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70 años han pasado desde que su majestad, la reina Isabel II, asumió la corona. Su presencia ha sido constante en la cultura pop occidental y su descendencia ha creado historias y mitos que viven en nuestra memoria.
Tanto los capítulos alegres —este Jubileo de Platino— como los indeseables —básicamente todo lo relacionado con personas como el príncipe Andrew o Meghan Markle— se han plasmado dentro de la historia de la Corona, robusteciéndola y convirtiéndola en un fenómeno que no envejece ni pasa de moda.
Esta semana, en The View comentaron las opiniones de cada panelista sobre el Jubileo. Sunny Hostin, quien hace algún tiempo me parecía una mujer encantadora y conciliadora, hizo gala de su reciente radicalismo al condenar un fenómeno del que ella misma era fanática.
“Ahora que aprendí un poco más sobre la historia de Inglaterra, la colonización del imperialismo […] El hecho de que Gran Bretaña y la monarquía tomaron $1 billón de África […] No estoy tan enamorada de la pompa y la circunstancia, porque fue construida sobre las espaldas y las almas de los esclavos. Así que no estoy tan interesada como antes”, afirmó la conductora.
Para sorpresa de muchos, fue Whoopi Goldberg quien la llamó a tierra, recordándole que muchos de los gastos de la familia real son costeados por su propio patrimonio. Ante la respuesta de Hostin, “lo hicieron a base de esclavitud”, Goldberg la fustigó recordándole que quienes reinan hoy no son quienes reinaron en el pasado.
El debate sobre la importancia de la monarquía en la sociedad actual es perfectamente válido. Pensar que es injustificada o un sistema del pasado es comprensible, pero culpar a quienes ostentan hoy la corona por las decisiones de hace casi un siglo es vivir en un resentimiento ilógico que no construye nada que valga la pena.
Desafortunadamente, Sunny Hostin se ha convertido en una cazadora de opiniones populares que le valgan el aplauso del público, aun cuando su radicalismo pueda dejarla expuesta por su carencia de bases reales para opinar sobre ciertos temas. Y lo lamento profundamente, porque no hace justicia a lo que somos los latinos realmente.
Este artículo apareció originalmente el 5 de junio de 2022 en el newsletter de El American. ¡Suscríbete gratis aquí!
