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Lo que el papa Francisco no entiende sobre la “avaricia” de las empresas, el hambre mundial y la inflación

Por Brad Polumbo

Como cabeza de la Iglesia Católica, el papa Francisco es un estimado líder de la fe y un ícono religioso mundial. Pero ser un experto en un campo no significa que sea un experto en otro, y el entendimiento del papa sobre la economía deja mucho que desear, si sus últimas declaraciones sirven de ejemplo. 

El papa Francisco hizo recientemente una declaración en el Día Mundial de la Alimentación en la que culpaba a los mercados y al capitalismo de la persistencia del hambre en el mundo. 

“La lucha contra el hambre exige que superemos la fría lógica del mercado, que se centra ávidamente en el mero beneficio económico y en la reducción de los alimentos a una mercancía y que reforcemos la lógica de la solidaridad”, tuiteó

“Debemos adaptar nuestros modelos socioeconómicos para que tengan un rostro humano, porque muchos modelos lo han perdido”, continuó el papa. “Pensando en estas situaciones, en nombre de Dios quiero pedir… A las grandes corporaciones alimentarias que dejen de imponer estructuras monopólicas de producción y distribución las cuales inflan los precios y terminan privando de pan a los hambrientos”.

Según el papa Francisco, la “fría lógica del mercado” es el principal obstáculo para eliminar el hambre en el mundo. Pero este argumento delata una lamentable incomprensión del funcionamiento de los mercados y de los logros alcanzados en el pasado en la reducción de la pobreza mundial.  

“Los mercados libres son posiblemente la mejor herramienta para reducir la pobreza y crear una abundancia, ampliamente compartida, que la humanidad haya descubierto hasta ahora”, me dijo en una entrevista Chelsea Follett, editora gerente de HumanProgress. “Ningún país se ha hecho rico sólo con esfuerzos caritativos”.

“Consideremos la India, donde la Iglesia católica ha realizado una admirable labor humanitaria”, continuó. “En la década de 1970, mientras la Madre Teresa ayudaba a atender a los pobres de ese país, ciertamente estaban muy necesitados, ya que más del 67 % de los niños de la India tenían bajo peso debido a la falta de alimentos. Después de que la India avanzara hacia [mercados más libres] a principios de la década de 1990, la tasa de pobreza del país cayó en picada. Y la proporción de sus niños clasificados como con bajo peso se redujo rápidamente, cayendo a alrededor del 30 % en las cifras más recientes”.  

Asimismo, Follett explicó que los mercados competitivos han fomentado la innovación tecnológica que ha hecho que los alimentos sean más abundantes y asequibles.  

Pero, ¿qué pasa con la actual subida de los precios de los alimentos? El papa Francisco no se equivoca cuando señala que los precios de los alimentos han subido en Estados Unidos y en todo el mundo en el último año. Sin embargo, se equivoca al culpar a las “grandes empresas alimentarias” y a su supuesta codicia. (Después de todo, las empresas no son ni más ni menos codiciosas ahora que hace dos años). 

El economista Alex Salter explicó en una entrevista que la avaricia de las empresas no es “en absoluto” la culpable del actual aumento de los precios de los alimentos. “Los precios de los alimentos están subiendo debido al aumento de la demanda y a la disminución de la oferta. La única manera de asegurar que haya tanta comida disponible como la gente quiere comprar es que los precios suban”.

“Recuerden que los precios no causan escasez, sino que revelan la escasez”, concluyó. “Los alimentos serían aún más difíciles de conseguir si las empresas no subieran los precios. Podemos hablar de formas de ayudar a los pobres mediante la redistribución, pero culpar a  las empresa por avaricia de no tiene sentido”.

Mientras tanto, Follett señaló que la tendencia a largo plazo de los precios de los alimentos es en realidad una historia de rápido aumento de la asequibilidad. 

“Aunque el aumento que estamos viendo actualmente en los precios de los alimentos es digno de atención, la tendencia a largo plazo es alentadora”, dijo. “A lo largo del último siglo, los americanos han visto cómo los alimentos se han vuelto increíblemente asequibles. La llamada “codicia corporativa”, en forma de empresas alimentarias que compiten para ofrecerles a los consumidores más opciones a precios más bajos, ha contribuido a ello. La libertad para innovar y participar en el intercambio del mercado es la responsable del descenso de los precios de los alimentos a largo plazo”. 

En pocas palabras, el papa está totalmente equivocado sobre las causas fundamentales del hambre y la inflación alimentaria en el mundo. Es comprensible que el papa Francisco no pueda ser un experto en todas las cosas. Pero con una plataforma tan grande y una voz tan influyente, tiene la obligación de informarse mejor antes de meterse en asuntos económicos.

Foundation for Economic Education (FEE)

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