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Este sería el cumpleaños 60 de Diana, la reina de corazones del pueblo

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Diana fue una princesa ideal y de eso no hay dudas. No se trata solo de haber tenido una juventud muy parecida a la de cualquier cuento de hadas, sino que también logró demostrar el valor de la Monarquía en la política y cumplió con todo aquello con lo que políticamente debe cumplir cualquier persona que ejerza puestos de poder.

Este 1 de julio Diana hubiera cumplido 60 años. Sin embargo, el 31 de agosto de 1997 falleció como consecuencia de un accidente automovilístico en el interior del Puente del Alma, en la margen norte del río Sena, en ParísFrancia.

Muchas personas han querido mostrar una Lady Di débil y víctima. La realidad es que fue una demostración de lo que es ser una mujer aguerrida, fuerte, valiente, inteligente y determinada. No permitió que nadie le dijera qué hacer, por el contrario logró, literalmente, que el mundo siguiera su agenda.

Por ejemplo, les impuso a los medios de comunicación muchas pautas diarias y eso quedó demostrado en el momento de su divorcio. También se convirtió en una voz tan relevante que cuando hablaba todos tenían que escucharla.

Princesa Diana en la política

La historia comprueba su influencia política. Fue Lady Di la que decidió qué portada les daba a los medios de comunicación en 1997 cuando caminó en campos llenos de minas antipersonas o cuando usó aquel vestido negro en New York para demostrar que a pesar de lo que estaba viviendo, con su separación del príncipe Carlos, se mantenía de pie.

Justamente por su decisión de caminar en campos llenos de minas antipersonas, la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersona, con Diana como uno de los personajes que más relevancia mundial le dio a la iniciativa, obtuvo el Premio Nobel de la Paz.

Más allá del significado mediático que estas acciones pudieron tener, sin duda, también generaron reacciones en el mundo político. Aun luego de su divorcio tuvo un impacto en la política mundial. Es claro que Lady Diana Spencer se convirtió en una princesa que transcendió en la sociedad. No es exageración cuando se dice que le devolvió estabilidad y modernidad a la monarquía. Demostró que esta institución es más que una tradición y que tiene un rol fundamental en la vida de los ciudadanos.

Sus gestos, que eran genuinos, es lo que ahora muchos políticos hacen solo por cumplir una campaña electoral. Ella lo hacía porque le nacía, porque para eso fue criada: para ser una princesa. En ese sentido, en abril de 1987, en el apogeo de la epidemia de sida, Diana inauguró la primera unidad de VIH/sida del Reino Unido en el Hospital London Middlesex, un espacio que atendería exclusivamente a pacientes infectados con el virus.

Las fotografías de aquel evento demuestran su vocación social. En una de ellas se le ve agarrando y abrazando a un hombre con VIH. Esto en un momento en el que muchos creían que la enfermedad se transmitía solo con tocar a una persona contagiada.

«Fue la primera persona de perfil alto que estaba preparada para estrechar la mano y tocar a las personas con VIH, lo que en ese momento se consideraba un riesgo», dijo Ian Green, director ejecutivo de la organización benéfica contra el VIH Terrence Higgins Trust, en una entrevista en 1997 reseñada por Vanity Fair.

Diana con un paciente con VIH.

A finales de 1980, la princesa de Gales se hizo popular por su respaldo a causas humanitarias. Ayudó a niños pobres en África, figuraba al lado de personalidades como Nelson Mandela, dalái lama o la madre Teresa de Calcuta y presidió numerosas fundaciones benéficas.

Diana tenía claro su legado. Sabía que su función era ser una voz importante que ayudara a los ciudadanos. Así lo reconoció en una entrevista con Martin Bashir en 1995: «Nada me trae más felicidad que tratar de ayudar a las personas más vulnerables de la sociedad. Es una meta y una parte esencial de mi vida, una especie de destino».

Su influencia en la sociedad fue tal que cualquier mujer quería llevar su corte o vestirse como ella. Se sentían representadas en una mujer que demostraba, con cada aparición, su inteligencia y astucia. Su referencia en la moda fue una demostración de que era la princesa del pueblo. Con esa virtud le dio a la monarquía, como institución, el valor que merece para la sociedad.

London (United Kingdom), 01/07/1997.- (FILE) – Diana en una galería de arte en Londres. (EFE)

Aunque se puede pensar que vivió un camino fácil por ser parte primero de la clase aristócrata del Reino Unido y luego de la familia real, lo cierto es que a lo largo de su vida tuvo que sortear una serie de dificultades. Cuando era muy pequeña su madre murió, lo que hizo que su infancia fuera compleja. También se casó muy joven en un matrimonio soñado, pero que terminó en escándalo.

En 1995, Diana ofreció a la cadena pública BBC una de las entrevistas más famosas y polémicas en el mundo. Admitió haber padecido bulimia y constante acoso por parte de fotógrafos, paparazzi y periodistas. También se refirió al escaso apoyo que recibía de la familia real.

¿La princesa perfecta?

En esa conversación volvió a demostrar que era una princesa que entendía cuál era su trabajo y su legado. Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de convertirse en reina de Inglaterra, confesó que no era una idea que tuviera, pues quería más bien ser la «reina de los corazones de la gente».

Dos años después de esa entrevista, Diana murió en aquel terrible accidente de París. Aún luego de su muerte siguió demostrando su importancia en el mundo. No en vano, a pesar de que miembros de la familia real se negaban a que recibiera un funeral de Estado, los ciudadanos presionaron para que tuviera lo que denominaron «un entierro único para una persona única».

El cuerpo se trasladó el domingo 31 de agosto de 1997 a Londres desde la capital francesa. Simultáneamente, miles de ciudadanos habían depositado ramos de flores y cartas de condolencia en las rejas del Palacio de Buckingham. Al llegar, se trasladó a la Capilla Real del palacio de St. James, residencia oficial del príncipe de Gales, donde se habilitaron cuatro libros para permitir que todo visitante pudiera transmitir sus condolencias.

Funeral de Diana

Concluido el funeral, el féretro fue trasladado por carretera hasta la capilla de Santa María en Great Brington, a dos kilómetros de Althorp House, la mansión donde creció Diana. El cuerpo fue inhumado como los del resto de miembros fallecidos de la familia Spencer, en una ceremonia estrictamente familiar.

Se comunicó que los restos mortales de la princesa se colocarían en una isla artificial situada en los jardines de la finca, formada por 14,000 hectáreas. Se erigió un monumento conmemorativo en forma de templo con dos lápidas de mármol con inscripciones y una imagen de Diana.

Luego de 23 años, la huella de Diana sigue vigente. Su vida es una demostración de que nació con la capacidad de ser, como lo define Aristóteles, un animal político. Con tan solo 36 años dejó claro que era una princesa ideal como describe Nicolás Maquiavelo a la princesa perfecta.

De hecho, este jueves, en los jardines de Kensington, se inauguró una estatua en su honor. La imagen fue develada por sus hijos, los príncipes William y Harry. La esperada escultura, encargada y financiada por los príncipes, presidirá a partir de ahora el Jardín Hundido en Sunken Garden. Este era uno de los rincones favoritos de Lady Di cuando vivía en el Palacio de Kensington, en los confines de Hyde Park.

Develada estatua de la princesa Diana.

La estatua de bronce, que representa 1,25 veces el tamaño natural, muestra a Diana rodeada de tres niños para simbolizar la universalidad y el impacto generacional de su trabajo.

Es evidente que Diana Frances Spencer fue una mujer empoderada que sin victimizarse supo leer los tiempos. Además, era amada por sus súbditos, piadosa y tenía las virtudes de una princesa ideal.

Williams Perdomo es periodista y escritor, especializado en las fuentes Política y Cultura.

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