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Beijing militariza el Mar de China Meridional para dominar el sudeste de Asia

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Tal y como en 2020, mientras el mundo atendía la pandemia del Covid-19, China emprendió agresivas acciones para impulsar sus reclamaciones territoriales sobre el Mar de China Meridional. Beijing ahora aprovecha el conflicto en Ucrania para proyectar su poder militar sobre las Zonas Económicas Especiales (ZEE) de otros países. Esto lo advirtió el profesor Hoang Viet de la Universidad de Derecho de la ciudad de Ho Chi Minh, en Vietnam.

China reclama casi la totalidad del Mar de China Meridional que cubre cerca de 3 millones y medio de kilómetros cuadrados y tiene reservas estimadas de 190 mil millones de pies cúbicos de gas natural y 11 mil millones de barriles de petróleo. Aunque en 2016, la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya rechazó sus reclamaciones, Beijing no lo acepta y sigue peleando zonas marinas de Brunei, Indonesia, Malasia, Filipinas, Taiwán y Vietnam.

“El fallo es ilegal y nulo y sin efecto. China no lo acepta ni lo reconoce”, reiteró en enero el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, en respuesta al informe del Departamento de Estado americano “Límites en los mares” en el que en Washington concluía que las afirmaciones de China sobre su “soberanía histórica” del Mar de China Meridional son incompatibles con el derecho internacional y carecen de base legal.

Beijing ha construido islas artificiales en el disputado y estratégico archipiélago de las islas Spratly y en 2015 Xi Jinping declaraba que China no tenía intención de militarizarlas. Pero el 21 de Marzo el Almirante John C. Aquilino, Comandante americano del Indo-Pacífico, señalaba a AP que China ya militarizó al menos tres de esas islas con misiles anti barco y antiaéreos, equipos láser y de interferencia y aviones de combate, “desestabilizando la región”.

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Soldados permanecen en formación junto al destructor “Qingdao” durante el día de puertas abiertas en Qingdao en la provincia de Shandong (China) el jueves 27 de diciembre de 2012.

El director ejecutivo del Instituto Australiano de Política Estratégica, Peter Jennings, explicó que con estas nuevas bases:

“China ha ampliado (…) el alcance al que puede enviar sus fuerzas militares (…) 1500 a 1600 kilómetros desde China continental” lo que “presenta un riesgo de seguridad para todos los países del sudeste asiático” porque “si eres la potencia militar dominante en el Mar de China Meridional, dominas el sudeste de Asia (…) fue el pensamiento estratégico de los japoneses en la Segunda Guerra Mundial y creo que es el pensamiento estratégico de China en este momento”.

En marzo Beijing desplegó un simulacro militar de una semana en la zona económica exclusiva de Vietnam, lo que según el vicealmirante Yoji Koda, excomandante en jefe de la Flota de Autodefensa de Japón, muestra que Beijing “está acumulando tantos precedentes como le sea posible en respaldo a sus reclamos infundados en el Mar de China Meridional”.

Beijing también ha intensificado su exploración ilegal del lecho marino en las ZEE de otros países en el Mar de la China Meridional, según el informe del CSIS esos estudios, además de apoyar sus reclamaciones territoriales, cumplirían el objetivo económico de evaluar la presencia de hidrocarburos al tiempo que disfrazarían objetivos militares al usar los instrumentos de los buques de investigación científica  para el reconocimiento de instalaciones y buques militares extranjeros.

China incrementará oficialmente su gasto en defensa en un 7,1 % en 2022. Con 230 mil millones de dólares China reporta el segundo mayor presupuesto militar del mundo, todavía lejano de los 715 mil millones de dólares del presupuesto de defensa de los Estados Unidos. Pero el verdadero gasto militar chino es mucho mayor al reportado en su presupuesto oficial.

El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo  –SIPRI– reveló que en 2019 el presupuesto de defensa real de China fue casi 40% mayor al oficial. El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales –CSIS– llegó a similares conclusiones sobre el elevado gasto militar que no reporta oficialmente Beijing.

Lo cierto es que los presupuestos oficiales de defensa de Beijing dejan fuera el gasto de investigación y desarrollo militar, la parte militar del programa espacial e importantes unidades paramilitares como la Guardia Costera y la Policía Armada Popular, entre otros.

Guillermo Rodríguez is a professor of Political Economy in the extension area of the Faculty of Economic and Administrative Sciences at Universidad Monteávila, in Caracas. A researcher at the Juan de Mariana Center and author of several books // Guillermo es profesor de Economía Política en el área de extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Monteávila, en Caracas, investigador en el Centro Juan de Mariana y autor de varios libros

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