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ISIS resurge como amenaza terrorista significativa

ISIS

El embajador retirado israelí Zvi Mazel explica en un reporte del Geostrategic Intelligence Service GIS como ISIS:

“Fue influenciado por la Hermandad Musulmana, creada en Egipto en 1928” y cuyos llamados a “revivir el Califato cayeron en terreno fértil en un mundo árabe humillado”, por lo que “en las primeras elecciones libres realizadas tras la Primavera Árabe de 2011, los Hermanos Musulmanes llegaron al poder en Egipto, Túnez y Libia (…) Daesh (ISIS) es la rama de este despertar islámico que (…) en todo el Medio Oriente (…) envió asesores y comandantes, les suministró armas de contrabando (…) Arabia Saudita finalmente erradicó la amenaza, y Egipto está en proceso de sofocar la insurgencia del Sinaí. Libia no ha podido hacerlo, y tampoco Somalia (…) sigue activo en Pakistán y Afganistán” y “en la región del Sahel de África Occidental (…) porque “la ideología de Daesh está profundamente arraigada en la tradición y la cultura islámicas, lo que dificulta que los estados árabes la erradiquen”

Advierte acertadamente Mazel como los ataques del 20 de enero en Al-Hasakah muestran que: 

“Daesh no está resurgiendo de sus cenizas, nunca desapareció (…) Estados Unidos y sus aliados (…) estaban ciegos al hecho de que el islam radical podía y logró escapar de los confines del Medio Oriente y desafiar a los servicios de inteligencia de los países occidentales y del mundo en general”

En su comunicado del 9 de febrero la Coalición Global para Derrotar a ISIS, liderada por Estados Unidos, afirmaba que:

“Los eventos recientes en Siria subrayan tanto el éxito que continuamos teniendo en degradar el liderazgo de Daesh/ISIS como la amenaza continua que el grupo terrorista representa en la región y más allá”.

El 20 de enero alrededor de 200 terroristas de Daesh atacaron la prisión de al-Sina’a en Al-Hasakah al noreste de Siria, intentando liberar a sus combatientes prisioneros de las Fuerzas de Defensa de Siria (SDF). Los terroristas combatieron una semana a las SDF que retomaron el control  de Al-Hasakah con apoyo aéreo de los Estados Unidos. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos reportó 159 víctimas: 107 entre prisioneros y combatientes de Daesh y 45 de las SDF. Finalmente fueron recapturados 800 prisioneros fugados.

ISIS
Los miembros del EI que acaban de rendirse a las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF) son detenidos en la prisión de Ghwayran en Hassakeh, noreste de Siria, el 26 de enero de 2022. Las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF) respaldadas por Estados Unidos anunciaron el 26 de enero que habían recuperado la prisión de Ghwayran en Hassakeh un semana después de que los combatientes del EI atacaran la prisión de al-Hasaka. EFE/EPA/AHMED MARDNL

Aunque cayó el califato islámico de Abu Bakr al-Baghdadi que controló efímeramente  un tercio de Irak y parte del noreste de Siria, 200 terroristas de Daesh todavía tienen capacidad logística para combatir una semana en Al-Hasakah. Corresponsales del New York Times (NYT) en Bagdad y Beirut destacaron que simultáneamente atacaron una guarnición en Diyala matando a 11 soldados.

Pese a otras exitosas políticas hacia el medio oriente, la administración Trump se equivocó al retirar  el grueso de su tropas de Siria limitando su apoyo a unas SDF integradas por combatientes kurdos, entrenadas y armadas por Estados Unidos, que tras derrotar al califato controlan un tercio de Siria, (establecieron la región autónoma kurda de Rojava) y en marzo de 2019 capturaron el último bastión de ISIS, Al-Baghuz.

Caído Al-Baghuz, Washington, Moscú y Teherán, asumieron que ISIS estaba acabado. Solo quedan 700 soldados americanos en territorio kurdo y 200 en la frontera de Irak y Jordania. Turquía aprovechó la reducción de tropas americanas para invadir la zona Kurda de Afrin al norte de Siria. Moscú se limita a ataques aéreos para mantener abiertas las vías principales y Teherán se concentra en empujar a los kurdos más allá del Éufrates para tomar los campos petroleros.

Mientras tanto, los terroristas de Daesh se dispersaban entre la población y se replegaban al desierto para  reorganizarse, proclamar el 10 de marzo a su nuevo califa, Abu al-Hassan al-Hashimi al-Qurashi y   seguir atacando áreas poco pobladas, recaudando impuestos, colocando bombas en las carreteras e intentando ahora liberar a sus miles de combatientes prisioneros.

El fantasma de ISIS no desaparecerá mientras en Irak y Siria no existan fuerzas capaces de restablecer el orden y combatir al Daesh hasta eliminarlo. El limitado apoyo militar, humanitario y diplomático de Washington a sus aliados Kurdos está permitiendo un resurgimiento de Daesh que puede arrastrar a los Estados Unidos a otra guerra en la que su aliado más confiable sobre el terreno seguirían siendo las SDF.   

Guillermo Rodríguez is a professor of Political Economy in the extension area of the Faculty of Economic and Administrative Sciences at Universidad Monteávila, in Caracas. A researcher at the Juan de Mariana Center and author of several books // Guillermo es profesor de Economía Política en el área de extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Monteávila, en Caracas, investigador en el Centro Juan de Mariana y autor de varios libros

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