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Por Juanita Balenger
Más allá de los tradicionales campos de batalla con poblaciones hispanas en estados como la Florida o Texas, en los últimos ciclos ha surgido un electorado nuevo (y en gran parte sin alcanzar) en las zonas residenciales del norte de Virginia.
Las comunidades hispanas y latinas desde Arlington hasta Alexandria, Fairfax y más allá, que a menudo representan la segunda población más grande en esas ciudades y están compuestas predominantemente por inmigrantes centroamericanos, tienen el potencial y, de hecho, la probabilidad de cambiar los distritos sólidamente azules hacia candidatos con sentido común como Karina Lipsman.
Nacida en Ucrania y americana de primera generación que salió de la pobreza en la ciudad de Baltimore para convertirse en una veterana de 14 años en las comunidades de inteligencia y seguridad nacional de USA, Karina representa el culmen del Sueño Americano.
Como tal, sus posiciones políticas reflejan esa experiencia inmigrante única compartida por las crecientes comunidades hispanas del norte de Virginia, y tienen un amplio atractivo bipartidista para aquellos cuyas principales preocupaciones son alimentar a sus familias, brindarles a sus hijos una educación cualitativa y mantener a sus comunidades seguras y libres de delincuencia.
Como residente hispana del norte de Virginia, el enfoque de Karina Lipsman en los problemas cotidianos resuena profundamente en mí y en otros miembros de mi comunidad. El enfoque de Karina en la reducción de la inflación, la reducción de impuestos y regulaciones a través de su célebre Compromiso de Protección del Contribuyente y el incentivo de la fabricación estadounidense encuentran un amplio apoyo entre las comunidades latinas trabajadoras y de mentalidad empresarial del norte de Virginia.
De la misma manera, el apoyo vocal de Karina a las alternativas vocacionales y técnicas a los caminos educativos tradicionales ayuda a fomentar ese espíritu innovador que es emblemático de los valores de los inmigrantes hispanos.
Al igual que en otras comunidades de inmigrantes muy unidas en USA, la cultura hispana valora enfáticamente la educación y, más importantemente, el derecho de los padres a conocer y elegir la calidad de educación que su hijo merece.
Conozco el valor de la elección de escuela y la potencia de una educación pública de alta calidad, un tema que Karina Lipsman ha defendido incansablemente en su intento de convertirse en la próxima defensora del distrito 8 en el Congreso. Su compromiso de poner a los estudiantes y los padres primero no solo es una posición ampliamente aceptable entre los latinos, sino que a menudo ofrece la más amplia gama de oportunidades para que los niños de grupos minoritarios mejoren su estatus socioeconómico en este país.
El fuerte e inquebrantable sentido de los valores familiares de los hispanos también se extiende a sus percepciones sobre la seguridad pública y la vigilancia. Las comunidades latinas por alrededor dell país apoyan abrumadoramente un mayor financiamiento policial y mejores relaciones con la policía.
De hecho, en el vecino distrito 7 de Virginia, los votantes nominaron por una mayoría aplastante a la ex-oficial de policía salvadoreña-americana Yesli Vega para desafiar a la congresista titular Abigail Spanberger, en gran parte impulsados por una amplia preocupación hispana sobre los problemas de orden público en los suburbios de Richmond.
De igual manera, Karina se comprometió a abordar las preocupaciones de los electores sobre el aumento de la delincuencia en el distrito 8 al financiar y equipar de manera significativa a las fuerzas policiales locales con las herramientas que necesitan para mantener seguras a nuestras comunidades.
Como hispanoamericana, tengo claro que Karina Lipsman es la única opción atractiva para ser la próxima miembro del Congreso del norte de Virginia. A ella le importa lo que le importa a sus electores latinos, y efectivamente, lo que a cualquier votante razonable, de cara a las elecciones intermedias de 2022.
Las soluciones de sentido común de Karina para la inflación, el crimen y la seguridad pública, y la educación de calidad, cuentan con un amplio apoyo de las florecientes comunidades hispanas del norte de Virginia, cuyos medios de subsistencia y estructuras familiares se ven amenazados por la grave mala gestión económica del presidente Joe Biden y su facilitador local, el congresista Don Beyer. Es hora de que los latinos del norte de Virginia hagan oír su voz, se aborden sus insatisfacciones y se responsabilice a sus representantes electos. Es hora de que los hispanos voten por Karina Lipsman.
Juanita Balenger es una líder y activista de base desde hace mucho tiempo en el norte de Virginia. Hija de madre cubana, Juanita nació en Washington, DC. Los abuelos maternos de Juanita fueron puestos bajo arresto domiciliario por el régimen de Fidel Castro. Juanita participa activamente en su comunidad como Presidenta de su Asociación Comunitaria; Presidenta electa del Club Rotario de Bailey’s Crossroads; y miembro de la Asociación de la Academia de Policía de Ciudadanos del Condado de Fairfax.
