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¿Recuerdan cuando en 2016 Barack Obama nominó a Merrick Garland para un puesto en la Corte Suprema de Estados Unidos? Los republicanos, que entonces controlaban el Senado, no celebraron ninguna audiencia sobre la nominación y esta murió cuando los demócratas perdieron la Casa Blanca unos meses después. Garland fue confirmado en 2021 como fiscal general de la administración Biden.
La mayoría del Senado tomó la decisión correcta en 2016. Tomó la decisión equivocada en 2021. Iré un paso más allá e invitaré al Senado a rectificar su error y a destituir a Garland ahora.
Los demócratas, que solo están a favor de la democracia cuando ganan, lloraron cuando Garland no pudo conseguir una audiencia en 2016. Han llorado por ello desde entonces. Esto solo demuestra lo poco que saben o les importa la Constitución.
La ley suprema del país no dice: “El Senado debe confirmar a los nominados del presidente”. Ni tampoco dice: “El Senado debe celebrar una audiencia sobre los nominados del presidente”. Le da al Senado el poder de “aconsejar y consentir” como considere oportuno. En 2016, al no celebrar audiencias, el Senado hizo precisamente eso. Indicó al presidente que no le interesaba mucho su candidato y que no consideraría darle su consentimiento.
Dos años antes, en 2014, los republicanos tomaron el control del Senado. Es concebible que una cosa que los votantes estaban diciendo entonces es: “No queremos más nominados judiciales de extrema izquierda de Obama”. Lo volvieron a decir en noviembre de 2016, apenas unos meses después de la fallida nominación de Garland.
Se llama “proceso democrático”.
En mi estado de Georgia, el Partido Demócrata acaba de nominar a la payasa delirante Stacey Abrams para gobernadora — nuevamente. Sin logros en nada, perdió en 2018 por 55,000 votos, pero nunca lo admitió. Al parecer, cree que se presenta a la reelección. Sin más razón que su color de piel y su reclamo de victoria cuando perdió, Joe Biden la puso en su lista de candidatos a vicepresidente. (Perder cualquier cosa frente a Kamala Harris debe ser lo más vergonzoso posible, pero en este caso fue bien merecido). El partido del idiota debería cambiar su nombre por el de Partido Antidemocrático si le queda algo de honestidad.
¿Hay buenas razones para impugnar a Merrick Garland? Sí, muchas. Para empezar, es el peor fiscal general demócrata desde el último. Pero aquí hay una razón que es más que buena.
La Sección 1507 del Título 18 del Código de los Estados Unidos, dice lo siguiente:
Quien, con la intención de interferir, obstruir o impedir la administración de justicia, o con la intención de influenciar a cualquier juez, jurado, testigo o funcionario de la corte, en el cumplimiento de su deber, haga piquetes o manifestaciones en o cerca de un edificio que albergue una corte de los Estados Unidos, o en o cerca de un edificio o residencia ocupada o utilizada por dicho juez, jurado, testigo o funcionario de la corte… será multado bajo este título o encarcelado por no más de un año, o ambos.
La semana pasada, los manifestantes que exigen el derecho a asesinar a los no nacidos se presentaron frente a las residencias privadas de los jueces de la Corte Suprema. ¿Su objetivo? Intimidar a los jueces para que cambien su opinión mayoritaria que, según un borrador recientemente filtrado, podrían emitir pronto. Esto es inmoral e ilegal, pero el Departamento de Justicia bajo Merrick Garland no ha hecho nada.
Cuando el jefe de las fuerzas del orden del país es atrozmente negligente, hasta el punto de tolerar amenazas ilegales contra los jueces, es hora de que se vaya. Y en noviembre, podemos esperar que el partido que aprueba su anarquía sea aplastado también en las urnas. Es lo “democrático” que hay que hacer.
(El miércoles 11 de mayo por la noche, el Departamento de Justicia anunció que el fiscal general ha ordenado reforzar la seguridad de los jueces de la Corte Suprema. Sin embargo, no anunció ninguna acción contra los manifestantes que violaron o planean violar la Sección 1507 del Título 18 del Código de los Estados Unidos al manifestarse en las residencias de los jueces).
Lawrence writes a weekly op-ed for El American. He is President Emeritus of the Foundation for Economic Education (FEE) in Atlanta, Georgia; and is the author of “Real heroes: inspiring true stories of courage, character, and conviction“ and the best-seller “Was Jesus a Socialist?“ //
Lawrence escribe un artículo de opinión semanal para El American. Es presidente emérito de la Foundation for Economic Education (FEE) en Atlanta, Georgia; y es el autor de “Héroes reales: inspirando historias reales de coraje, carácter y convicción” y el best-seller “¿Fue Jesús un socialista?”