La administración Biden admitió que no tiene la capacidad de hacer pruebas de Covid-19 a todos los migrantes ilegales que cruzan la frontera, pero paradójicamente sí puede ser más riguroso con quienes ingresan de manera legal.
Mientras aumenta el número de migrantes ilegales que ingresa a Estados Unidos, el doctor Anthony Fauci, miembro del equipo de respuesta al coronavirus de la Casa Blanca, dijo que los visitantes que entran al país de manera legal son una cuestión “diferente” a las pruebas que se aplican a los ilegales en la frontera Sur.
Durante una rueda de prensa Fauci fue preguntado por el periodista de Fox News Peter Doocy si los nuevos requisitos de las pruebas se aplicarían a todos los que entren al país, incluyendo los migrantes ilegales. El médico respondió que las pruebas en la frontera solo se aplican “en determinadas circunstancias”.
“Todavía tenemos el Título 42 con respecto a la protección en la frontera”, dijo Fauci. “Hay protecciones en la frontera que no tienen la capacidad, como usted sabe, de subir a alguien a un avión, ser revisado, mirar un pasaporte, no tenemos eso allí. Pero podemos conseguir algún grado de mitigación”. “Hay pruebas en la frontera en determinadas circunstancias”, añadió.
Al tiempo en que Fauci admitía que quienes ingresan ilegalmente tienen el privilegio de no contar con tantas restricciones para entrar a Estados Unidos, quienes sí lo hacen de manera legal deberán enfrentar un listado de nuevas normativas para evitar la propagación de la variante Ómicron.
Nuevas medidas para los viajeros legales, no así los migrantes ilegales
Este jueves 2 de diciembre Estados Unidos anunció que exigirá a partir del próximo lunes a todos los viajeros que se trasladen a su territorio un test negativo de coronavirus hecho en las 24 horas anteriores a su vuelo, independientemente de su estado de vacunación o país de salida.
Más allá de los protocolos para los viajeros, el plan de invierno de Biden contra el coronavirus incluye medidas para impulsar la vacuna de refuerzo entre todos los adultos, ampliar el número de inoculaciones entre niños, aumentar el acceso a pruebas gratuitas en el hogar e incrementar la protecciones en los lugares de trabajo.
En pocas palabras, mientras la administración Biden impone severas medidas a viajeros que ingresan correctamente y exige a los americanos vacunación obligatoria, los migrantes ilegales en la frontera sur no tienen mayores restricciones relacionadas al Covid-19, lo que pone en riesgo la salud de los americanos.
La administración también está estudiando la posibilidad de exigir a los viajeros por vía aérea que se sometan a una segunda prueba de Covid-19 en un plazo de tres a cinco días tras su llegada al país.
El pasado 29 de noviembre Estados Unidos impuso prohibiciones de viaje a ocho países del sur de África debido a la variante Ómicron, que se detectó por primera vez en Sudáfrica y Botsuana el mes pasado.
La Casa Blanca dijo que la decisión era una “medida de precaución” mientras los científicos trabajan para determinar si la variante altamente transmisible también está asociada a una enfermedad más grave; sin embargo hasta el momento médicos en Sudáfrica e Israel hablan de síntomas relativamente leves.
Actualmente, los CDC recomiendan que se realicen pruebas diagnósticas entre tres y cinco días después de llegar a Estados Unidos desde el extranjero, así como el aislamiento de viajeros no vacunados, cuyo cumplimiento es voluntario y se cree que pocos realizan.
Sabrina Martín Rondon is a Venezuelan journalist. Her source is politics and economics. She is a specialist in corporate communications and is committed to the task of dismantling the supposed benefits of socialism // Sabrina Martín Rondon es periodista venezolana. Su fuente es la política y economía. Es especialista en comunicaciones corporativas y se ha comprometido con la tarea de desmontar las supuestas bondades del socialismo