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Doce años después de entregar la banda presidencial, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva retomó el poder en Brasil. Lula obtuvo 50,9 % de los sufragios, menos de dos puntos porcentuales por encima del líder de la derecha, Jair Bolsonaro.
Tras el triunfo, El American consultó al analista político Miguel Velarde sobre lo que significa este resultado electoral para la región americana que se tiñe de rojo y los retos que tendrá Lula en su Gobierno.
Velarde resaltó que el resultado electoral es la demostración de un país que se encuentra dividido, pero, sobre todo, a su juicio, muestra que Bolsonaro cuenta con un apoyo mayor y más consolidado de lo que se había dicho.
Por ello, resaltó que eso se vio reflejado en los resultados de las alcaldías y en el Congreso. “La principal variable de análisis es que en Brasil conviven dos países con dos posiciones y visiones opuestas. Uno que siempre ha apoyado a Lula y que añora o recuerda los años en los que fue presidente, en los que evidentemente un sector importante mejoró su vida, y otro que es un sector nuevo, pero mucho más grande de lo que muchos decían, que es el bolsonarismo, que básicamente se ha consolidado en los últimos años”.
Además, Velarde explicó que este triunfo no será tan significativo para la izquierda en América Latina como lo pudo haber sido en años anteriores, principalmente porque hay líderes de izquierda que ya no están y tampoco cuentan con los mismos recursos de hace al menos una década, como cuando, por ejemplo, Hugo Chávez gobernaba en Venezuela e impulsaba la unidad socialista en el continente. El especialista comentó que Lula tendrá el reto de gobernar bajo una mayor presión popular y una posible crisis económica.
“En esta nueva ola del socialismo del siglo XXI, el poder no es el mismo del de la primera ola. No solamente porque algunos de sus principales actores no están, como por ejemplo Hugo Chávez en Venezuela o Correa en Ecuador, sino también porque no cuentan con los mismos recursos”, señaló.
Lula, un aliado de los regímenes de izquierda
Sin embargo, el triunfo de Lula significa un avance del socialismo en la región. Celebrada por el presidente demócrata Joe Biden, la llegada de Lula al poder representa una consolidación de los Gobiernos de izquierda en los países latinoamericanos.
Justamente, esa advertencia la había hecho el analista político venezolano Roderick Navarro para El Nacional, quien detalló que una de las primeras medidas que tomará Lula como mandatario será la de reconocer a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela.
“Si gana Lula va a significar que Venezuela tendrá un amigo menos y a nuestro país le hacen falta amigos. Sobre todo luego de que en Estados Unidos hay una administración que es amigable con el progresismo que plantea la izquierda”, aseguró Navarro.
Y no se han tardado desde el régimen de Maduro para mostrar su alianza con Lula. El primer vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, celebró este lunes la nueva cercanía ideológica entre el régimen chavista y sus vecinos Colombia y Brasil, tras el triunfo en la víspera de Lula da Silva en el gigante suramericano.
“En enero recibe el presidente Lula y debe ser un amplio camino para la unión entre Brasil y Venezuela, así como está ocurriendo con Colombia. Colombia en junio casi que nos declara la guerra, hoy no. Un nuevo presidente, designados embajadores, comienzan a plantearse reglas de juego nuevas, se abren las posibilidades”, indicó Cabello en conferencia de prensa transmitida por el canal estatal VTV.
Cabello asomó la posibilidad de que exista una nueva consolidación de los gobiernos populistas en América Latina. Todo ocurre en medio de un contexto en el que la administración Biden tiene apertura con la izquierda en la región.
“Con el triunfo de Lula, Venezuela y Colombia pueden hacer propuestas conjuntas, porque hay algún tipo de cercanía, de respeto”, comentó Diosdado Cabello.
Williams Perdomo es periodista y escritor, especializado en las fuentes Política y Cultura.