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A principios de esta semana, militares franceses escribieron y publicaron una carta abierta al presidente francés Emmanuel Macron advirtiéndole sobre la posibilidad de una guerra civil en Francia, una carta que llega semanas después de que otro grupo de generales y soldados retirados publicaran un comunicado similar donde también daban la alarma sobre un posible enfrentamiento civil en los próximos años.
La carta fue publicada en el portal de medios de comunicación francés Valeurs Actuelles y en ella se explica que la república francesa corre el peligro de caer en una agitación cívica masiva debido a las “concesiones” del presidente hacia el islamismo, argumentando que la mayoría de los firmantes de la carta han participado activamente en una operación antiterrorista francesa de ámbito nacional llamada “Operation Sentinelle” y han observado cómo para algunas comunidades religiosas, Francia es objeto de “desprecio” u “odio”.
Este escarnio público al Gobierno de Emmanuel Macron se produce después de que el mes pasado se publicara también otra carta similar redactada por generales retirados del ejército francés, en la que se denunciaba que el país se enfrentaba a una amenaza debido al islamismo, que ha convertido a algunas comunidades en “territorios sometidos a dogmas contrarios a nuestra Constitución”.
El Gobierno francés ha condenado con vehemencia la publicación de la carta, y la ministra de Defensa, Florence Parly, la ha calificado de “burda estratagema política”, mientras que el ministro del Interior, Gerald Darmanin, ha acusado a los soldados que han firmado la carta de “falta de valor”.
La reacción en el ejército también ha sido muy negativa, con el jefe del Estado Mayor del ejército francés pidiendo a los soldados que firmaron la carta que “abandonen la institución para poder expresar libremente sus ideas y convicciones”, mientras que un militar francés declaró a la AFP que el ejército no dejará pasar esta carta sin una respuesta.
¿Son las predicciones de una guerra civil en Francia una maniobra política?
La carta llega en un mal momento para Emmanuel Macron, que actualmente posee un pésimo -aunque normal para los estándares franceses- índice de desaprobación del 60% en las encuestas de opinión, está liderando un programa de despliegue de vacunas COVID sin brillo (especialmente si se compara con Estados Unidos o el Reino Unido) y ahora se enfrenta a un inminente desafío electoral de Marine Le Pen, de la Agrupación Nacional, que ahora está encuestando ligeramente por encima de Macron para la primera ronda de votación de las elecciones presidenciales de 2022.
La probable oponente presidencial de Macron ha aprovechado la oportunidad política que le ha brindado la carta anti-Macron redactada por los militares y ha calificado la carta de “evaluación lúcida” del estado del país, al tiempo que ha añadido que “siempre existe el riesgo de una guerra civil”.
La sociedad francesa ha quedado profundamente marcada en los últimos años por una serie de atentados terroristas muy publicitados perpetrados por terroristas islamistas contra ciudadanos franceses, con los atentados de 2015 contra Charlie Hebdo y París, los atentados con camiones de Niza de 2016 y la decapitación en 2020 de un profesor francés que utilizó caricaturas de Mahoma en clase pesan en la conciencia nacional francesa.
El presidente Macron ha prometido que Francia “nunca cederá” ante el terrorismo islamista, ya que el país ha desplegado miles de militares y policías para patrullar puntos estratégicos en todo el país en un esfuerzo nacional, llamado Operación Sentinelle, contra el terrorismo que se inició tras los ataques de 2015 contra Charlie Hebdo por parte de terroristas islamistas.
Las actuales tensiones en el seno de la sociedad francesa en torno a la cuestión de la inmigración y el islamismo han envalentonado la posición política de Le Pen, que consiguió llegar a la segunda vuelta de las elecciones en 2016 solo para ser derrotada por Macron.
Es entonces fácil entender por qué muchos funcionarios del gobierno se han apresurado a señalar que la carta publicada por los miembros del ejército no hace más que fortalecer las posiciones políticas de un grupo (Le Pen) a expensas de la imagen de neutralidad que el ejército debe presentar hacia la sociedad francesa, con el Ministro del Interior calificándola de “maniobra de mala calidad” de Le Pen.
Dejando a un lado la discusión sobre si la carta es sólo una estratagema política de Le Pen o si constituye una valoración honesta por parte de los militares franceses, lo cierto es que la cuestión del islam y la sociedad francesa seguirá siendo uno de los temas más importantes de la política francesa, un frente en el que Macron se arriesga a perder un importante apoyo de su derecha hacia la ultranacionalista Le Pen.
El tema del islam y la sociedad política francesa se ha convertido en algo tan omnipresente que el partido de Macron, La Republique en Marche, decidió recientemente retirar el apoyo a una candidata que utilizó un pañuelo (otro tema controvertido en Francia) en un cartel de campaña, al tiempo que preparaba una nueva ley que impondría regulaciones estatales sobre las prácticas religiosas con el objetivo de frenar el radicalismo islamista, un proyecto de ley que, según los opositores, marginaría a los musulmanes.
Emmanuel Macron sabe que la óptica de un grupo de militares retirados y en activo que le tildan de débil en este tema, por lo que necesitará tanto disipar los rumores de una inminente guerra civil como simples exageraciones destinadas a beneficiar los intereses políticos de su rival, como mostrar una postura dura contra el islamismo para mantener una coalición que funcione para su candidatura a la reelección en 2022.
Daniel is a Political Science and Economics student from the University of South Florida. He worked as a congressional intern to Rep. Gus Bilirakis (FL-12) from January to May 2020. He also is the head of international analysis at Politiks // Daniel es un estudiante de Cs Políticas y Economía en la Universidad del Sur de la Florida. Trabajo como pasante legislativo para el Representate Gus Bilirakis (FL-12) desde enero hasta mayo del 2020. Daniel también es el jefe de análisis internacional de Politiks.
El enlace de la carta que pusieron es el equivocado. Es el de la carta del mes pasado.