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Austria fue el primer país de Europa en confinar a los ciudadanos no vacunados contra el COVID. Se trata de al menos 2 millones de personas, que aún no reciben una dosis del medicamento. Pero, ¿cómo se vive esta situación?
Para responder a esta pregunta, en El American conversamos con Kevin Christian Tait, historiador y diplomático que reside en Austria. La medida establecía que las personas no vacunadas solo podían salir de casa por cosas limitadas: trabajar o comprar alimentos. Sin embargo, explicó que al no poder controlar este confinamiento el Gobierno decidió confinar a toda la población.
“Tenemos un confinamiento estricto para todos que va a terminar el 12 de diciembre pero solamente para los vacunados. Aquí la distinción de los vacunados y los no vacunados es muy presente, muy tangible porque las tiendas en las calles, por ejemplo, tienen letreros que dicen “2G” que en alemán significa vacunado/recuperado, lo que deja muy claro que una persona que no tenga la vacuna no tiene derecho de entrar a esa tienda”, dijo Tait.
Aseguró que a partir del 1 de febrero, todos los que viven en Austria deben presentarse para vacunarse, y si no, (aunque la ley todavía está en discusión), Tait estima que haya multas que ronden los siete mil euros.
Alrededor del 65 % de los austriacos está totalmente vacunado. Sin embargo, es una de las tasas más bajas de Europa occidental. Esto le ha permitido al Gobierno insistir en poner restricciones para quienes no decidan inmunizarse.
“Lo que me preocupa ahora en Austria es que todos los periódicos hablan con una voz y no hay lugar para una oposición”, Tait resaltó que nadie puede presentar argumentos para rechazar la vacuna.
A esta situación, ahora se suma la aparición de ómicron. Para el historiador, esto permitirá que además de presionar a la vacunación obligatoria, se pedirá una dosis de refuerzo.
“Hay que plantearse preguntas sobre esta ley de vacunación obligatoria, si es que solo se trata de las primeras dos dosis o si también está incluida la de refuerzo. Cuestionar si los niños tendrían que vacunarse, etc. Hay discusiones oficiales y los políticos de todos los partidos, a excepción del único partido de derecha que se opone muy claramente a esta ley y no es parte de esta comisión. Pienso que para el 6 de diciembre, el Gobierno va a presentar la ley completa a la población. Entonces vamos a tener más o menos un mes para hacer una discusión popular, y ojalá que sea libre”.
La economía y la sociedad de Austria
Pero estas medidas no solo tienen consecuencias sociales, sino también económicas. Pues el diplomático indicó que excluir a 30 % de la población significa una caída de ingresos. A pesar de que, según el programa de Gobierno, las tiendas, los restaurantes, los bares, pueden presentar sus ingresos del año pasado y basados sobre esos ingresos serán compensados por el Gobierno.
“Es interesante porque los no vacunados pagan impuestos para que el Gobierno pueda pagar esa compensación”.
Tait agregó que hay convocatorias de protestas por parte de los no vacunados en contra de estas medidas gubernamentales. “Si no pueden forzar un debate nacional sobre esta ley, están discutiendo hacer una huelga permanente a partir del 12 de diciembre en caso de que no haya cambios en la ley o que esta no sea abandonada totalmente”.
Finalmente, sostuvo que debe haber una respuesta por parte de la ciudadanía porque la libertad es el valor más importante para cualquier sociedad. “Sobre todo, la libertad de elegir qué queremos hacer con nuestros cuerpos y con nuestra salud, porque es un derecho fundamental. Tenemos muchas preguntas abiertas sobre los efectos y las consecuencias de esta vacuna, y no tenemos la información necesaria para que podamos tomar una decisión en libertad sobre vacunarse o no”.
Williams Perdomo es periodista y escritor, especializado en las fuentes Política y Cultura.
Ustedes pecan de manejar el pervertido lenguaje coronavirico y eso es algo que no les puede conceder a estos malnacidos.
Se han modificado las definiciones de vacuna y pandemia para adaptarlas a unos fines que nada tiene que ver con la salud sino espurios intereses económicos de las grandes farmacéuticas que están teniendo unos beneficios descomunales.
La inoculacion de un medicamento experimental del que no se hacen responsables de sus efectos ni los fabricantes, ni los gobiernos que fijan una criminal obligación de meterse ese chute de porquería dice mucho.
Pero además, un pseudo medicamento que no inmuniza, que te puedes seguir contagiando y contagiar ¡qué hostias es!
Claro que hay bastantes profesionales que refutan, con datos contrastados (y los poquísimos oficiales que dejan salir a la luz), toda esta falacia covidiota, lo que ocurre que los medios (la mayor parte sumisos mamporreros del malgobierno de turno) no permiten una libertad real.