Read in English
The Washington Post no podía dejar pasar la oportunidad del Mundial de Fútbol de Qatar para intentar convertirlo en una cuestión racial, acusando a la selección argentina de no ser diversa por no tener jugadores negros. Al final, para lo único que lo han aprovechado es para hacer un ridículo internacional.
El paternalismo woke de la intelectualidad progresista americana hacia la parte sur del continente solo podía ser superada por su ignorancia. Cuando la revista Variety dijo que la muy argentina y muy blanca Ana Taylor Joy era “la quinta mujer de color en ganar un Golden Globe” pudimos saborear un pequeño entremés de esta ignorancia, aderezado con el inconfundible sabor a condescendencia de los “tacos” latinos de Jill Biden.
Pero el plato fuerte lo ha servido esta semana el The Washington Post con sus llantos por la falta de jugadores negros en el equipo de fútbol nacional de Argentina. Que uno de los periódicos más importantes de Estados Unidos no entienda sobre fútbol es comprensible, pero que tenga la osadía de aprovechar la popularidad del Mundial para hacer un clickbait repleto de ignorancia y/o malicia sobre la sociedad argentina es imperdonable.
En un primer momento incluso dio mal los datos demográficos, y se ha visto obligado a actualizar el artículo reduciendo el porcentaje de población afrodescendiente en Argentina —afirmó que era el 1 % en 2010, cuando en realidad suponía un 0,37 %—.
Lo verdaderamente grave no es que desinforme a sus lectores con datos y porcentajes erróneos, sino que haya aprovechado estas cifras para acusar de racista a la selección y, por extensión, a todo el país. Aunque una ignorancia supina sobre la sociedad e historia argentinas puede contribuir a esta confusión, la acusación de racismo solo puede explicarse desde la malicia y el ánimo divisivo de la ideología woke.
¿Por qué es racista la selección argentina por no tener jugadores negros y no lo es la selección de Japón por solo tener asiáticos? ¿O la de Camerún por no tener a ningún blanco, latino o asiático? La respuesta parece evidente: porque al Washington Post solo le interesa bombardear con el relato del “supremacismo blanco” que tanto le gusta a la izquierda —y que tanto explota—.
El ridículo artículo del Washington Post vendría a demostrar que los que más presumen de respeto y tolerancia hacia otras culturas, en realidad son los que miran por encima del hombro a los demás. Los lectores del Washington Post merecen mucho más que artículos pretendidamente intelectuales que opinan que los equipos de fútbol y los países deberían ser como una película de Netflix.
Ignacio Manuel García Medina, Business Management teacher. Artist and lecturer specialized in Popular Culture for various platforms. Presenter of the program "Pop Libertario" for the Juan de Mariana Institute. Lives in the Canary Islands, Spain // Ignacio M. García Medina es profesor de Gestión de Empresas. Es miembro del Instituto Juan de Mariana y conferenciante especializado en Cultura Popular e ideas de la Libertad.
Social Networks: @ignaciomgm