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Venta de armas iraníes a Moscú también beneficia a Teherán

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Por Peter Brookes*

Informes de prensa sugieren que Irán —además de suministrar ya drones armados a Rusia— está en proceso de transferir misiles balísticos de corto alcance, como sus sistemas Fateh y Zolfaghar, para apoyar la injusta guerra de Moscú en Ucrania.

Si es cierto, es muy preocupante.

La transferencia de misiles balísticos iraníes al Kremlin permitiría a Rusia proseguir su agresión injustificada contra Ucrania y contribuiría a los ataques de Moscú contra objetivos civiles y de infraestructuras críticas a medida que avanza el crudo invierno euroasiático.

Igual de preocupante es el hecho de que la venta de armas iraníes al contingente bélico ruso también puede reportar importantes beneficios a Teherán, que, con su implicación en Ucrania, está extendiendo su influencia más allá de sus tradicionales actividades conflictivas en Oriente Próximo.

Por ejemplo, el apoyo de Teherán a Rusia en momentos de necesidad estrechará los lazos bilaterales con Moscú. Sin duda, Rusia mirará con buenos ojos a Irán en las (estancadas) negociaciones del acuerdo nuclear iraní, en las Naciones Unidas y en el mercado mundial del petróleo.

También hay motivos para temer que Moscú ayude a Irán en una serie de programas de investigación y desarrollo militar que contribuirán a mejorar las capacidades del ejército de Teherán y del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní.

Por supuesto, es casi seguro que Irán obtendrá información operativa sobre el rendimiento de sus drones armados y, eventualmente, de sus misiles balísticos en la guerra. Al parecer, se han desplegado asesores iraníes en Rusia y Crimea para entrenar a las tropas rusas en operaciones con drones.

Esos valiosos conocimientos permitirán potencialmente a Teherán mejorar la eficacia de sus armas, no solo para su propio uso, sino para el de sus aliados y apoderados armados contra sus enemigos individuales y mutuos, incluidos Estados Unidos e Israel.

Si las armas iraníes funcionan bien en manos rusas, también podría aumentar el interés por las ventas internacionales de armas de Teherán e incrementar la cooperación en I+D militar, incluso de y con países como Corea del Norte.  

Aunque no se conocen bien los detalles de las transferencias de misiles iraníes a Rusia, cabe esperar que haya al menos algún movimiento de divisas fuertes de Moscú a Teherán, con lo que se rellenan las menguantes arcas del régimen represivo.

No cabe duda de que esos ingresos servirán para apoyar la represión interna del régimen contra la disidencia, su aventurerismo internacional (por ejemplo, en Yemen y Siria), sus aliados terroristas (por ejemplo, Hezbolá y Hamás), sus apoderados armados (por ejemplo, Irak) y su incipiente programa (armamentístico) nuclear.

Debido a su mediocre actuación militar hasta la fecha y a la increíble valentía y resistencia de Ucrania, la guerra de Rusia contra Ucrania necesita un “impulso”, posiblemente en forma de misiles balísticos iraníes de corto alcance.

Esas transferencias de misiles iraníes, en caso de producirse, servirían para aumentar la violencia y el derramamiento de sangre en Ucrania y, por desgracia, también favorecerían los inquietantes intereses nacionales antioccidentales de Irán.


*Peter Brookes es investigador principal del Centro para la Defensa Nacional.

Este artículo forma parte de un acuerdo entre El American y The Heritage Foundation.

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