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El día miércoles el presidente Joe Biden anunció que apoyaría en la Organización Mundial del Comercio la suspensión temporal de las patentes de las vacunas contra la Covid-19, al menos hasta que finalice la pandemia.
La reacción en el mercado no se hizo esperar y el precio de las acciones de las compañías farmacéuticas cayó pronunciadamente tras el anuncio. Las acciones de las farmacéuticas Pfizer, moderna, Novax y BioNTech cayeron entre un 4 % a un 10 %, por cuenta del anuncio del presidente.
A pesar de la reacción del mercado, según el analista de mercado en biotecnología, Zhiqiang Shu, puede haber una sobre reacción con respecto al anuncio puesto que: “La producción de vacunas ARNm no se trata solo de propiedad intelectual. Muchos otros factores están en juego, tales como el know-how para su manufacturación y la capacidad. Es improbable que otras farmacéuticas y países puedan adoptar la producción de la vacuna rápidamente”.
Por otro lado, el analista financiero de The Motley Fool, Joe Tenebruso, afirma que el gobierno de los Estados Unidos podría estar sentando un peligroso precedente: “Si las farmacéuticas no pueden confiar en las patentes que obtienen, es menos probable que inviertan en costosos programas de investigación y desarrollo. Y eso, a su vez, podría dar lugar a la producción de menos medicamentos para proteger la vida en los próximos años”.
A pesar de las preocupaciones de algunos inversionistas, el precio de las acciones se recuperó durante la jornada del jueves, y a pesar del anuncio de Biden, el levantamiento de la patente no está cercano a afectar el rendimiento financiero, pues la masificación de la vacuna no se daría pronto.
¿Por qué la liberación de patentes no masificará la producción de vacunas?
Aunque la noticia es esperanzadora, la realidad es que el cuello de botella no se encuentra ni en el acceso a patentes o el precio de las vacunas, sino en el acceso a viales para contener el medicamento y las materias primas. Según Scott Gottlieb, miembro de la junta de Pfizer, podría tomar hasta mas de un año entre la firma de un acuerdo de liberación de propiedad intelectual y que las otras farmacéuticas logren manufacturar la vacuna.
El caso de Moderna es ilustrador, la farmacéutica anunció que no haría cumplir sus derechos de exclusividad sobre la propiedad intelectual de su vacuna ARNm contra el coronavirus. A pesar del anuncio de Moderna, seis meses después la compañía continúa siendo el único productor de esa vacuna en el mundo.
Otra razón por la que las vacunas no necesariamente se podrían masificar es porque estas son más complejas que los medicamentos ordinarios. Normalmente los medicamentos corrientes de farmacia pueden ser replicados con facilidad usando ingeniería inversa. Es por eso que cuando una patente expira las compañías pueden entrar rápidamente al mercado y sacar sus productos genéricos y disminuir considerablemente el precio del medicamento en poco tiempo.
Las vacunas, en cambio, son productos biológicos complejos. La ingeniería inversa es simplemente insuficiente para llegar a un sustituto viable de una vacuna, a diferencia de los medicamentos corrientes.
Para poder replicar una vacuna, los potenciales productores tendrían no solo que conocer la formula para el desarrollo de la vacuna, sino también acceder al conocimiento específico de las farmacéuticas como el proceso de manufactura, las líneas celulares de la vacuna, métodos de almacenamiento de las muestras, y demás.
Aunque alguna información de la formula para fabricar las vacunas de Covid-19 podría ser valiosa, los potenciales fabricantes de la vacuna no podrán avanzar mucho sin la cooperación de los laboratorios con las patentes en todo el proceso de fabricación de la vacuna.
Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica