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Nuevamente, la ONG Oxfam arremete con un informe donde afirma que la riqueza de unos pocos está matando a millones de personas en el mundo, y que mientras 10 multimillonarios han doblado su fortuna durante la pandemia, los ingresos del 99 % se han deteriorado.
Entre otras de las afirmaciones de este año por parte de Oxfam hay una que reza: “Cada 26 horas surge un nuevo milmillonario en el mundo, mientras las desigualdades contribuyen a la muerte de al menos una persona cada cuatro segundos“.
La escandalosa afirmación naturalmente tiene un tinte político y en su propio informe reconoce que considera básicamente cualquier muerte por inanición, violencia de género, falta de acceso a salud o cambio climático como una muerte por desigualdad, y a su lado pone la supuesta cifra de multimillonarios para tener un responsable por asociación.
En la introducción del informe de este año, La desigualdad mata, Oxfam reconoce que “así como cada hambruna es política y hecha por el hombre, lo es cada muerte por COVID”. Es decir, aunque explícitamente no lo hace, reconoce que estaría dispuesta a atribuirle las muertes por una pandemia a la desigualdad si eso le sirve para sus fines políticos.
Este es el gran problema de Oxfam, sus informes realmente no son estudios en el sentido en que plantean una hipótesis, desarrollan una metodología para corroborar o desmentir dicha hipótesis, y luego presentan recomendaciones de política pública. Nada de eso se encuentra en el documento.
Los informes de la ONG son meramente acusación por asociación. Sacan cualquier dato que le sirva a su narrativa, lo contrastan con algún dato sobre la riqueza del 1 % y, sin decir cómo ni por qué, presume que dicho problema se solucionaría si los multimillonarios pagan una determinada cantidad de dinero. Al mejor estilo de la clásica obra de Darrel Huff: ¿Cómo mentir con estadísticas?
Es por eso que pueden sacar datos como un mago saca un conejo del sombrero, del estilo de: si los ricos pagaran un único impuesto sobre el 99 % de la apreciación de sus activos durante la pandemia, alcanzaría para inmunizar plenamente a la humanidad (aunque no aclaran por cuánto tiempo).
¿Cómo mentir con estadísticas? by Oxfam
Normalmente, la ficha metodológica de los trabajos de investigación es un documento técnico donde se pueden encontrar las fuentes de información y los métodos estadísticos o cuantitativos en los que los autores del estudio se basaron para llegar a sus conclusiones.
La ficha metodológica de Oxfam, en cambio, parece un panfleto político plagado de datos inútiles como: “Si los 10 principales multimillonarios se sentaran encima de su riqueza combinada acumulada en billetes de dólares americanos, llegarían casi a la mitad del camino hacia la luna”. Este “dato” literalmente aparece en la primera página de la metodología.
Tomemos la primera afirmación de la ONG en su informe: “La riqueza de los diez hombres más ricos se ha duplicado, mientras que se estima que los ingresos del 99 % de la humanidad se han deteriorado”, esta frase es engañosa y el porqué lo responde un conveniente ajuste de los datos.
Para estos datos, Oxfam toma las estadísticas de la fortuna de los 500 más ricos de la revista Forbes y compara su crecimiento entre marzo del 2020 a noviembre del 2021, hasta ahí todo bien. El problema viene al estimar la parte del 99 % del resto de la humanidad, donde la ONG solo toma datos de ingresos del Banco Mundial y omite el dato de ingresos del 1 %, pues estos también disminuyeron y no se ajustan a su narrativa (cosa que se confiesa en la propia ficha metodológica del documento).
Este truco es fundamental para Oxfam, pues compara adrede peras con manzanas. Mientras que toma la totalidad de la fortuna de los multimillonarios para su comparación, omite los datos del patrimonio para el 99 % de la humanidad. Es decir, Oxfam no tiene en cuenta el valor de las casas, pequeños negocios, pensiones, ahorros y meramente toma los datos del ingreso corriente que se reducen al salario para afirmar que la desigualdad entre los multimillonarios y el resto está peor que nunca.
Entre los académicos abundan las críticas a los reportes de Oxfam: que no ajustan sus datos entre países por paridad de poder adquisitivo (es decir, un dólar compra mucha más cosas en Tanzania que en New York) o que no tienen en cuenta el valor de la educación como parte de la riqueza de las personas. La ONG no ha corregido su metodología y ha optado por profundizar este tipo de ajustes a los datos u omisiones convenientes.
Los objetivos políticos detrás de los “datos” de Oxfam
Estos ajustes de datos naturalmente tienen objetivos políticos. Entre las recomendaciones de Oxfam para acabar con la desigualdad recomienda una masiva cancelación de la deuda que tienen las economías de bajos ingresos con las economías desarrolladas, incluidas las deudas privadas.
A Oxfam poco le importa que la evidencia, como han señalado economistas africanos como Dambisa Moyo o George Ayittey, muestre que la condonación de la deuda no ha tenido efectos positivos en el crecimiento de los ingresos de la ciudadanía, y, en cambio, ha servido para engrosar los bolsillos de las élites en el poder.
El informe de Oxfam también presiona por el establecimiento de un impuesto a la riqueza equivalente al 10 % para aquellos patrimonios que superen el millón de dólares, y alaba al Gobierno de Alberto Fernández por imponer un impuesto temporal a la riqueza para financiar la pandemia, mientras ignora que los argentinos han estado entre las personas que más poder adquisitivo perdieron durante la pandemia (y desde antes) a causa de la rampante inflación producto de las políticas del kirchnerismo.
Esto no es un llamado a la inacción, pero las soluciones a problemas como la pobreza, la falta de acceso a salud o educación, usualmente son locales, y nunca se dan a causa de una megapropuesta que presupone que la riqueza (entre la que se encuentra máquinas, hogares, pensiones, etc.), es dinero en efectivo que se podría destinar a acabar con todos los problemas de la humanidad que hoy se traducen —convenientemente— en la palabra desigualdad.
Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica