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Desgarrador testimonio de Yeonmi Park sobre cómo el Bitcoin podría salvar mujeres y niños en Corea del Norte

Bitcoin, Park, El American

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Durante el segundo día de la Bitcoin Conference, la conferencia de entusiastas de las criptomonedas más grande del mundo, el director de estrategia de Human Rights Foundation, Alex Gladstein, moderó el panel ‘Bitcoin is Freedom’ junto a la activista y autora togolesa, Farida Nabourema, el comentarista político, Fadi Elsalameen y la activista sobreviviente al régimen norcoreano, Yeonmi Park, quienes discutieron cómo los criptoactivos pueden ser facilitadores de libertad en países oprimidos.

Park, quien ha dedicado su vida a denunciar el tráfico de personas en Corea del Norte desde que ella misma fue una víctima, inició su intervención explicando la compleja dinámica económica de su país de origen para así ser capaz de ilustrar la importancia del Bitcoin para la causa de la libertad bajo regímenes totalitarios como el de Kim Jong-Un.

“Si no hay libertad, ¿para qué necesitamos dinero?”, fue una de sus líneas iniciales. La activista y autora norcoreana explicó que en su país, en pleno siglo XXI, los ciudadanos no tienen derecho a la propiedad privada y ni siquiera saben lo que es el Internet.

En Corea del Norte, contó Park, hasta hace unos años, solo los banqueros o personas con influencia tenían acceso a la banca, y la única forma que los ciudadanos encontraban para generar ingresos y ahorrar era trabajando en el mercado negro y guardando el dinero en escondites caseros.

“Todos sabemos que Corea del Norte se esforzó en convertirse en un paraíso socialista donde no hay desigualdad”, bromeó Park, y explicó que el régimen de Kim Jong-Un implementó una desmonetización en 2009 que inmediatamente erradicó los ahorros de todos los ciudadanos que habían trabajado por décadas en el mercado negro.

Desde entonces, al no tener acceso a la moneda local, los norcoreanos sufren para conseguir dólares americanos o yuanes chinos para poder llevar adelante la economía familiar. Ese es uno de los motivos por los que el tráfico de personas, especialmente de mujeres norcoreanas, se ha convertido en un lucrativo negocio en el mercado negro asiático, mayormente en China.

Park imagina “un mundo distinto” mediante Bitcoin

Como explicó Park, quien fue vendida por menos de $300 como esclava sexual en China, no hay manera de que los norcoreanos que vuelven a su país, ya sean las víctimas de prostitución forzosa o participantes del mercado negro, escondan dinero o joyas en su cuerpo dado que el régimen revisa minuciosamente a cada persona que entra.

Pero el Bitcoin podría ser una poderosa arma para los norcoreanos, sugiere Park, pues basta con memorizar un código para ser capaces de intercambiar bienes y servicios por dinero virtual, seguro y que el régimen socialista no puede arrebatar.

La mayoría de los norcoreanos que logran escapar de su país termina en China, cuyo régimen comunista “patrocina” a Kim Jong-Un “para mantenerse en el poder como un dictador”, explicó Park. Como resultado de la política de un único hijo que China implementó durante décadas, millones de hombres que no pueden casarse ni procrear acuden a las esclavas sexuales norcoreanas.

Si las mujeres norcoreanas esclavizadas en China salen embarazadas, dan a luz y luego son capturadas, las envían a campos de concentración de prisioneros en Corea del Norte, donde las encierran hasta la muerte. Sus hijos, que quedan huérfanos y a la deriva, no pueden adquirir una nacionalidad porque no nacieron en territorio norcoreano y el régimen chino no los reconoce como ciudadanos legítimos.

“Estos niños, sin una identificación emitida por el gobierno, no pueden siquiera ir a la escuela primaria”, explicó Park. “Hay 300,000 mujeres norcoreanas en China y los niños hoy son cerca de un millón, no sabemos con exactitud cuántos hay”.

Grupos religiosos clandestinos han organizado programas de educación para esos niños, según el testimonio de Park. Para abastecerse, envían Bitcoins a corredores chinos a cambio de útiles escolares, con el objetivo de evitar que los niños sean víctimas del tráfico de personas, y que puedan “educarse de alguna forma y encontrar una salida”.

“Esa es una forma en la que se puede empoderar a esas mujeres y a esos niños por medio del Bitcoin”, sentenció la activista. “En mi vida, nada ha sido más maligno que el gobierno. El régimen norcoreano es un testamento de cuán crueles pueden ser los gobiernos contra los individuos. Así que si los norcoreanos entendieran que pueden ser autónomos, decidir qué moneda comprar y qué hacer, veríamos un mundo diferente, uno que ahora mismo no podemos ni imaginar. Podríamos crear un mundo donde nadie debe ser vendido”.

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