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Biden obliga a los trabajadores latinos a financiar la deuda estudiantil de los más privilegiados

Cancelación deuda estudiantil Biden

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CHRISTIAN Medina (29) es un inmigrante latino que llegó hace varios años a New York en busca de nuevas oportunidades. Como muchos latinos, consiguió trabajo en el negocio de la construcción; allí empezó desde abajo, como ayudante, con un inglés muy limitado y con demasiado camino por delante para subir de posición.

Pasaron los años y ahora Medina no es más ayudante. De hecho, es encargado de una obra de construcción en NYC, su inglés mejoró notablemente y ahora puede soñar en un futuro con invertir y engrosar sus ahorros. Algo que sería casi imposible para un albañil o incluso un ayudante de obras en Latinoamérica. Sin embargo, a pesar de que la economía americana le ofrece estas oportunidades a Medina, la Administración Biden le pone trabas en su camino, especialmente con su más reciente y controvertida decisión: cancelar la deuda estudiantil.

“Yo estoy agradecido con Estados Unidos, un país donde gozo de libertad y oportunidades. Sin embargo, hay gente que no puede ir a la facultad, especialmente migrantes latinos, yo mismo no voy a poder ir porque tengo deudas y debo trabajar para pagarlas. No tengo ese alcance”, le dice Medina a El American. “No veo justo que tenga que pagar impuestos para pagarle la universidad a los hijos de las personas que sí tuvieron esa oportunidad”.

“Ya yo pago una buena cantidad de impuestos semanales, ¿ahora me van a seguir quitando más dinero? No me parece justo. Ya la inflación me está pegando bastante como para agregar más presión a mi bolsillo”, dice el encargado de construcción, con una lógica que manejan los expertos y economistas en los principales medios nacionales.

Por ejemplo, Daniel Garza, presidente de la organización LIBRE, escribió una columna en el New York Post titulada Los latinos de clase trabajadora están rescatando a los ricos con el pago de préstamos estudiantiles de Biden.

Garza explica en su artículo que asistir a la universidad, para los latinos, es prácticamente un lujo que no todos pueden darse. De hecho, lo más normal es que los padres hispanos trabajen arduamente, ahorren y monten un negocio para en un futuro pagarles los estudios a sus hijos. Pero no todos pueden; muchos, en cambio, se dedican a emprender, se especializan en un oficio o se ganan la vida con un empleo de servicios.

Por supuesto que estudiar, emprender o trabajar honradamente es de gran mérito; en definitiva, el ser humano va tomando decisiones conforme a sus posibilidades, intentando mejorar su propio contexto y realidad, sin embargo, no es justo que otros paguen por tus decisiones, o al menos eso es lo que cree Garza.

“Ambos caminos [emprender o estudiar] tienen mérito y pueden ser celebrados. Pero el plan del presidente Joe Biden de cancelar por orden ejecutiva aproximadamente medio billón de dólares en deuda de préstamos estudiantiles para individuos que ganan hasta 125,000 dólares al año y parejas que ganan hasta un cuarto de millón de dólares es mala economía y mala política. También es increíblemente injusto”, dice Garza en su columna.

04/03/2020.- Una persona espera su pedido en el puesto de comida Nixtama ubicado en el interior de Essex Market, el mercado más grande de New York en el vecindario del Bowery, en el bajo Manhattan. Los latinos con emprendimientos, gracias a las últimas decisiones de los demócratas, verán como la suba de impuestos recae sobre su bolsillo. (EFE)

¿Y por qué es injusta? Porque en la práctica, el dinero que usará el Gobierno para pagar esta decisión unilateral, de dudosa autoridad legal, lo sacará del bolsillo de los contribuyentes. El aumento del gasto público y de la alta deuda se va pagando mediante el aumento de impuestos que afecta especialmente a los americanos de clase baja y media, léase: los trabajadores que ahora están sufriendo las consecuencias de la inflación y una economía que entró técnicamente en recesión.

“A medida que crezca el gobierno y el gasto federal aumente por ende esto implica que habrá menos libertad económica. Cuando esto pasa, la comunidad Latina es afectada negativamente”, explicó Daniel Garza a El American, en una conversación a propósito de su columna en el New York Post.

“Como todos sabemos, la mayoría de la comunidad Latina –incluyendo la comunidad migrante de Latinoamérica– desea trabajar y proveer para su familia. Pero si el gobierno federal sigue gastando dinero que no tenemos, subiendo los impuestos a más y más americanos, y el rol del gobierno empieza a figurar más y más en nuestras vidas, no nos deberíamos sorprender si hay menos libertad económica y menos oportunidad para la comunidad hispana de este país”, siguió el presidente de LIBRE.

Y es que este nuevo gasto público, según un cálculo actualizado de Penn Wharton Budget Model, un grupo de economistas y científicos de datos de la Universidad de Pensilvania que analizan las políticas públicas y su impacto económico y fiscal, podría costar unos 519.000 millones de dólares.

En un análisis publicado por Juan Felipe Vélez, el analista económico de El American, se lee que “El costo del perdón de deudas de Biden equivale al costo de todas las transferencias hechas por el programa de Asistencia Temporal para las Familias en Necesidad (TANF) desde el año 2,000”.

En definitiva, la condonación de Biden equivale a mucho dinero; un gasto que pesa todavía más teniendo en cuenta el difícil contexto económico que afronta el país, con la inflación más alta en los últimos 40 años, y considerando que, la medida beneficia desproporcionadamente a personas que tienen solvencia financiera.

“Si queremos que esto cambie, tenemos que eliminar —o por lo menos— disminuir el papel del gobierno cuando se trata de los prestamos estudiantiles”, dijo Garza a El American. “Simple y sencillamente, no es justo que el contribuyente pague los prestamos estudiantiles de una pequeña minoría de la población americana, mientras el resto de la población (incluyendo aquellos que no asistieron una escuela universitaria o sacaron prestamos estudiantiles) paguen la cuenta”.

Y la clase trabajadora, especialmente los latinos, van a pagar esa cuenta

En 2021 la Casa Blanca informó que el ritmo de creación de empresas hispanas en Estados Unidos incrementó un 23 % con respecto a niveles anteriores a la pandemia, una cifra de que demuestra el fuerte impacto que tiene la actividad empresarial latina en la economía americana.

En junio de 2022, una investigación encargada por QuickBooks arrojó que hasta 4 millones de latinos quieren crear nuevas empresas, entre las razones que citaba el estudio se mencionó que muchos hispanos quieren ser sus propios jefes, uno de cada tres mencionó que la falta de otras oportunidades les motivaba a abrir un negocio y un 28 % consideró que emprendiendo aprovechaban mejor sus habilidades.

Sin embargo, sorpresivamente, el 44 % dijo que quería diversificar sus ingresos para así paliar los efectos de la inflación en sus finanzas. Es decir, poco menos de la mitad afirmó querer emprender para esquivar la bala inflacionaria.

30/11/2020.- Fotografía del 27 de noviembre donde aparece un cliente comprando en Back of the Yards Coffee, una cafetería cuyos dueños son de origen hispano en un vecindario con una creciente población latina en el lado sur de la ciudad de Chicago, Illinois. (EFE)

Evidentemente, emprender en un contexto inflacionario y de recesión acompleja el proceso de levantar un negocio; que ya de por sí es bastante difícil. Y con la condonación de la deuda estudiantil y la recién promulgada “Ley de Reducción de Inflación” —que paradójicamente aumentará notablemente el gasto público y no reducirá la inflación— la economía se resentirá aún más.

Esto cobra relevancia porque el problema de la condonación no se limita únicamente al problema de aumentar el gasto público en el presente, sino en su impacto futuro, que afectará tanto a los viejos como a los nuevos emprendedores, como a la clase trabajadora en general.

Daniel DiMartino, fellow de la Job Creators Network, en conversación con El American dijo que “la primera cosa” que cree “mucha gente no está reportando sobre este tema, el perdón de la deuda estudiantil, es que los $10,000 no es la principal medida de la orden ejecutiva. Lo principal es que cambiaron las reglas sobre lo que se llama Income-Based Repayment (IBR), que son los préstamos estudiantiles que se pagan en proporción de tu ingreso”.

“Antes lo que la gente hacía —y esto es para los futuros prestamistas, no solo los pasados— era que tenía que pagar el 10 % de su ingreso encima del 150-125 % de la línea de la pobreza. Todo lo adicional de eso un 10 % y después de 20 años te perdonaban de deuda si te quedaba. Ahora solo hay que pagar el 5 % de los ingresos encima del 225 % de la línea de la pobreza”, explicó DiMartino. “Es decir una persona que gane un sueldo promedio, digamos de 55mil dólares al año, después de 20 años solo va a haber pagado 25mil dólares de préstamo así haya pedido 200mil dólares. Entonces hay un incentivo gigantesco a pedir muchísimo dinero prestado y nunca lo van a pagar de nuevo”.

En consecuencia, DiMartino señala “que esto va a generar muchísimo gasto a futuro y disminución de los ingresos”, además de “subsidiar muchísimo a las carreras” que producen “poco dinero y es básicamente un impuesto a las carreras que ganan mucho más dinero”.

El fellow de la Job Creators Network explicó que los incentivos son muy contradictorios, pues se beneficia a las personas, quizás más acomodadas, que estudian carreras que no les va a producir tanto dinero y lo hacen por gusto: inglés, historia o ciencias sociales. En cambio, se castiga, en cierta medida, a las personas que estudian buscando mejorar su situación socioeconómica, que es el caso de muchos latinos que con mucho esfuerzo van a las universidades en busca no solo de aprendizaje, sino de conseguir oportunidades laborales-económicas para su futuro y el de su familia.

04/03/2020.- Fotografía del 28 de febrero donde aparece la fachada de Puebla Mexican Food ubicada en el interior de Essex Market, el mercado más grande de Nueva York en el vecindario del Bowery, en el bajo Manhattan. (EFE)

¿Y cuál es la solución para esta deuda estudiantil?

DiMartino coincide con Garza en que parte de la solución a este problema es que el Gobierno deje de inmiscuirse en el asunto y pare de aumentar el gasto público innecesaria e injustamente.

“El 90 % de los préstamos actuales universitarios son del Estado y ya son subsidiados. La tasa de interés de un préstamo por un pregrado es del 5 % apenas, ninguna empresa ni siquiera con colateral puede conseguir un préstamo del 5 %, este es un préstamo sin colateral que el Gobierno está dando ya subsidiado y estamos perdonando esa deuda”, explicó DiMartino.

“La solución es que el Gobierno no tiene porqué subsidiar la deuda estudiantil, debería ser un sistema privado donde los bancos puedan (…) dar tasas menores a las personas con mejores notas, que le dan tasas mayores a las personas que probablemente no paguen mucho más en el futuro y así la gente pague el costo verdadero de los retornos de su educación y tome riesgos que son reales. No riesgos subsidiados del Estado que generan estos malos incentivos”, continuó.

El fellow de la Job Creators Network además comentó que, si el Gobierno deja de intervenir con la deuda estudiantil, las personas de menores recursos no se verán afectadas. En efecto, podrían beneficiarse más; porque lo que ahora está promoviendo la Administración Biden es aumentar el gasto público para condonar las deudas de las personas más privilegiadas de la sociedad y no a los que no tienen posibilidad de acceder a la educación superior.

“Eso está muy, pero muy mal”, afirmó DiMartino.

En definitiva, lo que acaba de hacer el presidente es, de un plumazo, irse contra la clase trabajadora del país; especialmente las minorías, como los latinos, y congraciarse con la clase privilegiada. Todo ello sin importarle lo más mínimo el contexto económico y a meses de unas elecciones que, según las encuestas, no serán favorables para el partido de Gobierno. Una decisión considerada por muchos como un chantaje electoral que le saldrá muy caro a los americanos y, sobre todo, a los latinos.

Emmanuel Alejandro Rondón is a journalist at El American specializing in the areas of American politics and media analysis // Emmanuel Alejandro Rondón es periodista de El American especializado en las áreas de política americana y análisis de medios de comunicación.

Contacto: [email protected]

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