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Cuando se le preguntó si bebería el agua de East Palestine, Ohio, el senador Sherrod Brown (D-OH) emitió una respuesta críptica.
Cuando le preguntaron si bebería el agua contaminada por las toxinas del accidente ferroviario de Norfolk Southern del 3 de febrero durante su aparición en el programa State of the Union de la CNN el domingo, Brown se remitió a las autoridades locales. Brown continuó culpando a la corporación ferroviaria de la catástrofe, alegando que despidió a empleados importantes y recompró acciones en lugar de realizar inversiones en seguridad.
¿Usted bebería el agua de East Palestine?, preguntó Pamela Brown. “¿Y cree que los funcionarios de allí que dicen que es segura, deberían beber también el agua para demostrar a los residentes que sí la beberían?”.
El senador respondió:
Brown continuó diciendo que la avaricia empresarial de Norfolk Southern era la culpable de la catástrofe.
“Pamela, en realidad es la misma historia de siempre. Las corporaciones recompran acciones, reparten grandes dividendos, despiden trabajadores. Miles de trabajadores han sido despedidos de Norfolk Southern. Luego no invierten en normas y reglamentos de seguridad, y ocurren este tipo de cosas. Por eso la gente de East Palestine está tan disgustada”.
También afirmó que “Estas cosas están ocurriendo porque los ferrocarriles simplemente no están invirtiendo como debían en la seguridad de los vagones y en las propias líneas ferroviarias”.
En cuanto a la seguridad del agua, J. D. Vance (republicano de Ohio) no ha hablado con las autoridades. Vance instó a la EPA a respaldar sus afirmaciones después de que el miércoles declarara que no había problemas de calidad con el agua del pozo municipal.
Vance también compartió un vídeo de sí mismo raspando el lecho de un arroyo en su propia cuenta de Twitter, revelando un brillo aceitoso causado por los productos químicos en el agua. Declaró: “El hecho de que estos productos químicos sigan filtrándose en el suelo es un insulto a las personas que viven en East Palestine. No olvidéis a estas personas”.
Desde que el 3 de febrero descarrilara un tren que transportaba cloruro de vinilo y otras sustancias químicas letales, los habitantes de East Palestine, Ohio, han condenado con vehemencia la tardía respuesta estatal y federal.
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La administración Biden envió personal federal de emergencia al lugar del peligroso descarrilamiento de un tren en Ohio el sábado, dos semanas después de que el accidente arrojara una bruma que envenenó las vías fluviales cercanas y provocó un éxodo masivo de vecinos aterrorizados.
La “liberación controlada” e incineración de sustancias peligrosas por parte del tren de mercancías Norfolk Southern, con 150 vagones, que se hizo, según las autoridades, para evitar una explosión masiva, mató a miles de peces, causó daños a mascotas y animales, y suscitó preocupación por la salud de los 5.000 habitantes de la ciudad.
Por su parte, la campaña presidencial de Donald Trump para 2024 emitió un comunicado diciendo que planeaba visitar el pueblo cercano a la frontera con Pensilvania el miércoles. El papel de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) en la asistencia en catástrofes fue criticado en el comunicado por su aparente incoherencia a lo largo de la administración del presidente Joe Biden (FEMA).
