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Popularidad de vicepresidente de Colombia en prensa internacional expone racismo encubierto

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CUANDO Gustavo Petro ganó la Presidencia de Colombia la mayoría de los medios internacionales se enfocaron en su compañera de fórmula, Francia Márquez. Era notable: para el mundo la estrella no era el presidente, sino la vicepresidente. ¿Qué cautivó a la prensa? Lo evidente y demasiado superficial: su color de piel y género.

Por ejemplo, la BBC publicó un artículo titulado Quién es Francia Márquez y por qué es un hito en la historia de Colombia, en el que escribe que “por primera vez una mujer afrocolombiana ocupará el cargo de vicepresidenta de Colombia”.

“La llegada de Márquez, feminista y activista medioambiental, encarga la lucha colectiva por la igualdad étnica y de género en un país que ha estado gobernado históricamente por hombres blancos de élite y urbanos”, se lee en la BBC.

Justo después de triunfar, The New York Times decía esto de Márquez: “Por primera vez en la historia de Colombia una mujer negra está cerca de la cima del Poder Ejecutivo”.

“El ascenso de la señora Márquez es significativo, no solo porque es negra en una nación donde los afrocolombianos están regularmente sometidos al racismo y deben enfrentarse a barreras estructurales, sino porque procede de la pobreza en un país en el que la clase económica suele definir el lugar de una persona en la sociedad”, escribió Julie Turkewitz del NYT.

“Francia Márquez: de trabajadora doméstica a ser la primera vicepresidente negra de Colombia”, titulaba France24. “La primera vicepresidente negra de Colombia aporta un enfoque ecológico”, decía Bloomberg. NBC también destacaba su color de piel en el titular y el Washington Post le hizo un reportaje al diseñador que vistió “a la primera vicepresidente mujer negra de Colombia”. Igual Axios.

Uno tras otro se limitó a hablar del tremendo mérito que implicaba que una mujer negra llegara a la vicepresidencia de un país latinoamericano. A eso se redujeron los reportes. A hablar de una activista negra, que fue pobre y llegó a trabajar como empleada doméstica, que “triunfaba”.

Paradójicamente, este reconocimiento de Francia Márquez esconde un racismo innato a los social justice warriors que vagan por estos medios. Es el mismo desprecio a la mujer que exponen quienes dicen que ellas merecen un puesto, un privilegio o una cuota únicamente por su género.

A Márquez la elogian por su color de piel y por lo que tiene entre las piernas, como si fuera mérito suficiente para asumir el cargo. Por su insistencia en ser activistas, los medios olvidan que se debe de celebrar a quien triunfa por méritos. Si hubieran hecho su trabajo, quizá destacarían algunos de los logros de Márquez o, en cambio, que no cuenta con la preparación necesaria para ser la vicepresidente de uno de los países más importantes del hemisferio.

Su vida política se limita a su activismo medioambiental y su preparación académica no es sobresaliente —aunque destacan algunos títulos, a diferencia de otros jefes de Estado de la región—. Sí sobresalen sus deslices públicos, como confundir astrología con astronomía, y su explícita afinidad por ideas radicales de izquierda.

Popularidad de vicepresidente de Colombia en prensa internacional expone racismo encubierto

LA PAZ (BOLIVIA), 01/08/2022.- La vicepresidente electa de Colombia, Francia Márquez, recibe un regalo del expresidente Evo Morales, de una imagen de la heroína indígena boliviana Bartolina Sisa, hoy luego de un encuentro privado en La Paz (Bolivia).

El hecho de que algunos medios consideren que por ser negra Francia Márquez debe celebrarse es el reconocimiento de que por el color de piel ella es diferente y merece respaldo. No hay mayor racismo que la idea de considerar inválido o huérfano a alguien por cuestiones biológicas sobre las que no tiene control. No hay mérito en el color de piel, porque se debe de partir de la idea de que ello no define el talento ni las capacidades de una persona, como sí lo pensaría un miembro del Ku Klux Klan.

La euforia de la prensa internacional con la elección de Francia Márquez, simplemente por ser negra, ha expuesto su racismo camuflado. Si se preocuparan por lo importante, atenderían a los méritos. Y si se preocuparan por los méritos de la señora Márquez, no estarían tan eufóricos, celebrándola, como hoy lo están.

Orlando Avendaño is the co-editor-in-chief of El American. He is a Venezuelan journalist and has studies in the History of Venezuela. He is the author of the book Days of submission // Orlando Avendaño es el co-editor en Jefe de El American. Es periodista venezolano y cuenta con estudios en Historia de Venezuela. Es autor del libro Días de sumisión.

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