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Durante la mayor parte de la vida del capitalismo, los parámetros estaban bien establecidos. Si bien se suponía que la moralidad nunca debía ausentarse de las actividades empresariales, ya que de lo contrario podrían surgir monstruosidades como las perversas relaciones entre entidades corporativas de países libres y regímenes malvados como el de la China comunista, a nivel histórico, la política y la actividad comercial se mantuvieron separadas. Algo así como el muro entre lo privado y lo público.
Sin embargo, desde la década de 1980 ha crecido un activismo ideológico corporativo que hoy ha hecho metástasis y amenaza con estrangular el sistema de libre empresa, corromper la forma republicana de gobierno y, en consecuencia, suprimir las nociones de una sociedad libre.
Por eso el libro de Stephen R. Soukup The Dictatorship of Woke Capital: How Political Correctness Captured Big Business (Encounter Books, 2021) es una lectura importante. Las grandes empresas se han politizado hasta el punto de que su freno concreto a la libertad de expresión, al pensamiento político conservador y a la práctica religiosa las ha transformado en un gobierno concurrente, no elegido y absolutista. A pesar de la economización del volumen de palabras (tapa dura: 208 páginas), Soukup hace un trabajo exhaustivo al exponer los entresijos que se esconden tras el extraño fenómeno que es el capital y las operaciones empresariales de Woke.
Como editor y vicepresidente de The Political Forum, un proveedor de investigación independiente dedicado a los servicios de consultoría para la comunidad inversora, la experiencia de Soukup le ha ofrecido un prisma interno excelente para analizar y generar una conclusión. El libro postula la teoría de que la campaña de desinversión en Sudáfrica contra el apartheid de los años ’80 fue el comienzo del “activismo de los accionistas”.
“Durante la mayor parte de su historia”, escribe Soukup, “los mercados de capitales americanos han estado dominados casi exclusivamente por quienes tenían un propósito explícitamente empresarial para su participación”. “Sin embargo, eso empezó a cambiar muy rápidamente a finales de los años ’80 y principios de los ’90”, añade el autor, “cuando quedó claro para los activistas que ellos también podían utilizar los mercados de capitales, solo que en su caso era para promover agendas políticas y sociales que eran ‘demasiado importantes’ para dejarlas en manos del proceso democrático”.
Los ideólogos se dieron cuenta, según la premisa de The Dictatorship of Woke Capital, de que las alteraciones estructurales del modelo empresarial tradicional, mediante su politización al por mayor, podían repercutir en el orden sociopolítico desde los márgenes comerciales.
La experiencia de Soukup en el mundo de la inversión, sin duda, le capacita para la tarea. Las empresas de gestión de inversiones y los gestores de activos de fondos indexados y cotizados están en condiciones, cuando dominan enormes cuotas de mercado de sus respectivos sectores, de monopolizar eficazmente los cursos de política. Como demuestra el libro, un puñado de estas entidades ejerce prácticamente el control de estos centros neurálgicos de la actividad económica. Los fanáticos ideológicos que dirigen estos consejos de administración, imponen un gran poder sobre las decisiones en las salas de juntas de las empresas.
Además de detallar los pecados de las Big Tech, su metodología y su papel gigantesco en la confección de la agenda política de la izquierda, The Dictatorship of Woke Capital hace un trabajo magnífico al ofrecer una introducción al marxismo cultural (neomarxismo), la cosmovisión que sustenta el capital woke. György Lukács, Antonio Gramsci y los marxistas alemanes de la Escuela de Frankfurt fueron meticulosamente expuestos y debidamente acreditados para proporcionar al empresario activista woke el veneno ideológico con el que embriagarse. Merece la pena leer el libro sólo por esta sección.
Soukup ha escrito un libro magnífico que es de lectura obligada para aquellos que buscan respuestas a las preguntas desconcertantes sobre el apoyo agresivo de las grandes empresas al socialismo identitario. Para aquellos que todavía creen que se trata de una contradicción The Dictatorship of Woke Capital es un buen punto de partida en la búsqueda de la verdad y posiblemente de soluciones.
Julio M Shiling, political scientist, writer, director of Patria de Martí and The Cuban American Voice, lecturer and media commentator. A native of Cuba, he currently lives in the United States. Twitter: @JulioMShiling // Julio es politólogo, escritor, director de Patria de Martí y The Cuban American Voice. Conferenciante y comentarista en los medios. Natural de Cuba, vive actualmente en EE UU.