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4 lecciones de Milei para la derecha popular latinoamericana

Imagen: Unsplash https://unsplash.com/photos/yhhVap-uWvo

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Javier Milei logró un resultado histórico al ganar una curul en el congreso argentino, superando todos los pronósticos de quienes lo veían como un mero influencer de nicho. Su ejemplo es una inspiración para toda la derecha popular latinoamericana y encarna 4 lecciones y esperanzas a tomar en cuenta para dar exitosamente el difícil salto de las redes sociales a la política real.

Sí se puede construir capital político desde las redes, pero no bastan

El economista Javier Milei comenzó a volverse popular en las redes sociales durante el periodo de expansión de las comunidades libertarias en América Latina, que reflejaba aquel “libertarian moment” de los Estados Unidos impulsado por las precampañas presidenciales de Ron Paul en 2008 y 2012. A través de Facebook y Twitter, Milei llegó a Argentina y a todo el continente, sumando miles de seguidores que alimentaron un círculo virtuoso donde el creciente alcance de su mensaje le brindó mayor credibilidad en los medios tradicionales.

Eventualmente, Milei dio de lleno el salto a la televisión argentina, que le brindó la plataforma para llegar a un público mucho más amplió que el del “círculo rojo” que habita los rincones políticos de las redes sociales. Desde la pantalla del televisor, Milei cobró reconocimiento y aprecio por un amplio porcentaje de la sociedad, desbaratando las profecías de quienes pronosticaban que su estilo alejaría a los televidentes.

Su tercer paso consistió en llevar el impulso de las redes y la tele al trabajo de tierra. Milei no se contentó con hacer una campaña desde la pantalla de su computadora, recorrió los barrios de Buenos Aires y logró entrar incluso a lugares que no eran bastiones tradicionales de la derecha.

En pocas palabras: Milei despegó respaldado por el naciente ecosistema libertario de las redes sociales, pero en lugar de quedarse en su zona de confort –recitándole obviedades a los miembros del coro– se atrevió a entrar en la televisión y luego a recorrer las calles, con éxito evidente.

El intelectualismo de canapé no trasciende del brunch, a la gente hay que hablarle claro

Durante años una de las críticas más constantes en contra de Javier Milei ha sido la de que no plantea argumentos elegantes y complejos, ante auditorios igualmente elegantes y acomplejados. Por el contrario, Milei va a donde está la gente, y lo hace sin pretensiones de intelectual, incluso disfrazado de superhéroe anarcocapitalista, como lo hizo en un evento del 2019.

Y sí, cuando la ocasión lo amerita puede ser tan técnico como cabría esperar de un economista de su perfil, pero ha entendido que para llegarle a la gente hay que hablarle de frente, a su nivel, sin levita, sin monóculo y sin ese mal disimulado desprecio que muchos supuestos pensadores (de todos los colores e ideologías) sienten hacia las personas normales. Milei no quiere demostrarnos que sabe mucho, quiere convencer… Y lo logra.

El éxito electoral de Javier Milei lo llevará al Congreso de Argentina e inspira a la derecha popular. Imagen: Unsplash
El éxito electoral de Javier Milei lo llevará al Congreso de Argentina e inspira a la derecha popular. Imagen: Unsplash

La coherencia y autenticidad del mensaje son clave

El talón de Aquiles de muchos referentes públicos es que ceden a la tentación de diluir su mensaje para adaptarse a lo que marcan las encuestas y las conclusiones de los ejercicios de focus groups. El resultado es que, cada vez más, las campañas se convierten en la tibia recitación de un puñado de mantras socialdemócratas.

El consenso resultante es una masa sin forma ni trascendencia; algo, como decía Margaret Thatcher “en lo que nadie cree, pero a lo que nadie objeta”. Y contra ese consenso se ha levantado Javier Milei, diferenciándose claramente de peronistas y macristas, Javier tiene un mensaje claro en defensa de la vida y de la libertad, y su perseverancia en ese mensaje se ha convertido en aire puro para miles de votantes que están hartos de los políticos prefabricados.

Durante mucho tiempo se repitió el falso dogma de que en la Argentina solo se podía ser políticamente relevante virando hacia la izquierda y que volverse un poco peronista/kirchnerista era la única forma de enfrentarlos. Para no ir más lejos a esa política de asimilación le apostó el tecnócrata Mauricio Macri, que venció al kirchenirsmo en 2015 y luego dirigió un gobierno tan desastroso que le devolvió el país a los K en 2019.

Milei ha demostrado que la derecha popular, que ofrece un mensaje claro, que lo plantea de forma auténtica y lo lleva con valentía de las redes sociales a la televisión y los barrios, tiene un espacio propio, incluso en países como Argentina, tan profundamente adoctrinados por el socialismo. La derecha popular, que durante tanto tiempo durmió en la teoría, hoy es una realidad que compite con posibilidades reales.

No es solo Argentina, también es Chile, donde José Antonio Kast llega a las primarias del próximo 21 de noviembre con amplias posibilidades de avanzar a la segunda vuelta, arrebatándole el liderazgo de la derecha a la decadente tecnocracia fallida de Sebastián Piñera. Y, por supuesto, también en el continente están los exitosos ejemplos de Trump en Estados Unidos y Bolsonaro en Brasil, además de Santiago Abascal con Vox en España.

Más allá de los perfiles, aciertos y defectos de Milei, Kast, Trump, Bolsonaro y Abascal, lo que se ha vuelto indiscutible es que la derecha popular tiene voz, tiene ideas y tiene opciones de triunfo. Entender estas 4 Lecciones y esperanzas es indispensable para que esos resultados se repliquen en otros países de la región; para ello hay que aprender, y trabajar.

Gerardo Garibay Camarena, is a doctor of law, writer and political analyst with experience in the public and private sectors. His new book is "How to Play Chess Without Craps: A Guide to Reading Politics and Understanding Politicians" // Gerardo Garibay Camarena es doctor en derecho, escritor y analista político con experiencia en el sector público y privado. Su nuevo libro es “Cómo jugar al ajedrez Sin dados: Una guía para leer la política y entender a los políticos”

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