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En pleno aumento del precio del bitcoin (BTC), es fácil quedar atrapado en el alboroto que rodea a las criptodivisas y a la tecnología de cadenas de bloqueo. La razón detrás de esta excitación es que, dado el potencial que tienen las criptomonedas para revolucionar la forma en que manejamos el dinero, su valor puede crecer exponencialmente.
La exageración puede estar justificada, y no sería prudente en este momento apostar en contra de que estos activos aumenten de valor. Sin embargo, vale la pena señalar que bitcoin, la primera criptodivisa, existe desde hace más de una década. Su premisa original, tal como la esbozó Satoshi, era crear un “sistema de dinero electrónico de igual a igual” basado en una moneda digital de suministro limitado. Esto, a su vez, podría liberar a las economías de los individuos de la influencia perjudicial del gobierno y de los bancos centrales, que siguen imprimiendo dinero a pedido.
El impacto económico de la pandemia del coronavirus chino probablemente será devastador. La mayoría de los economistas están pronosticando una inflación rampante, condiciones que probablemente serán favorables para el éxito de la criptografía y otros activos alternativos como el oro. Esto ya ha ocurrido en los últimos meses con muchas monedas, pero sobre todo con el bitcoin, cuyo precio se ha cuadruplicado con creces.
Aunque los precios pueden seguir subiendo, el otro desafío real para las criptodivisas principales es que pueden utilizarse como una forma de dinero electrónico. Sin embargo, la comunidad de la criptografía está plagada de divisiones internas. Muchos de los proponentes de bitcoin ahora argumentan que debería ser el equivalente al oro digital. Otras monedas, como bitcoin cash (BCH) y etheruem (ETC), proporcionan transacciones en cadena más rápidas que se presentan como más baratas y más fiables, haciéndolas así más atractivas para los negocios y, en última instancia, más valiosas como moneda del día a día.
El hombre apodado “Bitcoin Jesús” y el CEO de Bitcoin.com, Roger Ver, dijo que cualesquiera que sean las circunstancias, espera que el 2021 haga que las anteriores corridas de toros parezcan insignificantes. “2021 parece estar en camino de hacer que 2017, 2013 y 2011 parezcan pequeños blips”, dijo Ver a El American. “Bitcoin Cash está en camino de ser dinero para el mundo. Etheruem está en camino de convertirse en la plataforma informática del mundo”.
En un momento en el que muchos gobiernos, particularmente los de ideología socialista, están imponiendo un mayor control sobre la vida de las personas, la criptografía proporciona un método para que los individuos recuperen el control del estado. En Venezuela, por ejemplo, la criptocracia ya se ha convertido en un método de pago muy extendido, ya que los comerciantes se deshacen por completo de la moneda bolívar. También ha habido un aumento del uso en la Argentina, Zimbabwe y el Sudán, países que están experimentando crisis de hiperinflación.
Con la economía mundial encaminada hacia el desastre, este año es el momento de que la criptografía tome realmente el control y revolucione la forma en que tratamos el dinero. Si no lo hace en estas condiciones, hay que preguntarse si alguna vez lo hará. Si todos los que se preocupan por el aumento del tamaño del Estado se sienten inclinados a aceptar los beneficios de la criptografía y a unirse a la revolución.
Disclaimer: El autor mantiene participaciones en varias criptas, incluyendo las mencionadas en el artículo.
Ben Kew is English Editor of El American. He studied politics and modern languages at the University of Bristol where he developed a passion for the Americas and anti-communist movements. He previously worked as a national security correspondent for Breitbart News. He has also written for The Spectator, Spiked, PanAm Post, and The Independent
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Ben Kew es editor en inglés de El American. Estudió política y lenguas modernas en la Universidad de Bristol, donde desarrolló una pasión por las Américas y los movimientos anticomunistas. Anteriormente trabajó como corresponsal de seguridad nacional para Breitbart News. También ha escrito para The Spectator, Spiked, PanAm Post y The Independent.
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