensa, Anatoly Serdyukov lanzó una ambiciosa reforma militar  que redujo la nueva fuerza terrestre a 89 brigadas de acción autónoma presuntamente listas para desplegarse en una hora. El programa de modernización asociado habría costado alrededor de 600 mil millones de dólares. La modernización fracasó y las deficiencias del nuevo ejército quedaron expuestas en Siria y Ucrania.

Hasta ahora la combinación de ineficiencia y brutalidad de las campañas de Chechenia, Georgia y Siria se está repitiendo en la segunda fase de la invasión a Ucrania. El Kremlin busca a cualquier costo una “victoria” que le permita salir del atolladero y las fuerzas rusas están sufriendo un desgaste importante de tropas, equipos e incluso oficiales superiores caídos. Pero Moscú escalará la guerra mediante la superioridad numérica, estrategias de limpieza étnica y tácticas de brutal terror para alcanzar cualquier cosa que Putin pueda reclamar como una victoria. En esa apuesta una escalada hacia el empleo de armamento nuclear no puede descartarse, porque para la ideología prevaleciente en el Kremlin una derrota completa en Ucrania implicaría un verdadero “riesgo existencial”.

Guillermo Rodríguez is a professor of Political Economy in the extension area of the Faculty of Economic and Administrative Sciences at Universidad Monteávila, in Caracas. A researcher at the Juan de Mariana Center and author of several books // Guillermo es profesor de Economía Política en el área de extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Monteávila, en Caracas, investigador en el Centro Juan de Mariana y autor de varios libros

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