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El domingo 5 de junio se renovaron 6 gubernaturas en México y se confirmó el avance de la alianza del oficialismo. Los grupos sometidos al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) absorben cada vez más espacios de poder, sumando una mezcla de pragmatismo político, captura de estructuras, uso indiscriminado de la estructura de gobierno e, incluso, como lo denunció Porfirio Muñoz Ledo, acuerdos inconfesables con el crimen organizado.
¿Qué pasó en las elecciones del 5 de junio?
- – Por las buenas o las malas, Morena (el partido de López Obrador) y sus aliados lograron capturar las gubernaturas de Tamaulipas, Hidalgo, Oaxaca y Quintana Roo, sumando un total de 2.73 millones de votos.
- – Del otro lado, los candidatos de la alianza opositora “Va Por México” (que integra al PAN, PRI y PRD) lograron conservar apenas 2 gubernaturas: Aguascalientes y Durango, sumando aproximadamente 1.96 millones de votos.
- – Y, en el tercer carril, el partido Movimiento Ciudadano, que coquetea con la oposición, pero no se ha integrado formalmente en la alianza, sumó 238 mil votos.
- – Es decir: sumando los 6 estados, el oficialismo consiguió aproximadamente el 54 % de los votos, Va por México se quedó con el 39 % y Movimiento Ciudadano con el 4.7 %.
¿Qué implican estos resultados?
El avance de Morena y sus aliados es evidente. Antes de las elecciones del 2018 no tenían ninguna gubernatura, ahora, los obradoristas controlarán un total de 22 estados, cuyas maquinarias de movilización podrán dirigir a placer para respaldar al candidato que López Obrador designe como su sucesor en la Presidencia de la República.
Es evidente que López Obrador está negociando con los gobernadores opositores, a quienes el régimen les ofrece embajadas e impunidad a cambio de que entreguen sus estados. Los efectos de esa alianza son demoledores y fueron particularmente claros en el estado de Hidalgo: durante casi 100 años había sido uno de los grandes bastiones del PRI, ahora Morena le ganó por 2 a uno a la candidata priísta que representó a la alianza opositora.
El próximo año se renuevan otras 2 gubernaturas: Coahuila y el Estado de México (que, por cierto, tiene el padrón electoral más grande del país) y en ambas el escenario pinta para un triunfo de Morena que, de este modo, llegaría al 2024 con el control del 75 % de las entidades del país.
¿Cómo cambian estas elecciones el panorama político en México?
Estos resultados le dan un mayor margen de maniobra política del presidente de México para seguir consolidando la imagen victoriosa de su régimen y para contar con mayores parcelas burocráticas que luego pueda utilizar para repartirle favores a sus aliados. Ese juego de equilibrios está en el centro de la estrategia de López Obrador, porque el éxito de su sucesión depende, en muy buena medida, de que sea capaz de mantener alimentados los bolsillos y las esperanzas de sus aliados.
A nivel nacional y a corto plazo, no cambiará mucho. Sin embargo, conforme se acercan las elecciones del 2024 cada estado que esté en manos del nuevo régimen obradorista será una palanca muy poderosa para la maquinaria presidencial.
Morena asfixia a México, ¿y la oposición? Sigue sin entender
A pesar de la contundencia de estos golpes, los opositores parecen decididos a aferrarse a la ilusión de unos triunfos que viven solo en su mente. Un par de ejemplos:
- – El domingo en la noche, el dirigente nacional del PAN salió a celebrar una supuesta victoria para su partido, a pesar de que perdió la mitad de las gubernaturas que puso en juego en estas elecciones.
- – Al día siguiente, el expresidente Vicente Fox fue aún más allá, diciendo que: “Morena perdió 9 millones de los votantes de López. En 2018, López llegó a la Presidencia con 25,1 millones de votos que recibió a través de su partido Morena. En las elecciones de este domingo esta organización consiguió apenas 16,1 millones de votos GRAN VICTORIA PARA VA X MX!!”. Una mentira, porque, como ya vimos, en estas elecciones Morena no consiguió 16 millones de votos, sino 2.7 millones, pero con esos le alcanzó y le sobró para derrotar muy claramente a la alianza opositora.
Ahora bien, es comprensible que a mitad de la batalla los comandantes traten de mantener arriba el ánimo de sus tropas, pero engañarse con un triunfo inexistente es condenarse al delirio, y al fracaso, en un momento en el que México no puede darse el lujo de cerrar los ojos a la verdad.
Esa verdad, difícil de digerir, es que Morena sigue avanzando, alimentándose de resentimientos y ambiciones para anular la resistencia y construir un régimen autoritario que repita y “perfeccione” las características del viejo partido de estado.
Para detener ese proceso, la oposición solo tiene una oportunidad: los comicios presidenciales del 2024, y si en estos meses “Va por México” no construye un candidato y una propuesta extraordinariamente atractiva, los resultados de esas elecciones serán muy similares a los del domingo pasado. Morena mantendrá la mayoría, capturará el estado y México estará de regreso bajo el autoritarismo del siglo XX. Las consecuencias de esa derrota las pagarán millones de mexicanos, quizá incluso durante décadas.
Gerardo Garibay Camarena, is a doctor of law, writer and political analyst with experience in the public and private sectors. His new book is "How to Play Chess Without Craps: A Guide to Reading Politics and Understanding Politicians" // Gerardo Garibay Camarena es doctor en derecho, escritor y analista político con experiencia en el sector público y privado. Su nuevo libro es “Cómo jugar al ajedrez Sin dados: Una guía para leer la política y entender a los políticos”