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Reabren escuelas para niñas afganas pese a restricciones de talibanes

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ALGUNAS ESCUELAS secundarias femeninas del este de Afganistán han reabierto sus puertas más de un año después de que los talibanes y su Gobierno de facto prohibieran la asistencia de las niñas de grados 7 a 12.

Los habitantes y los profesores de la región oriental de Paktya han tomado la iniciativa de reabrir al menos cinco escuelas secundarias. Los talibanes no han participado en la reapertura de las escuelas.

“Es una decisión del pueblo y de los profesores. El gobierno local y la dirección de educación de la provincia de Paktya no están implicados ni hemos dicho nada para mantener a las escuelas cerradas”, dijo el martes a EFE el director de información y cultura de Paktya, Khaliqyar Ahmadzai.

Los mensajes de celebración inundaron las redes sociales ante la noticia de la reapertura de las escuelas secundarias para niñas. Activistas y estudiantes esperan que más provincias se animen a abrir sus escuelas sin la aprobación de los talibanes.

“La apertura de las escuelas demuestra el amor de nuestro pueblo por la educación. Revivirá las esperanzas rotas de todas las niñas”, tuiteó el exgobernador de la provincia oriental de Nangarhar, Ziaul Haq Amarkhil.

El político reconvertido en activista esperaba que las niñas volvieran pronto a “disfrutar de sus derechos básicos”.

Los talibanes habían anunciado que permitirían a las niñas de más de grado 6º volver a las escuelas el 23 de marzo, primer día del curso escolar en Afganistán tras las vacaciones de invierno.

Sin embargo, el régimen islamista incumplió su promesa y prohibió a las niñas de las clases 7 a 12 asistir a las escuelas.

Los islamistas dijeron que habían cerrado temporalmente las escuelas para niñas para “adaptar” su educación a la ley islámica o sharía, mientras que la escuela primaria había permanecido abierta para todos.

Permitir que las niñas de todas las edades asistan a las escuelas ha sido una de las exigencias más importantes planteadas por la comunidad internacional tras la llegada al poder de los islamistas.

La comunidad internacional ha exigido a los talibanes que garanticen los derechos de todos los afganos, especialmente de las mujeres, para restablecer el flujo de ayuda humanitaria en el país asolado por la guerra.

La comunidad internacional ha seguido de cerca al régimen talibán, con la esperanza de que los nuevos gobernantes se distancien de la línea dura del régimen islamista de 1996 a 2001. Los entonces gobernantes talibanes habían prohibido la asistencia de las niñas a las escuelas y las mujeres permanecían confinadas en sus hogares.

En mayo, el Gobierno talibán formó un comité de nueve miembros para facilitar la reapertura de las escuelas secundarias para niñas, sin que hasta el momento haya habido avances.

Paktya se sumó así a la provincia norteña de Balkh, que nunca cerró sus escuelas para niñas, según declaró el martes a EFE el director provincial de Información y Cultura, Zabiullah Rohani.

“Desde la caída del Gobierno anterior, nunca se han cerrado las escuelas secundarias femeninas”, dijo Rohani.

La provincia del norte es étnicamente diferente del sur y al este de Afganistán, dominados por los pastunes, la misma sociedad étnica de la que proceden los talibanes. Allí hay una fuerte presencia de tayikos, turcomanos y uzbekos, considerados más progresistas en cuanto a los derechos de las mujeres.

Hace unos días, el secretario general de la ONU, António Guterres, recordó en Twitter cómo “las niñas en Afganistán siguen sin poder ir a clase”. “Es una violación injustificable de la igualdad de derechos que perjudica a todo el país. Las niñas deben estar en la escuela”, dijo.

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