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El 25 de septiembre del 2015, John Boehner, por entonces portavoz de la Cámara de Representantes, anunció públicamente su renuncia. Dos días después, un tal Kevin McCarthy anunció su intención de sucederlo. Luego de semanas de idas y vueltas en el caucus, el californiano no consiguió los votos suficientes, por lo que los republicanos tuvieron que convencer a alguien que no quería el puesto, Paul Ryan.
En aquel entonces, McCarthy no pudo convencer a los miembros del Freedom Caucus, en ese entonces comandado por Jim Jordan. Este atenuante, sumado a sus dichos sobre la investigación de Benghazi y una polémica noticia sobre su vida privada, provocaron que optara por no buscar el cargo, lo que anunció el 8 de noviembre del 2015.
Su decisión sorprendió a gran parte de los miembros republicanos de la cámara, que tuvieron que ir a buscar, en palabras del propio McCarthy, una “cara nueva”. Los días fueron pasando y el nombre de un viejo conocido empezó a retumbar en los pasillos del Congreso. Además de ser el compañero de fórmula de Mitt Romney en 2012, Paul Ryan llevaba 16 años en la Cámara Baja. Sin embargo, su candidatura se encontró con un pequeño problema: el hombre no quería el puesto.
Esta negativa no fue sorpresa para nadie. Ser el portavoz de la Cámara no es precisamente algo que desespere a los miembros del Congreso. Por ejemplo, cuando se le preguntó al por entonces representante Mac Thornberry si quería el puesto, su respuesta fue “prefiero ser vegetariano”.
“Si bien estoy agradecido por el aliento que he recibido, no seré candidato”, expresó Ryan de inmediato, luego de escuchar que estaba siendo considerado para reemplazar a Boehner. A pesar de esta negación inicial, sus colegas lo presionaron de a poco para que accediera a candidatearse, como cuando un grupo de amigos intenta convencer al que no quiere salir de fiesta una noche.
Con el visto bueno del Freedom Caucus, el 20 de octubre Ryan llamó a una conferencia de prensa para comunicar su decisión. Aseguró que solo estaría dispuesto a aceptar el trabajo si podía servir “realmente una figura unificadora” para el partido.
Casi un mes después del anuncio de Bohemer y, tras solo una ronda de votación, Nancy Pelosi se acercó al micrófono y expresó lo siguiente: “Es para mí un privilegio entregar este mazo al portavoz de la Cámara de Representantes, el congresista y honorable Paul Ryan.
¿Cuál es la moraleja de esta historia? Alguien que no quería el puesto, que tenía cero interés en el trabajo, terminó por aceptar ser portavoz para unificar el partido. Casi ocho años después, la Cámara Baja está rumbo a una novena votación para elegir a su portavoz y el nombre de Kevin McCarthy otra vez está en el ojo de la tormenta.
En esta oportunidad, la situación es muy distinta. El californiano cuenta con el apoyo de la mayoría del caucus, incluso con el respaldo del expresidente Donald Trump. Sin embargo, producto de la escasa mayoría republicana en la Cámara, un grupo de 20 congresistas se resiste a entregarle el mazo a McCarthy.
Una y otra vez, el grupo votó en conjunto por otro candidato. Primero fue Jim Jordan, luego Byron Donalds y posiblemente después venga otro. A pesar de haber negociado sus condiciones por casi una noche, su negativa a aceptar a McCarthy parece muy difícil de cambiar.
En este escenario, si bien todavía respaldan al californiano, algunos republicanos empezaron a pensar en otras alternativas en caso de que McCarthy opte por no seguir adelante con su candidatura. Si bien esta opción es muy poco probable, no hay que descartar nada.
Los ojos puestos en Steve Scalise (solo por si acaso)
Si no es Kevin McCarthy, ¿entonces quién? Es una pregunta más que justa dado el contexto de negación hacia su candidatura. La opción más obvia es alguien que, al igual que Ryan, tampoco quiere el puesto. Steve Scalise (R-LA) es el segundo en el liderazgo republicano y seguramente contentaría más al grupo de republicanos desertores, pero ya ha firmado una y otra vez su lealtad hacia McCarthy.
Al igual que Jim Jordan, Scalise podría ser más atractivo para el grupo de “nunca Kevin”, pero no parece tener intención alguna en arrojar su nombre sobre la mesa, al menos que McCarthy decida dar un paso al costado.
Otras alternativas que suenan son las de Kevin Hern (R-OK) y Patrick McHenry (R-NC), ambos presidentes de comités una vez que abra el nuevo Congreso.
Joaquín Núñez es licenciado en comunicación periodística por la Universidad Católica Argentina. Se especializa en el escenario internacional y en la política nacional norteamericana. Confeso hincha de Racing Club de Avellaneda. Contacto: [email protected] // Joaquín Núñez has a degree in journalistic communication from the Universidad Católica Argentina. He specializes in the international scene and national American politics. Confessed fan of Racing Club of Avellaneda. Contact: [email protected]