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Ministra de medio ambiente de Colombia participó en proyecto gasífero con petrolera Shell en Irán

Ministra de Medio Ambiente Susana Muhamad

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La ministra de medio ambiente de Gustavo Petro, Susana Muhamad, participó en el equipo de relaciones públicas de Shell para licenciar un proyecto gasífero en Irán en los yacimientos de South Pars en el mar del golfo pérsico, según documentos revisados por El American. Se trata de un polémico proyecto, con un régimen acusado de violaciones de derechos humanos, al que hasta el mismo Congreso de los Estados Unidos se opuso en su momento.

Desde antes de su elección, Petro prometió liderar una “transición energética” que se ha traducido en un ataque a la industria de los hidrocarburos por encima de integrar nuevas energía renovables. El Gobierno de Colombia ha revocado las licencias para realizar pilotos de fracking en el país, se niega a otorgar nuevos permisos de exploración y quiere poner un impuesto especial a las exportaciones “extraordinarias” de petróleo. Entre los gremios y empresas del sector minero-energético en Colombia reina la incertidumbre.

Para impulsar esa transición, el presidente Petro nombró a dos filósofas en cabeza de dos ministerios fundamentales: Irene Vélez en minas y energía, y Susana Muhamad en medio ambiente.

Susana Muhamad, más experimentada en política que Vélez por haber sido la secretaria de medio ambiente de Petro cuando era alcalde de Bogotá, ha manejado un perfil discreto, pero mantiene una postura radical frente a los hidrocarburos. Paradójicamente, la experiencia de Muhamad con los hidrocarburos contrasta con su postura actualmente.

Antes de incursionar en política y durante sus años de formación, la hoy ministra de medio ambiente trabajó para uno de los mayores conglomerados de petróleo y gas del mundo, la Royal Dutch Shell, o Shell a secas, compañía en la que se mantuvo durante más de 7 años y donde adquirió un amplio campo de experiencia internacional estructurando proyectos en países como Nigeria, Qatar e Irán.

Muhamad, quien en una reciente audiencia pública afirmó que “geológicamente Colombia no es un país petrolero (…) y el fracking no es conveniente”, impulsó proyectos gasíferos en Irán a principio de siglo, pese a las acusaciones contra el régimen de violaciones de derechos humanos y de terrorismo.

El régimen iraní ha sido acusado de financiar grupos terroristas a lo largo del mundo y gran parte de los recursos vienen de la industria de minerales que está en manos de la teocracia de los ayatollahs.

La carrera de Susana Muhamad en Shell

Muhamad cuenta en su hoja de vida que su carrera en la industria de los hidrocarburos comenzó en 2003 como “Analista de Principios Comerciales en los Procesos de Aseguramiento del Grupo Shell”, secundada por el Instituto Danés para los Derechos Humanos. En este cargo, en el que duraría nueve meses, participó en la “investigación de mejores prácticas y limitaciones en la implementación del marco de derechos humanos para los negocios” y asesoró directamente al comité de directivos de Shell sobre el “estado de los principios comerciales” del grupo.

En 2004, Muhamad fue ascendida a consultora de desarrollo sostenible del Grupo Shell, puesto en el que asesoró al grupo petrolero “sobre cómo implementar estándares y procesos sociales y ambientales en el desarrollo de proyectos de capital”.

Como consultora de Shell, Muhamad participó en ‘Game Changer’, un programa de innovación “para crear proyectos de gas y petróleo más integrados al contexto político local, social y ambiental”, que le conllevó tres años de investigación que culminaron en un esquema de $30 millones en ecodiseños para ser implementados en ocho proyectos de Shell a lo largo del mundo.

La ministra menciona que participó en un estudio de impacto social y ambiental para la construcción de una planta de gas natural en Irán y apoyó el proceso de selección de un sitio para ubicar otra planta de gas en Nigeria. Muhamad no especifica nada más de estos dos proyectos en su hoja de vida ni hace mención alguna de otro de sus proyectos, en Qatar.

Hoja de Vida de Susana Muhamad.

Hoja de vida de Susana Muhamad.

En una entrevista con el periodista colombiano Yamid Amat, la ministra de medio ambiente menciona que durante su instancia en Shell conoció Sudáfrica, Nigeria e Irán, duró solo cinco años y se retiró apenas se dio cuenta de que Shell decidió invertir “la plata de innovación en no convencionales”. Durante su instancia en Shell, Muhamad comenta que fundó un capítulo del Polo Democrático —partido de izquierdas en Colombia— en Holanda en 2006.

De su carrera en Shell, más ilustrativa que la hoja de vida de Muhamad resulta su tesis para optar por el título de magister en filosofía en Desarrollo, Planeación y Dirección Sostenible de la Universidad de Stellenbosch titulada: La Corporación Global y su Rol como Fuente de Innovación para el Desarrollo Sostenible.

La tesis de la ministra de medio ambiente Susana Muhuamad y la agenda de Shell en Irán

La tesis de Susana Muahamad plasma en su totalidad la agenda de sostenibilidad de Shell de la época. En 1996, Shell se vio envuelta en un escándalo tras las denuncias de varias organizaciones de derechos humanos que acusaban a la compañía de haber sido cómplice en el asesinato del activista nigeriano Ken Saro-Wiwa y otros 8 líderes de la tribu Ogoni, al haber provisto al ejército nigeriano con vehículos y munición que luego se utilizaron para la ejecución de los activistas africanos el 10 de noviembre de 1995.

Como consecuencia del golpe reputacional, Shell se vio obligada a hacer una reforma institucional en 1997 para recuperar la confianza perdida de sus inversionistas. En resumen, el nuevo marco de responsabilidad de Shell buscaba darle una cara más amigable a la compañía e incorporaba el concepto de desarrollo sostenible entre sus principios.

Las nuevas políticas de la petrolera implicaban mitigar el impacto ambiental y social de sus operaciones, invertir en biocombustibles, o financiar programas sociales, productivos o ecológicos en las comunidades cercanas a sus proyectos, entre muchas otras estrategias destinadas a recuperar la imagen de Shell ante los inversionistas y las autoridades de Estados Unidos, que en 2009 encontraron a la compañía culpable de facilitar el asesinato de los activistas Ogonis.

La reputación de Royal Dutch Shell se vio fuertemente afectada tras haberse visto implicada en el asesinato de líderes Ogoni en Nigeria. (EFE)

La reputación de Royal Dutch Shell se vio fuertemente afectada tras haberse visto implicada en el asesinato de líderes Ogoni en Nigeria. (EFE)

En medio de la transformación corporativa del conglomerado, Muhamad entra a trabajar en el desarrollo del anteriormente mencionado programa ‘Game Changer’, que busca incorporar en el portafolio de Shell “iniciativas innovadoras” de todo tipo.

Aunque Muhamad afirma que se retiró de Shell cuando se enteró que el dinero de las líneas de innovación del Grupo se invirtieron en energías “no convencionales”, ella misma reconoce en su tesis que el programa ‘Game Changer’ destinaba dinero directamente a las líneas de negocios de la compañía y cita como ejemplo la “exploración y producción de gas y energía” entre otros programas del “amplio dominio del grupo, significando aquellos [proyectos] que trascienden un negocio en específico pero pueden hacer una diferencia radical a nivel del grupo”.

Descripción de las líneas de inversión del programa ‘Game Changer’ de Shell. (Tesis de Susana Muhamad)

Muhamad lideró uno de los proyectos del programa ‘Game Changer’: el diseño de una ecoaldea. La ministra de medio ambiente cuenta en su tesis que la idea surgió en 2005, cuando se encontraba consultando a las comunidades pesqueras de las costas de Nigeria para determinar el lugar más apropiado para construir una planta de gas. Entre los espacios que visitó tuvo la oportunidad de conocer un sitio con “playas vírgenes que tenían un gran potencial turístico”, que le recordaron a una ecoaldea en la que habitó durante más de un año en Sudáfrica y cuyo modelo quiso replicar de la mano de Shell.

Consciente de las carencias en infraestructura y servicios públicos de Nigeria, Muhamad determinó que tal sitio turístico no sería posible, por lo que decidió adaptar su idea de ecoaldea a algo más digerible para los ejecutivos de Shell: “Crear un eco-resort de alto perfil para hospedar a los empleados de Shell en el área e inspirar un modelo diferente de desarrollo para el gobierno y comunidades aledañas”.

Tras un año de negociaciones y rondas de capital, Muhamad logró interesar a los directivos de Shell para que destinaran presupuesto para sus “eco-resorts“. Aunque su instancia en Nigeria inspiró este proyecto, por “razones organizacionales” —afirma en su tesis— el primer piloto de su ecoaldea tuvo que realizarse en Qatar.

El piloto en Qatar consistió en la construcción de un complejo residencial de 800 casas para hospedar al staff de los proyectos de gasíferos y petroleros de la zona en alianza con otro gigante del sector, Exxon Mobil.

Shell Group Muhamad

Descripción del partnership con Exxon Mobil en Qatar. (Tesis de Susana Muhamad)

Un segundo proyecto piloto en Irán es mencionado someramente por Muhamad en su tesis, el cual consistió en desarrollar “un concepto de sostenibilidad para la futura construcción de un campo y el reasentamiento de una comunidad pesquera”. Muhamad no menciona la planta de gas natural de Irán a la que hace referencia en su hoja de vida; su tesis fue presentada en noviembre del 2006 y publicada en marzo del 2007.

Susana Muhamad

Descripción del proyecto en Irán. (Tesis de Susana Muhamad)

El negocio de Royal Dutch Shell en South Pars

Las “razones organizacionales” por las que se reubicaron los pilotos de los “eco-resorts” de Muhamad por fuera de Nigeria son nada más que un acuerdo de $4,300 millones entre Repsol y Shell con Irán, que se selló en 2007 para desarrollar las etapas 13 y 14 del proyecto gasífero en los yacimientos South Pars, así como la construcción de una planta de gas natural licuado (LNG).

Los yacimientos de South Pars poseen las mayores reservas probadas de gas natural del mundo. Se encuentran ubicados en el mar del golfo pérsico, compartido por Irán y Qatar.

Por años Shell había intentado construir una relación con las autoridades de Irán para poder perforar los jugosos yacimientos del golfo pérsico, el programa de “ecoaldea pesquera” de Muhamad encajaba dentro de esta gran campaña de relaciones públicas entre el conglomerado petrolífero y el régimen de los ayatollahs.

Debido a las sanciones impuestas por parte de Washington a Teherán, el proyecto para construir una planta LNG en South Pars era el único desarrollo vigente de este tipo de infraestructura que Shell tenía en Irán durante la época en la que Muhamad trabajó para la compañía.

South Pars LNG

Vista satelital de la planta de LNG de la etapa 14 del proyecto South Pars en Irán en el 2022.

Susana Muhamad nunca llegó a ver los resultados de sus estudios de impacto ambiental concretarse, pues la planta de LNG no sería construida por Shell.

El acuerdo de Repsol y Shell con Irán generaba incomodidad en el propio Congreso de los Estados Unidos que advirtió que de ejecutarse las inversiones en el golfo pérsico habría consecuencias para las compañías petroleras, amparándose en la Ley de Apoyo a la Libertad de Irán, que autoriza sanciones para cualquier empresa que realice inversiones por más de $20 millones en el sector de hidrocarburos iraní.

Tres años pasaron y el acuerdo entre Irán, Repsol y Shell no se concretaba. Finalmente, el 10 de mayo de 2010, Irán dio un ultimátum de dos semanas a las compañías de hidrocarburos para concretar su participación en el acuerdo de South Pars; Repsol terminó retirándose y Shell nunca concretó su participación.

Al final, Irán cedió los derechos de explotación de la etapa 13 y 14 de los yacimientos de South Pars a la firma de ingeniería Katham al-anbiya perteneciente a los Cuerpos Revolucionarios de la Guardia Islámica, una rama del ejército de Irán catalogada como una organización terrorista por el Gobierno de los Estados Unidos.

South Pars guarda las mayores reservas de gas del mundo. (EFE)

South Pars guarda las mayores reservas de gas del mundo. (EFE)

Susana Muhamad se retiró de Shell en 2009, antes de que fracasara el acuerdo con Irán. Volvió a Colombia donde se dedicó a la academia y al activismo que la llevaría a aterrizar en el despacho del entonces alcalde Petro en el 2012 como asesora. Seis meses después fue ascendida a secretaria de medio ambiente de Bogotá.

Impulsar una agenda de responsabilidad social en el sector privado no es un esfuerzo polémico; sin embargo, es llamativo que una funcionara de alto nivel dentro de la Administración Petro haya sido parte de un esquema para ecoblanquear un acuerdo entre una multinacional petrolífera y una teocracia que hasta el día de hoy considera justo apedrear a una mujer por salir con el pelo descubierto a la calle.

De hecho, en los últimos días, el mundo observa con atención a las cientos de miles de mujeres en Irán que hoy salen a las calles y queman sus hiyab en protesta por el vil asesinato de Mahsa Amini a manos de la policía por el “crimen” de mostrarse en público con su pelo descubierto.

El American contactó a Susana Muhamad para que explicara su participación en el acuerdo gasífero con el régimen iraní; sin embargo, la ministra no respondió la solicitud de comentarios.

Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica

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