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La creciente inflación no se detuvo en septiembre

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La creciente inflación se agudizó en el mes de septiembre en un 0,4%. La comida y el costo de los arriendos fueron los dos indicadores que más aumentaron durante dicho periodo, constituyendo casi la mitad del incremento experimentado durante ese mes.

El índice de precios al consumidor, sin incluir el precio de la comida y la energía, creció un 0.2%.

Septiembre dejó a los americanos con alimentos un 0.8 % más caros en los supermercados y almacenes de cadena y el costo de la comida por delivery aumentó un 1.2 %, mientras que el precio de la energía creció en un 1.2 %.

Según el Buró de Estadísticas Laborales los precios crecieron un 5.4 % en el último año.

Unos precios más altos en las estanterías de los supermercados vuelven una realidad para los americanos lo que temían los mercados unos meses atrás. Las icónicas cadenas de comida rápida Chipotle, Shake Shack, Mcdonald’s y Taco Bell también han tenido que subir precios.

Muchas compañías de comida rápida han subido los precios de sus platos. (EFE)

La soya, el trigo y el maíz llegaron a sus precios más altos desde el 2012, mientras que el azúcar volvió a alcanzar su precio más alto en cinco años. Los crecientes costos de los commodities impactaron a los productores de alimentos americanos, que sin duda han tenido que transferir parte de los incrementos en los costos a sus clientes con precios más elevados.

Aunque el mercado de los commodities agrícolas tiene razones propias por las que se está encareciendo –como rendimientos decrecientes en el área cultivada–, es innegable que el creciente costo de la comida y de todos los bienes fue impactado por los costos del combustible que reflejan un poco el encarecimiento de la producción.

Los contratos a futuro de petróleo han crecido un 64 % y el precio del gas natural se ha duplicado en los últimos seis meses, alcanzando un precio récord en los últimos siete años. El aceite de calefacción se encareció un 68 % y el costo de la gasolina ha crecido un dólar el último año, situando el precio del galón en un promedio de $3. En los últimos doce meses el costo de la energía en general ha crecido un 24 %.

Naturalmente, los costos del combustible impactan los del transporte, que ya vienen en aumento por la escasez de mano de obra en esta industria, en la de almacenamiento y bodegaje. Muchas industrias en Estados Unidos han visto alterados sus costos por falta de personal.

Algunos proveedores, para blindarse de la inflación, han decidido incrementar sus inventarios de productos no perecederos. La mayor demanda de productos por parte de los proveedores para evitar exponerse a la inflación del futuro crea sus propios costos.

¿Cómo se transfiere la inflación de China a los Estados Unidos?

Por otro lado, parte de la inflación experimentada viene por efecto transmisión desde el otro lado del océano Pacífico. Con los crecientes costos del carbón muchas ciudades chinas han enfrentado continuos apagones, así como importantes retrasos en la manufactura.

Compañías como Apple y Tesla han cancelado parte de su producción debido a los constantes paros en las empresas manufactureras chinas, que tienden a lidiar con los racionamientos eléctricos que ocurren en el país comunista.

Los cuellos de botella en la industria China transmiten la inflación a Estados Unidos. (EFE)

Al ser el principal socio comercial de Estados Unidos, los cuellos de botella en la producción China impactan naturalmente en los precios en América. A los retrasos en las fábricas se suman los retrasos en los puertos.

Los últimos brotes de Covid-19 en China han impuesto serias restricciones al comercio marítimo y aéreo, por lo que miles de contenedores esperan en los puertos para ser embarcados, mientras cientos de navíos aguardan en los puertos chinos para por fin embarcar –y después tener que aguardar largos tiempos de espera para poder desembarcar en las costas americanas, cuyos puertos se encuentran igual de congestionados–.

La creciente inflación comienza a tener impactos sobre la economía americana

En su último sondeo al consumidor la Reserva Federal de Nueva York espera que la inflación en el corto y mediano plazo se mantenga alrededor del 5.3 %, por lo que los americanos deberán acostumbrarse a precios más altos en el futuro.

Una de las consecuencias tangibles de la creciente inflación tiene que ver con la actualización de los pagos de seguridad social. Más de 70 millones de pensionados americanos están a punto de recibir el mayor aumento en su seguridad social en más de 39 años.

Instituciones como la reserva federal reconocen que la creciente inflación no será transitoria como originalmente se pensaba, los americanos se deberán acostumbrar a mayores precios. (EFE)

Los pagos crecerán un 5.9%, el aumento más alto desde 1982. Este incremento se hace con el propósito de cubrir el creciente costo de vida, por lo que, aunque los retirados recibirán nominalmente más dinero, su poder adquisitivo cambiará relativamente poco.

Por su lado, los mercados financieros operan con más precaución ante la creciente inflación. Cada vez más inversionistas empiezan a reclamar los retornos de su capital. Según el portal financiero Zero Hedge, el precio de las acciones de tecnología ha mostrado ser especialmente sensible ante el incremento de la inflación.

Algunos organismos –incluido el Fondo Monetario Internacional– han moderado sus expectativas de crecimiento para la economía americana por las incertidumbres que trae la expansión de la variante delta del coronavirus y la creciente inflación en el país y el mundo.

Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica

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