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Lo que se vaticina tras la crisis migratoria entre España y Marruecos

España y Marruecos, El American

La tensión entre España y Marruecos volvió a escalar a niveles alarmantes, después de que la pasada semana más de 10,000 inmigrantes irregulares, entre ellos 1,500 menores, entraran a la ciudad autónoma española de Ceuta a través de distintos puntos del perímetro fronterizo. Una cifra récord que no tiene precedentes en la historia de la frontera sur de la Unión Europea.

Según la versión de la prensa española, las autoridades marroquíes habrían relajado los controles de vigilancia sobre los flujos de inmigrantes ilegales que quieren llegar a España, lo que supuso un desplazamiento masivo de irregulares hacia este país.

Pero para la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, hay actos que tienen consecuencias, “y se tienen que asumir”, en clara insinuación a la reciente decisión de España de prestar atención médica al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, el enemigo número uno del régimen marroquí, quien se encuentra ingresado en un hospital español de Logroño. Un gesto que ha disgustado al rey Mohamed VI.

A partir de estas declaraciones, el éxodo masivo y descontrolado ha comenzado a tener serias implicaciones políticas de fondo, interpretado por algunos analistas como forma de castigo diplomático por parte del régimen marroquí a España.

España y Marruecos, El American
“La tensión entre España y Marruecos volvió a escalar a niveles alarmantes, después de que la pasada semana más de 10,000 inmigrantes irregulares, entre ellos 1,500 menores, entraran a la ciudad autónoma española de Ceuta a través de distintos puntos del perímetro fronterizo”. (EFE)

¿Cómo se llegó a este punto en un desacuerdo internacional que acumula más de 45 años y que se debe poner en perspectiva?

Las irresponsabilidades históricas contraídas por España en el origen del proceso de descolonización del Sáhara Occidental, la demora por parte de la ONU en hacer realidad sus promesas sobre un referendo de autodeterminación, las ambiciones territoriales y nacionalistas de Marruecos y su lectura sesgada de la sentencia del Tribunal de la Haya de 1975 para negarse a cualquier resolución que incluya una opción para la independencia del territorio, las posiciones ambiguas del Frente Polisario —movimiento cautivo entre sectores de la izquierda internacional y los intereses políticos de Mauritania y Argelia— han complicado el avance de un proceso de paz.

Pero estos no son los únicos inconvenientes. 

La existencia de un poderoso cabildeo promarroquí en Estados Unidos —Trump reconoció en 2020 la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental y Biden no tiene planes de revertir la posición tomada por Estados Unidos— sumado a un Ejecutivo español débil y comprometido con los aliados comunistas en su gabinete, contribuyen a enrarecer las relaciones de España con sus vecinos del Magreb y a generar más inestabilidad e inseguridad a la región norteafricana.

El precio de las concesiones

¿Hasta qué punto las ambiguas posiciones del Gobierno español convierten la política interna, en rehén del aplazado problema del Sáhara, manipulado por Rabat?

La primera concesión en épocas recientes que España hizo a Marruecos se remonta a 2001. Entonces, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, en su condición de jefe de la oposición, se reunió con Mohamed VI desoyendo las advertencias del Gobierno del Partido Popular, en medio de una compleja crisis diplomática con Rabat.

Zapatero se prestó para fotografiarse con el rey alauita en el Palacio Real, delante de un mapa en el que el Sáhara Occidental aparecía como parte del reino. La noticia apareció al día siguiente en la mayoría de las portadas de los diarios en el mundo.

España y Marruecos, El American
Toledo, 16 dic 01.- El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero (izda), es saludado por simpatizantes a su llegada a la tradicional comida de Navidad que celebran los socialistas toledanos, antes de emprender esta tarde viaje a Marruecos, donde será recibido por el Rey Mohamed VI y el primer ministro de ese país. (EFE)

En 2004, Zapatero llegó al palacio de la Moncloa, y Marruecos sabía que a partir de entonces el presidente socialista iba a asumir con desvergüenza —como también lo hiciera años después con el régimen dictatorial de Nicolás Maduro— la función de testaferro en Europa de la tiranía marroquí.

Como la hemeroteca no perdona, en septiembre de 2010, Zapatero cumplió una vez más su papel de cómplice. En la sede de las Naciones Unidas, el expresidente estrechó las manos de Mohamed VI después de que las fuerzas de seguridad marroquíes lanzaran en el campamento de Agdamyn Izik (en las afueras del Aaiún), una escalada represiva que dejó el lamentable saldo de varios muertos, desaparecidos y cientos de detenidos.

Aunque resulte difícil entrever los propósitos exactos del rey Mohamed VI en esta violenta disputa, la crisis de Ceuta deja muchas interrogantes sin resolver, sobre todo por la falta de previsión y pasividad del Gobierno de Sánchez.

Tal vez lo que hemos visto hasta ahora sea la punta de iceberg de una futura confrontación diplomática más seria, entre Marruecos y España. Según todos los pronósticos, el monarca marroquí mueve sus piezas para generar otra escalada en la que empleará nuevas armas diplomáticas y tácticas, mientras que el panorama social y político dentro de España y Marruecos, así como el equilibrio de poder en la región, han cambiado.

Seguramente, nos encontremos ahora en la fase de enfriamiento momentáneo. El monarca alauita está estudiando los puntos fronterizos para elegir otra coyuntura favorable a sus fines medioplacistas.

¿Qué réditos sacará Mohamed VI con una nueva crisis migratoria? 

España y Marruecos, El American
“Zapatero se prestó para fotografiarse con el rey alauita en el Palacio Real, delante de un mapa en el que el Sáhara Occidental aparecía como parte del reino. La noticia apareció al día siguiente en la mayoría de las portadas de los diarios en el mundo”. (Wikipedia)

El dictador maneja una lógica perversa con varios objetivos. Uno de ellos es condicionar a Sánchez —vía sus socios de gobierno— para que no apoyen moral ni materialmente a la disidencia política, ni a los polisarios, y para exigir a la Unión Europea —de eso se encargaran los eurodiputados socialistas— que otras naciones democráticas sean genuflexas a la hora de condenar las violaciones de los derechos fundamentales durante la represión a los opositores.

¿Cuándo tendrá lugar el próximo escenario de negociación? Seguramente, cuando España tenga que enfrentarse a otro chantaje migratorio como el que han tenido que soportar recientemente Canarias y Ceuta.

Pero no creo que la próxima vez Mohamed VI se contente con poco. En función del nivel de sumisión del Ejecutivo de Sánchez y de su proactividad para solucionar el fondo del problema, el déspota marroquí tratará de forzar nuevas concesiones a sus presionados interlocutores. 

Rabat está receloso con el peso político de Podemos y los separatistas en la coalición de gobierno. Sus líderes apoyan abiertamente al Frente Polisario y son partidarios de la resolución de la ONU de 1995 en la que el Consejo de Seguridad “reitera su empeño en que se celebre, sin más demora, un referéndum libre, limpio e imparcial para la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental”.

Defensa de los intereses nacionales

La primera prueba de que nadie en el PSOE, y menos aún Pedro Sánchez, haya dado públicamente la cara admitiendo debilidades en el manejo del conflicto con Marruecos ha sido un comunicado emitido este domingo por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos en el que se advierte que el “fondo de la crisis es una cuestión de segundas intenciones hostiles de España con respecto al Sáhara”, considerada “una causa sagrada de todo el pueblo marroquí”. 

El duro comunicado también señala que “el Reino de Marruecos deplora la actitud de España” por acoger en su territorio a Brahim Ghali, “líder de las milicias separatistas del “polisario”, procesado por graves crímenes de guerra y graves violaciones de los derechos humanos”. 

Dicho y hecho. La noche de este martes, el líder del Frente Polisario y presidente de la RASD, Ghali ha abandonado España en un vuelo rumbo a Argelia, tras haber recibido el alta en un hospital en Logroño donde se encontraba internado. 

España y Marruecos, El American
El presidente argelino, Abdelmayid Tebune (i), y el jefe del Ejército argelino, el general Said Chengriha (c), visitan al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali (d), en un hospital militar de Argel. El líder del Frente Polisario, Brahim Ghali retornó anoche “sano y salvo”, según fuentes del movimiento, para proseguir su recuperación de su enfermedad en Argelia, país que se mantiene en silencio y considera la crisis un asunto bilateral entre España y Marruecos. (EFE)

El Gobierno español pudo haber hecho una desautorización firme de la ofensiva de Marruecos contra el líder del Polisario, pero no se atrevió a hacerlo. Una vez más, Sánchez no solo ha ofrecido una imagen endeble y titubeante para defender la causa de este movimiento independista que aspira a la liberación de su territorio, sino que se ha convertido en cómplice de la estrategia de Mohamed VI para criminalizar a España.

En este contexto y aprovechando su luna de miel con Biden, Marruecos buscará certificar la soberanía sobre el Sáhara, el reforzamiento de su supremacía militar en la zona y un “solapamiento de aguas con las Islas Canarias y la reclamación mutua de una ampliación de la plataforma continental hasta las 350 millas náuticas”, lo que supondría una nueva delimitación de su Zona Económica Exclusiva (ZEE), según recoge un reciente informe del Instituto de Seguridad y Cultura.

Es evidente que el Ejecutivo de Sánchez se encuentra a merced de encrucijadas políticas y diplomáticas que ya no controla.

¿Caerá Sánchez en la siguiente gran trampa que le prepara Marruecos, siguiendo el ejemplo de su nefasto consejero Zapatero? Todo parece indicar que sí, teniendo en cuenta la estrategia seguida en los últimos años por la izquierda española de dejar impune todo tipo de agresiones y declaraciones marroquíes, a cambio de “salvaguardar” las buenas relaciones.

Si esto sucediese, España —y por ende la Unión Europea— será sometida a un chantaje migratorio sin precedente desde Rabat. Y lo peor es que el Gobierno americano lo va a respaldar con firmeza. 

Si la política migratoria del Gobierno socialista es errática e inconsistente, la de la Unión Europea brilla por su ausencia. La supresión de las fronteras interiores entre los principales países de la Unión Europea tiene como compensación una mayor exigencia de control del perímetro exterior, cometido en el que España debería asumir una enorme responsabilidad.

El flujo migratorio entre una región como el Magreb —dominado por la violencia, las epidemias, la corrupción y las guerras— y una acomodada Europa —inmersa también en un debate interno sobre el compromiso con la solidaridad obligatoria y la urgencia de cerrar sus fronteras— parece inevitable. Pero no lo es el hecho de que ese fenómeno haya de producirse a fuerza de chantajes y de posiciones de fuerzas, instrumentos impropios de naciones democráticas.

La peligrosa escalada de tensión en los últimos días en la frontera sur coloca de nuevo en primer plano un importante escenario de discrepancias ante el que Bruselas —pero sobre todo España— tendrán que adoptar todas las medidas de reprobación necesarias.

Desmantelar la estrategia de Marruecos, desde la firmeza en la defensa de los intereses nacionales, y sobre la base del entendimiento, el diálogo y el respeto, debería ser el gran objetivo de España. No hacerlo es sembrar inseguridad y, al final, aceptar la hegemonía del autoritarismo sobre la libertad.

Juan Carlos Sánchez, journalist and writer. His columns are published in different newspapers in Spain and the United States. He is the author of several books and is preparing the essay "Nación y libertad en el pensamiento económico del Conde Pozos Dulces" // Juan Carlos es periodista y escritor. Sus columnas se publican en diferentes diarios de España y EE.UU. Autor de varios libros, tiene en preparación la obra de ensayo “Nación y libertad en el pensamiento económico del Conde Pozos Dulces”

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