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El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, transmitió hoy al presidente Joe Biden, su preocupación por los efectos de la ley anti-inflación estadounidense sobre los fabricantes de coches del país asiático.
El breve encuentro tuvo lugar en Nueva York, en el marco de la Asamblea General de la ONU que se celebra estos días.
“El presidente Yoon transmitió la preocupación de nuestras empresas sobre la Ley de Reducción de la Inflación de los EE.UU. y pidió que la administración estadounidense coopere estrechamente con Corea del Sur en el proceso del cumplimiento de esta ley para resolver nuestras inquietudes”, explica un comunicado publicado por la oficina presidencial surcoreana.
“En respuesta, el presidente Biden dijo que está muy al tanto de nuestras preocupaciones y que Corea del Sur y EE.UU. deben seguir manteniendo conversaciones en profundidad”, añade el texto.
La Ley para la Reducción de la Inflación, aprobada este verano, amplía las exenciones fiscales para la compra de vehículos eléctricos, pero solo para aquellos ensamblados en Estados Unidos, que además deben montar baterías fabricadas íntegramente en el país.
Corea del Sur y la Unión Europea (UE) se han comprometido a responder de manera conjunta a un problema que perjudica a sus fabricantes de vehículos en uno de sus principales mercados del mundo.
El comunicado surcoreano también afirma que Yoon y Biden “evaluaron las consultas bilaterales en curso sobre disuasión ampliada y acordaron fortalecer aún más la cooperación bilateral para disuadir los ataques de Corea del Norte y elaborar planes de respuesta conjunta contra sus provocaciones”.
La cumbre que mantuvieron los dos el pasado mayo se saldó con el compromiso de que Washington apostará por la “disuasión ampliada”, que consiste en el despliegue de sus activos estratégicos en la península coreana de “manera coordinada y cuando sea necesario” en función de las acciones de Pionyang.
Corea del Norte se mantiene aislada del exterior desde el inicio de la pandemia y no ha respondido a las solicitudes de EEUU y Corea del Sur para retomar el diálogo sobre desarme.
De hecho, Pionyang aprobó el año pasado un plan de modernización armamentística y, según Seúl y Washington, está preparado desde hace meses para llevar a cabo una nueva prueba nuclear.
